martes, 25 de septiembre de 2007

Los silencios de mi alma...

Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...

Tallo de rosa

Vierte tus lágrimas de sol sobre mi tierra
ahoga mis sentidos en tus océanos
destrózame con tu huracán de verano
y húndeme en tus negros pantanos…

Avienta un soplo al vacío
dime que estoy dormido
perdido en el eco de un aullido
preso en el alma de un asesino...

Mis pasos son débiles en la arena
las olas han ido borrando las huellas
el salitre carcome mi piel de espuma
y los sueños se recogen en las estelas.

Me vuelvo a la penumbra,
soy como el tallo de una rosa
un aguijón de tormenta negra
un lobo de la llanura blanca

No tienes que emitir sonido alguno
me elevaste en un segundo a la gloria
y así caí en las sábanas de tu memoria
en las horas guardadas en la ausencia
en tu presencia imposible de la nada…

Me arrastro y someto mi palabra
cinco letras comprimidas en las piedras
unos ojos fríos del color de la esencia
etérea forma de humo en las hojas.

El andar de Morfeo me acobarda
hipnotizado caigo en la trampa…
No quiero que partas…
Pero cerca me matas…

Gotas de mercurio
sangre sagrada
garra lastimada
naturaleza muerta
hueco de la estrella
dedos de porcelana

rómpanse en el tablero de la reina
en la estrategia de capturar a la negra
en la batalla racional animal
humana instintiva de querer amar…

Prefiero tener los ojos cerrados
no volver a manchar mis manos
la tinta se riega por mi boca
las plumas se rompen en la leyenda.

Anochece en una mañana de lluvia
contengo el grito del canto matutino
está aquí la llave de la hoguera
víctima de un rayo al verte conmigo…

Eres el unicornio de la trova
tus pies son ligeros como sombras
me rodean el cuello de tu peligro
cuando me hablas sin soltar despido…

Y sigo callando
y sigo huyendo

busco los pedazos de mi alma en el desierto
siento la sequía provocada por tu fuego repentino
y no brilla ese cirio en el altar de tu flor de abismo…

Qué pasaría si me envuelvo con un diamante
amante errante de lúgubre noche
en astros que se pierden en los montes
en tallos de rosas secas de los pobres…

Callar, sólo es eso, callar:

prisión de alquitrán y amapola
me sumergen y piden la derrota
quebrando mis alas en ésta jaula
conspirando el ataque a mis llamas…

En dónde estás…

Busqué acucioso en este poema la paz
la libertad de arrancarte de mis llagas
y ver como vas por el mundo en la niebla
para cuando el sol mayor nazca…

Te pierdo…

En los ríos purpúreos de la cera
en pergaminos de hiedra
en la semilla no germinada
en la tragedia de selva no explorada…

En el blanco de rosas rojas:

único pétalo sin historia
de una perentoria caricia
del espíritu rezagado de la herida
en el rosal de espinas en mis piernas…

Callo
te pierdo
te doy una rosa
me muerdo el velo de mi boca
y la poesía muere roja en la espina…

Shhh… El silencio impera.



Es, en, existir

No hay dimensiones
no hay matices
espirales…
Sí, sólo espirales.
No hay revés
tampoco adelante
ni pronto ni tarde
sólo es el ciclo que se rompe…
Lineal eres
en los astros yaces
en la tierra, en el aire
y todo muere…
La fe:
Se estremece
recuerda y envejece…
No habrás de,
sin pasado a ver
sendero adelante
sólo es…
Solo se es…
No hay cantidades
todo se mueve
como un río, todo fluye
y es…
No hay mejores
No hay peores
ni hubieras ni rencores…
Sufres
hieres
sin matices, siempre…
Indiferente llueves
es concreto lo que sientes
irracional lo que eres…
Y no eres
siempre es
aún si no existes…
No hay de qué llores
pues a morir vienes,
el amor no tienes
solo, sólo sin ilusiones…
Todo está en la mente.
Tercas necesidades
que obtienes lo que no tienes…
Es arrancarse
es desprenderse…
Se hace tarde
no falleces
sólo te suspendes
y duermes.
Sigues adelante siempre
en corazón latente
te guardas y escondes
impecable, implacable
donde no hay lugares
donde no hay dimensiones
ocultas lo que pierdes
y te pierdes en los soles…
No piensas lo que eres
sino lo que no eres:
un presente inerte
fracaso, inherente
de un diálogo leve
el ego resplandece…
Pero eso todo depende.
¿Desde dónde te mides?
¿Desde dónde renaces?
Si a morir sólo vienes
en el arte de mentir eres…
Contradicción de tus acciones.


Queriendo irme

Rostros se derriten
lloran las paredes
el siglo se cae
los rayos enmudecen…

Rostro triste eres
el más lagrimeante
el menos cobarde
el único que no entiende…

Y tus ojos me mueren

Las lunas salen
se vive de noche
el sol destroza mi frente
río el silencio de no tenerte.

Nada es evidente
sólo se siente

La luz es obscura
el día no te menciona
pero me aprisiona tu sonrisa
y no quieres ser pronunciada


Los momentos se congelan
se congelan como pinturas
en blanco y negro es locura
y te prefiero cerca…

No, no hay deudas
tampoco preguntas
callamos las dudas
incierta es tu figura
así como incierta tu cintura

…Incitante tu boca

…Mortales tus navajas

…Y no te encuentras…

Me quedo perdido en tu sueño
rompo mis huesos
mis plumas
interrumpo mi vuelo
y desespero
no desespero
me psicotizo
me quiebro

Me veo, te veo lejos
quererte no quiero…

…No me controlo

no controlo…

No hay control

solo lamento

Mis ojos, las hojas caen
llorarte o reírte no quiero
quererte no quiero

mis manos se resisten a quererte
a escribirte se rehúsan a no amarte
y también mis pies a buscarte.

Pero siento…
Y no quiero, irme quiero
mi alma me llama
no responde mi cuerpo------
el corazón te sigue permaneciendo…


Utópica lejanía

De aquí a Londres
de aquí a Marte
de aquí a la mañana siguiente
de aquí a mis sienes…

Las emigraciones suceden…

Los peces
los dioses
los jóvenes leones
también las aves…

Y así me respondes…

A kilómetros me oyes
como nada y soy de eso
sí, una ilusión de tu mente
no hay cariño, sólo me pierdes…

Sin tenerte

Nunca te tuve

Nunca más iré a verte

No más imposiciones

No me sirve quererte
si no estás presente

sin más qué decirte:
Te odio y te quiero…

Me despido, te olvido
no olvidas, pero me olvidas

y estás, aquí, presente…

Nos dejamos volar
y trazo otro lugar
aún yo sin ti estar…

miércoles, 12 de septiembre de 2007

La Resurreción del Ave Fénix




Hoy hablé de ti…

Sostenida marchas
subiendo la hundida montaña
en una tierra navegante alada
en las hojas de un veneno que no mata…
Hoy hablé de ti…Recordé tus esperanzas
como un vino amargo en mi mesa
de una copa caídaen una piel adicta a tus deseos sin salida…
Y se regresa a la vereda perdida
en un cañón roto de tiranía
susurrando los pormenores de la vida
sin ver esa luna que asomó con su partida…
Y hoy hablé de ti…
Nada interrumpía mi magia
encontrarte tan bella… Tan vacía…
Y seguí con mi esperanza de vida.
Ayer te vi en un árbol recogida:
herida de una garracon tus ojos blancos
tu piel ensangrentada
recostada sobre la leñaviendo pasar el agua y la tierra…
Hoy hablé de ti y no hiciste nada.
Amarré una rosa en mi garganta
lloré en silencio en melodía apagada
mientras los ríos sostenían su canto
te arrullaban y te observaba
y decidiste quedarte dormida.
El viento te acaricia desprendida
de un espíritu que llora por ser libre
de unas manos que no reconocen caricias
y se te ha olvidado los besos dulces
sólo entiendes de labios salados
sólo sabes del frío de su metal oxidado
y ni fuegos azules te devolverán la dicha
si eliges quedar moribunda sin la luz del día…
¿Qué ave atrevería a regalarte sus plumas
cuando sólo invierno anida tu alma?
Y hoy hablé de ti… Y ya no apareces tú
y hoy hablé de ti… Escondida en una burbuja.
Hoy hablé de ti, hoy hablo contigo
oigo tu agonizante rugido y volteas la mirada
decides tenderte en el otoño de una extinta fogata
sin poder sentir el verano de tu herida profunda
cuando hoy hablé de ti, envuelto en la hierba
y tu ausencia…
Con un susurro, pidió secar mi tinta.
No, la llave aún está en su sitio
no, el arcoiris seguirá aún con lluvia
no, la espina en tu corazón será mi alimento
y seguirá lloviendo
seguirán las estrellas naciendo
en un firmamento obscuro de tragedia
en unas alas flamígeras de su discordia
mientras tu cuerpo está a rastras de una vela
sigo hablando de ti, aún cuando no me digas nada.


Estrella en la cueva

Ha quebrado mi voz en tu cueva
fría, interminable ciega de luz
te guardas escondida
y temerosos son tus pasos
sientes arder con el sol de la mañana
y vuelves a tu sótano sin llamas…
Sigues dando vueltas cíclicas
sintiendo emoción vacía
los sentidos se desconocen
han buscado pelea continua
y continúa la batalla perdida…
El ocaso viene cada díay tu presencia ausente de la vida…
Ven, déjame decirte un secreto:
en los límites se encuentra la nada
en el vacío sólo hay acertijos
místicas se vuelven las noches
pero no valen nada si no sales
el titilar del áurea boreal permanece
el polvo de estrella se da en tus huellas
y se vuelven invisibles con tu ausencia.
Anda, dime a qué sabe una victoria sin ganar
dime a qué sabe una perdida sin perder
y dime a qué te supo luchar sin estar en la guerra…
Y sigues escondida
¿cuánto tiempo va a pasar?
Hay voces que se estrellan como mares
aves sollozantes de verte herida
salamandras entrando y muriendo de frío
tu cueva es ese lugar inhóspito para la flama
un congelador perpetuo donde te adopta
y tu caminar es ligero y vertiginoso en la marea
sin que puedas dejarte acariciar por mariposas
y así creas un huracán en la nada
en unas ruinas que el viento se llevó con la lluvia
y aún no es tiempo de ver otra blanca estrella…
Cuántas quedarán más sin ser reconocidas…


Aire en el laberinto

Mátame con un zarpazo de tu boca
hiere mi costado con tus manos
regresa en las noches de tu casería
y vuélveme tu presa de encantos…
Escóndete en el laberinto de la selva
espesa arbolada mística de las tardes
que sea la vereda tu consciencia
y la mía ese paso de tu espalda y tu cintura.
Encontraré trozos de mí en tus huracanes
sutiles espirales que absorben locura
cuando en un caballo sangrante
disponemos al libre vuelo de almas
cuando me vuelco en tu centro:
espinoso tallo de tu vientre enterrado
suelto en la quimérica confusión de tu cuerpo
aventando demonios juguetones en tus dedos
y termino por entregarme al encanto de tu cuello.
Así bajaré por tus pechos de sosiego
acariciando sin tocarte tu piel de imperio
misma que me abriga en el sauce de los misterios:
Y me veo astral en un viaje de sueños
trazando tu silueta en la cera de nuestra mesa
esbozando una sonrisa en el vértigo de tus labios
las comisuras engañosas entre risa y deseo
puestos en la hora cero de la mirada vespertina
en el reloj aniquilante de nuestro tiempo.
Y así me veo verte en un sueño caótico
donde las manecillas no son amigas
donde vuelo para vigilar tu ingenio
encausarte en las aras de mis arenas
logrando recovecos para ti, mi viento.
Pon en mis alas tus pasiones más recónditas
prohibidas alucinaciones de tu templo
deposítalas y crea de ello mi alimento
márchate cada madrugada con el aire de mi silencio:
regresa en la vertiente del ocaso rojizo en cascadas
abre tus ojos felinos y rasga mi corona de vida;
atrapa al ave y derrámate en su nido
arrulla con tu rugido mi trino
y me verás crear melodías altivas en tus huracanes
que merodean por estos laberintos asesinos
en sueños andróginos de una escultura de hielo
puesta en bloque en la que te esculpo a diario
descubriendo uniforme mi talante de activo verbo
que con un torpe golpe destrozo el espacio:
mágico sincretismo en el puerto terrenal
oxígeno de mis árboles y tu albedrío
en donde tu luz ha aniquilado mi extravío.


La naturaleza del veneno

He ido cayendo a cascadas
como una gota de cielo
que busca desesperada el suelo
en una noche lloviente de silencio…
Me arranco una costilla
suturo incesante mi herida
absorbiendo la sangre de la guerrera
y dando paso a la vida felina de mi estadía.
Volar
siempre es volar
en parvada resuelta al viento
tomar agua y mezclarme con el fuego:
soltando hilos blancos de redes cazadoras
someterme al delirio de las perlas encarceladas
en un espacio del abismo, refugiada te veoy te miro, y tiemblo
mis hojas verdes
en tu otoño
y llueve…
Somos como ríos sin buscar océanos
ruiseñores mudos de alas rotas
un par de velas que alumbran misterio
unos ciegos con lágrimas negras
almas revolcadas por aurigas
ecos danzantes en las horas marginadas.
Despierto en las ruinas antiguas
con dragones vigilando el fracaso
mientras me cobija tu tacto
mientras me besan tus manos…
No eres un sueño,
sólo el instante te ha guardado:
corre mientras vueloque mi sombra sea tu cuerpo
que tus pasos sean mis guíastu rugir y mi canto sea eterno…
Aún no te tengo.
Bajaré como veneno como por tu vientre
anidaré como tórtola en tus trapecios
recorreré como lágrima como por tus dedos
y sostenme en tus labios de centeno:
caliéntame con leña de pirul
durante siete lunas y cinco soles
espárceme sobre tumbas de reyes
sírveme con tu manto de cielo
degústame con la sal de tu hierro
y termina colocándome a tu lado izquierdo…
Y sentiré como palpitas y renaces a diario
envolviéndome en un firmamento fracturado
para sanar con besos líquidos tus ojos llagados.



Alas de búsqueda

Escuché tu voz en las sombras
mis demonios con lenguas de mariposas
sucumbieron a tu dicha en las penumbras
donde no te veo y las almas se azotan:
en los recovecos hurto tu figura
usurpo tus labios en mi memoria
en los espejos, en el agua
con cada beso dado a distancia.
Formo castillos con tus huellas
calladas me miran, todo, ellas
escondidas en el fondo de tus alas
siendo tú de mis pensamientos la ladrona…
Rasgo las paredes con mis uñas destrozadas
mis manos cuarteadas por la tierra mojada
de unos ojos cansados de llorar
de mis plumas derramadas en el blanco de la nada;
y te siento, estás más cerca que lejos
siendo una gota en busca del suelo
para filtrarse y seguir huyendo del cielo:
así te siento en un verano resuelto
y no callo a los dragones en el ocaso,
pues es su tiempo para romperse y seguir muriendo.
Salgo de un pozo negro para encontrar al otoño
ese viento ligero que atrae el cambio:
corto, como tus cartas que lideran a tu templo
pistas salvajes que me han dejado sin aliento
mientras me deslizo suavemente por esos senderos…
Y aún no te veo.
Verano, otoño, será casi invierno
emprendo una batalla sin enemigo al acecho
esto es cuando sigo sin hallarte a mi costado.
Una mariposa azul se coloca en el trapecio…
Un aleteo me devuelve el aire que aún no respiro
me mantiene suspendido en el espacio y tu tiempo:
reloj lastimero de una herida no causada de destierro
en el que sigo náufrago y ciego
en la orilla de un abismo
con las armas en un río
y vuelvo encomendarme al destino…
Ese que me revuela en las noches
sosteniéndome con tus claves,
música sosegada en los lumbrales
de una risa destruida en estos bosques:
fieles frontales guardianes
quiméricos en la hazaña de guardarme
distraídos al notar la ausencia de esta ave
misma que te busca, te busco en las tardes
me petrifica la medusa del olvido en los andares;
en el despertar de la presencia de añejados sauces.


La mariposa azul

Te miré desde lo alto de la montaña
mujer misteriosa huyente de mis mañanas,
pediste que acudiera y entregara un ramo de rosas…
Rojos carmines entintados de los corazones de ruiseñores;
así fui bajando por senderos azules:
espinando mis manos, contemplando tus felinos ojos
caminando sobre el río como por cristales,
fríos colores bajo mis pies de agua.
Iba de prisa a tu llamado
y encontré esa casa gris de tus dominios…
El mío, el tuyo, todo quieto por un momento
sin aviso acucioso de algún mito.
Y te reconocí en mi entrada, sentada al fondo:
desnuda, frágil como el trigo.
Nos regalamos una larga y profunda mirada,
en una hoja en blanco con tinta derramada
como esa mirada que platica el ciego
recorriéndonos por detalle en silencio;
no hubo sonido, los relojes se detuvieron.
Corrimos y en un instante colorido nos fundimos
y se derretía todo al compás de nuestros labios,
todo se hizo etéreo:
arrancaba la cereza nacida en tu garganta
envolviéndome, tú, con alas de mariposa
con un perfume de fresas y moras
salvajes bosques de ternuras olvidadas
pero aún no allanadas.
Me alejé unos instantes de tu cuerpo,
beldad de mi sendero andariego,
para subir las escaleras a mis jardines secretos:
fuego y tormentas de nieve en mis fuentes de deseo
golpean mi pecho cálido de hierro;
las gotas de lluvia ácida calmaban mi calor tenue
apabullantes toques de la amarga distancia…
Una paloma negra te puso en el trapecio de mi espalda:
tomaste mi torso con tus dedos afilados
cortando mi piel, mi concentración, mi llanto;
viré a ti, y me fui nadando desde ese puente,
virginal delicado, al paso de tus montes y tu cuenca,
divina agua con tus ojos en blanco absorbía
mientras tallaba mis ramas en tu tronco sutil de veneno
hasta arrojarme en los riscos sublimes de tu cintura
y me enredaba en tus caderas prontas de tiempo.
Introduje mi espada, lentamente, en tu océano
arriba en el cielo, tú arriba, yo abajo, ambos en un infierno.
Incendiando las raíces que nos sostienen a la tierra
la vista azul encontré en el líquido de tus retinas
y se volvió todo con un grito apocalíptico en mi contra:
aquella explosión hizo retumbar mis suelos
y terminar para congelarse nuestra hoguera…
Abrí los ojos, todo era tundra
todo fue un sueño en el que aún tú no eras.


Inspiración

Me azoto todas las noches cuando entras:
mi ventana se empañalas letras se derraman
me pongo en laúdes y maitines a escribir
de tus ojos, de tu cuerpo,
de la levedad exacta de un respiro antiguo.
Vienes a cascadas
imágenes reales que me abrazan
me absorben en la espiral mártir
de unos espejos llorosos
derretidos con la sangre de un verso.
Ese aliento, lunar testigo
de cuando me violas interrumpiendo mi sueño
quema mis manos
incendia los pistilos de mis dedos
cuando pides salir por los poros de la tinta…
Y no te veo:
me cobijan a diario los aires de tu corona
espinoso ornamento en mi frente
cuando desbocado sale como caballos de combate
y me hace salir del cuerpo para profundizarte.


Refugio del poeta maldito

Me has hablado de tu situación,
maestro dividido por tu época seca;
pero no te tocó ver peor decadencia
donde retornamos al mito sin amor.
Vomitas la fragilidad humana
la nuestra, correspondiente de la figura
que al vernos al espejo pertenecemos a ella
y compartimos ese sudor de nuestra ligereza…
Nos vemos como barcos sumergidos
en una nada fantasiosa confundida
con las risas de hienas ciegas
atorados en los amoríos quiméricos inspiradores
donde se es muy joven para entender tus llagas…
Y así me siento al leer tu poesía y cartas.
Al igual de una anormalidad real de la mente
navego en los senderos azules de estelas solares
donde las instituciones sólo son creadas por hombres:
débiles facultades de alternativas consoladoras
donde nos miente el testigo de los escritos
y nos volvemos a nosotros y nos volvemos a la nada;
cerrando los ojos y encerrándonos en las letras
esto es un maravilloso lago de saliva.
Nos atrevemos a deconstruir un mundo
que con arte creamos el nuestro
entre el mundo de tus pensamientos y el mío
en épocas decadentes que prometen un “progreso”.



Vidas compartidas

Traviesas ninfas del bosque blanco
dejen contemple su laberinto de significados
entren todas las noches por mí en lienzos blancos
y atrápenme en la luna de soles muertos.
En su distancia, entre mi mano y la pluma
derrámense en espirales de pentagramas
y colóquense por debajo de mi mesa
absorban el fluído de mi alma en decadencia:
sublímenme en la conciencia sin sentido
de unas alas rotas de este cuerpo que ha acaecido
y denle a este ser el vuelo valiente de sus voces
inmortalícenme, ¡respiren lágrimas oceánicas!
Esclavícenme a la condena de morirme antes,
antes que ustedes desaparezcan y se renueven
ante los ojos de alguien más y me sean las amantes infieles,
así, tocando cada poro de la herida que nunca sutura
quede entintada en negro y fuego azul...
Hagan lo que sólo ustedes logran en un verso en rojo
de mi lastimera carga de mis manos;
vehemente les digo:
"Verba volant, scripta manent"
y luego, permitamos al amor y a la vida salir del abismo.



Miércoles de ceniza

Caminé debajo del cielo frío
recorriendo las calles empedradas
en un circo infernal de un recuerdo
de dos milenios escupidos en la sombras:
letras sublimadas en el tintero desbordado.
Abrigos de pieles de mil colores
historia unida al fracaso religioso;
una enseñanza heredada por crueles
con la muerte prodigiosa del vértigo
que se siente del látigo y lanza humillante.
Y el orgullo del sacrificio resplandecede
amargos siglos con guerras y muertes:
inquisidores, pensadores, escritores,
gente obscura e iluminada se reúnen;
¿qué orgullo sienten al ver a su rebelde
azotado y escupido en la mesa fúnebre…?
Sádicos besan a los emperadores
de los caminos, del sufrimiento
en sus puños se centraba la rabia
en sus labios había veneno
y qué hablar de la hipocresía del viento:
nos trae la revelación de un héroe incierto,
sabio condenado por su corazón en la lengua
cambiando ideologías sin lograr hermanos.
Y te veo ahí callado,
símbolo de tu cuerpo
por ignorantes masticado,
con besos ultrajados
en una figura de madera
pordiosera de los embelesados.
Y así te veo acostado,
soportando la injuria fielde seres indómitos
en la noche que te visité.
Palabras huecas de disfraces morados,
reglas absurdas para los condenados:
de ser santo, de ser pobre, de ser diablo.
Sin esencia
ni naturaleza de Sartre odiado;
filosofía verdadera que da engaño
de aquellos sordos que se muestran a tu lado.
Te miran, sienten culpa
se absorten de pecados
reciben óleos de los acusados,
¿quién es sabio para juzgar a los humanos?
¿Quién es Dios y qué hizo para mitificarlo?
Hombres débiles de un cuento realizado
te besan, te escupieron antaño
no vieron el espesor del bosque enajenado,
y te sirven plata, te colocan oro;
te hacen un altar y una oración
te regalansin saber que se consumen a diario
sabiendo que al otro día te defraudan
¿y tú los sirves a diario?
¿Tú perdonas como ellos te han perdonado?
¿Exististe para matar a todos
o sólo es pretexto para ser existido
en los libros y el cáliz sagrado…?
Y salgo de ahí riendo, diciendo:
ahí tienes a tu hombre culpado
ahí tienes a tu hombre sin significado
ahí tienes a todas las muertes y las hambres
a los pecados, a los cerebros dañados.
Y me piden que te escriba
me da vómito saber que tantas letras
tantas líneas, tantas ideas
se te es dedicado…
¿A qué vienes ahora en un miércoles
donde en casi un año ni se te es recordado?
Y te hablé con el corazón en la mano
con la pluma y la tinta al cielo
con mi sangre azul de príncipe odiado:
me he visto en ti en las calles de mi barrio
donde también era azotado
en mi casa donde mi padre devoto
se le olvidaba que te amaba y me golpeaba.
Te vi y me acordé de mí, no de ti
tú estás callado, acostado
riéndote de los desafortunados
enojándote de los agraciados...
Y te vuelvo a ver y te vuelvo a escupir
por no creer en ti me han odiado.
Exististe, moriste
y si no estás aquí,
por qué me sigues afectando.
Y lo haces con todos
y no es a ti, son a las instituciones
por hombres amargados
cuando dejaste de importarme
cuando vi mi grandeza
y de ti no me vi necesitado…
Y le debo a mi madre y a los hermanos
le debo a mi gente que me ha formado;
si existes ya no me ha importado:
me piden que te escriba
sin merecer la tierra donde escribo;
gracias a la vida y a la tierra
a las cenizas guardadas en un día santo
que le pude escribir al atormentado.

Aire, Agua,Viento y Fuego


Apologías


Encontré mi pluma en el ala rota de una gaviota
Donde la tinta de las conversaciones en silencio
Sangran esta noche para recordarme la verdad oculta
Porque entre una lágrima y tu caricia, me lleno de tu rocío.

Hay lunas que han nacido como el vuelo de una paloma
En esa eterna espera de sentarme hasta que amanezca
Sólo para contemplar tus ojos, tu cara, tu figura….
Es en esa desesperante ansia de abrazarte, orar que no te vayas

Es que bajaste de pronto, con gran fuerza desde las llanuras blancas
Creando con tu aire vientos de amor y esperanzas
Pintando de verde, café y naranja todas las montañas
De ésta tierra pordiosera llena de iguanas, lagartijas y salamandras.

Basta una palabra, un beso y el acunarme entre tus ramas
Haciendo sanar las llagas/heridas y enjugar mis lágrimas
Porque decir te amo se ha vuelto quimera de mi nada
Siendo tú mi todo mientras tiemblo y se caen mis máscaras…

Omito detalles sobrantes por ser obviedades ante la historia
La historia conciliada al pedirte, rendido a tus pies, no partas,
También decirte que nada soy si te sientes por mi torpeza,
Aquella que nacida de mis palabras hacen que el sol y el corazón caigan…

He de decirte que abrazo cada instante en la que con una de tus miradas,
Atadas al desprendimiento fugaz cuando me amas, estallo y soy energía
Haciendo brotar de mí una exótica flor otoñal que recojo cada alba
Y mientras oliéndola, cojo de ella tu fragante delicado aroma.

Espero comprendas a este pirata de siete mares vuelto misionero en tus playas
Donde soy evangelista de tus lindos dotes de niña-ángel conquistadora del alma
Sabiendo que mi pasado está enterrado, más estuve acostumbrado a cargarlo en llamas
Y es entonces que me das algo con lo que te recuerdo caminando en mi vereda marchita

No pido nada, sólo espero, recobro aliento, rasgo mis ropas y trueno mi puño… callado
Pues no soporto saber que feliz no te hago, culpa de mis comentarios… y muero
Pero tienes una forma de decirme te quiero, que, lo has intensificado… un te amo
Sintiendo que renazco de entre las cenizas de un espíritu antes abandonado
Para terminar subiendo al cielo, robarme una estrella, bajar, y decirte lo siento.



Como si fuera sol


Como si fuéramos sol y luna
Sólo tú puedes eclipsarme en el momento más brillante.

Como sol y mar
Me guardas bajo el agua de tus besos.

Como sol y paisajes
Puedo perderme en ese valle detrás de tus montes

Como sol y nubes
Me colmas de millares de sueños transparentes.

Como sol y noche
Me guardas en tu tiempo fuera de mi espacio.

Como sol y lluvia
Lanzas golpes fríos para calmar mi calor

Como sol y poemas
Sólo me tomas en cuenta para iniciar un verso

Como sol y canción
Solamente me tomas en cuenta para comenzar tu armonía.

Como sol y día
Salimos de la mano de diòs.

Como sol y Venus
Cada uno es a su manera en el cielo una estrella.

Como sol y estrella
Somos lo mismo en esencia.




Declaraciones

Nublándose la tarde del cielo,
Recostados, queriendo retratar el momento…
Mientras éramos absorbidos por el silencio
Apareciendo, entonces, el ángel que se robó la voz.
Y al seguir caminando, viendo de nuevo
Me quitaba la máscara que me hace callar
Pues rompo de rabia cada vez que teniéndote cerca
No te puedo besar…

Deshaciéndome como la vela cuando próximo estoy de tu boca
Para terminar dejando que me lleve el fuego de ese deseo,
Sin poder siquiera decir adiós al llegar el momento del despido
Pues se resquebraja mi garganta cuando apunto estoy de decirlo
Sintiendo como vienen tus brazos a envolver mi cuello…sólo suspiro.
Hay algo que me inquieta haciéndome detener mi mano en tu cintura
Y en otro silencio a gritos, clama mi mente cordura al pasearla por tu espalda…
Y es que tus pláticas, tus sueños, tu mirada…se han vuelto quimera en mis venas

Existiendo una enfermedad haciendo cerrar los ojos cuando me besas.
Sólo vengo a decirte lo espléndido que ha sido el encontrarnos en el camino
Cuando ni siquiera pensaba que en estas fechas podría haberte conocido,
Bendiciendo ese viento que me ha traído contigo.
Hablo de el afán de tener que sentarme a contemplar…seguiría perdido.
No pido una oportunidad de pasearme en tus ramas
De crear un nido con las varas de tus besos
Ni tampoco cobijarme en el follaje de tus cabellos

Pero si he de ser sincero…por ello muero.
Puedo expresar, hablar, discutir incluso, que si vine aquí
Es y ha sido con el único fin de pedirte compartir
Pues desde el tercer día dejé de preguntarme por que pienso tanto en ti
Y es que, asfixiado de respuestas, sólo lo resumo en: por ti.
Por ser tú, por lo que significas y por que estás…
Sintiendo agonía cunado otro te llega, se muestra,
Dándole sobredosis de tirria logrando una rasgadura a mi capa

Y es entonces que me quema la condena… te alejas.
Como en manía de castigar por el habernos subestimado
El habernos sentido, siendo que desde hace años ya te escribo.
Lo he hecho donde las nubes se mezclan y el cielo llora
Por que es por y para ti, niña curiosa;
Sintiendo que tú sientes y crees creyendo sentirlo
Pero al recoger la manzana sostenida en la cascada de tu rostro
Me pone tranquilo, apunto de éxtasis y de todo me olvido,
Aunque debo confesar lo difícil que es decidirme estar
Reconociendo que tu imagen me hace titubear
Pues sólo me resta pedirte…ser mi otra mitad.

Delirios, vientos y mito

Delirio al borde de tus labios, tu mejilla
Fuente inagotable de deseo y amor en secreto
Cuenca divina al bajar a tu cintura
Evaporándome a través de los poros de tu cuerpo…
Empieza, entonces, este maravilloso cuento:

Navegando por tus ideas y tus sueños
Así mismo lo hago entre tus caderas y tus pechos
Me descontrolo, se olvida el pasado
Sólo existe ese momento entre el reloj, gloria e infierno.

Tus manos son ese viento que me recogen con el aliento
Tu boca, esa cascada de estrellas con las que pierdo conocimiento
No sé que pasa en mi entorno cuando cerca te tengo
Menos aún cuando al cerrar mis ojos sólo te siento.

Discretos, arañas el templo de una deidad con lobo hambriento
Sediento, no se sabe si por tu silueta o por la loca manera de decir te quiero,
Nada obstruye el paso vertiginoso del abismo y tu cuello
Cuando por fin abrimos las pieles dejando a las almas fundirse solas
Dando paso al fuego de tantas ilusiones alborotadas
Que, quemando lo que nos estorba, hacen de nuestros cuerpos su alimento.

Adoro el instante en la que en ti me pierdo
En donde puedo acurrucarme envolviéndome en tu pecho
También el consuelo que encuentro en un beso
Y finalizo esta declaración con la confesión de que renací en tu lecho.

No, no puedo hacer mas, sólo me entrego al delirio del viento
Ése, el que con su dulce aroma a flores me puso en el crucero de tu sendero
Colocándome en la enervante posición de desgarrarme los músculos
Dejando que la luna vierta en mi espalda tus uñas de plata
Mientras me martirizas pintando con tu lengua de fuego sobre mi lienzo
Permitiendo que en èl plasmes el mito del nuevo viento.

Eres aire, eres marea, eres fuego, tierra, mi todo en su conjunto
Soy ceniza, soy madero, un bizarro ser abstraído de aventurado mito;
Somos sol y estrella, sol y Venus, sol y luna, una gota de cielo;
Seres inmortales alistando un mundo alado, nuevo
Construido sobre los hombros del cosmos y lo bello.

Precisemos, pues, otorgar el misterio de callar las voces en contra
De los indulgentes caballeros que osan en profanar nuestra era
Haciendo, de sus piedras, el castillo del lobo y la princesa
En donde el colorín colorado no entre por el telón de nuestra obra.



En equilibrio

Húmeda era la tierra donde me encuentro
Secados los ríos de la amargura y desconsuelo
Grandes olas se levantan en las playas del alma
Glaciares vueltos al mar donde el viento la provoca.

Y es que…era uno sólo lo que faltaba
Un cuarto elemento este espíritu necesitaba
Encuentra en él el equilibrio del alba
Ni el fuego, ni la tierra, ni el agua...

Llega incontrolable la era otoñal,
Como caballo desbocado en la llanura,
Pastizales congelados en vida invernal
Que con el espesor de tu aliento… se han vuelto al mar.

Águilas enclaustradas han sido puestas en libertad;
Se hace leyenda, se pinta otra historia
Nace en el centro de tu boca
Y se lleva a la gloria reflejada de tu desnuda belleza.

Son tus matices del follaje de tu cuerpo
Es tu piel en color de desierto;
Mientras acierto estas letras en tus lienzos
Y en tus concretos pensamientos.

Busco incansable la joya perdida de antiguo reino,
Sabio rey al esconderla bajo las dunas de tus arenas
Mientras este dramaturgo se divierte en inventarlas
Para que al finalizar la noche, la tarde te abstraiga.

Sales de la obra y gracia del aleteo de una gaviota…
Te miro en el espejo… tan bella que el astro lunar envidia
Mientras se parte el cielo para que te veas iluminada
Y terminar bendiciendo la sagrada figura que me acaricia.

Te elevaré solamente con mis manos
Sin tocarte, sin dejar que el viento mismo lo intente
Dejándote caer al vacío fortuito de mi delirio
Paseando libre, soberano, por el poder místico de tu cariño.

Llega el otoño, sus torrentes templados y fríos
Siendo víctima voluntaria carente sin latidos
Pero preso de angelicales sonidos…
Dispongo de la levedad salvaje de estar contigo.



Mi otra mitad

Más allá de los versos y escritos
Más allá de mis sueños fallidos
Más allá de mis flores marchitas
Más allá de las lunas escondidas…

Se encuentra un momento, un espacio
Donde los dos estamos abrazados…fundidos
Inmersos entre la locura y el verso
Hundidos plenamente en el mismo veneno.

No es que no quiera hablar
No es que no sienta igual
Es que sólo con una lágrima…
Es que sólo con una sonrisa.

Hay música hecha para dar alegría o tristeza
Hay poemas escritos para el amor y la amargura
Hay días en las que se amanece nublado y no hay lluvia
Hay segundos de diferencia hacia el llanto o la risa…

Pero al estar juntos, el arte es religión
La música son tonos graves de promesas
Los poemas se vuelven complemento e historia
Los dìas, sin morir, se hacen noches espesas
Y si digo de los segundos…solamente silencio queda.

Somos agua salada y agua de manantial
Fuego de incendio y llamas de altar
Tierra fértil y arenas de mar
Viento de esperanza y tornado al amar;

No sólo somos lo visible y lo invisible
Al ir más allá, somos abstracción y realidad
Eslabones de oro y plata, seres de verdad
Con aliento, con vida… sin pasado, sin mañana

En donde hago crecer una promesa
En donde te corono mi reina
En donde tu cuerpo es mi columna
En donde con un beso tuyo… soy ceniza…

Hoy te propongo unas letras
Tinta sangre que dejaré correr por tu espalda
Con las que he de llenar mis venas
Para adorarte y cicatrizar mis penas.



Enigma


Amanece, mística mañana después de amar
Un prolongado silencio entre los diferentes tiempos
Cayéndose a pedazos el concreto de nuestros templos
Hasta que, desnudos, directo a los ojos nos vemos;

Mientras en la mirada perpleja, profunda, callados
Propia del sentimiento enjaulado y liberado
Pasé, entonces, como el halcón, volando sobre las ruinas
Recogiendo los trozos del suelo, producto del temblor de tus palabras…

Entendí por eso que las almas del pasado se han fugado
Recorriendo las calles, solitarios, por las de tu universo,
Y cerrando la periferia en la belleza de tu cuerpo
Hacen crear un espacio sin gente ni tiempo.

Misterioso enigma esperando a ser descifrado
Pero los números incongruentes entre la caricia y el beso
Siguen haciendo un confuso sentimiento de respeto
Y no sé si podré vivir lo suficiente para contemplarlo.

Existe un acertijo que no develamos por ese miedo
Rompiéndome el cráneo con los muros de algún holocausto
Pues sin hablar de un final, solemos pensarlo
Cayendo levemente al término de un prodigioso desencanto.

Ha habido dos días en la vida, la mìa, desde que nací:
El primero de eso días, el treinta y uno yo acontecí,
El segundo de esos días, el veintiuno del mismo mes, te conocí,
Donde abrazado, tomados de las manos, a tu lado, en agosto, fui feliz…

El sentido del tacto, de los ojos, de los oídos, el olfato y el gusto
Se conjuntaron hasta lograr perfectamente hacerse uno, cuando te abrazo,
Donde se han visto en un punto en que la duda aún perdura
Por la zozobra del pensamiento al vernos lejos estando cerca.

Intentemos entender el destino de haber cruzado caminos
Sin atender a la línea trazada en el sendero de los designios,
Vestido desgarrado y desgastado con el paso del infortunio,
Para seguir conociendo, enigmando, sin poder descifrarnos.


El Beso de Judas

Se rompieron los ventanales del cristal
Enterrándose en las aguas de un antiguo mar
Donde el fuego se extingue mientras la tierra llora
En lo profundo de un bosque con la triste verdad.

Se visten los follajes de fuego y caen lenguas secas
La levedad de un aire liviano con hedor a muerte
De un animal inerte que tuvo alma pobre…
Los gusanos de la tierra lo comen y lo enmohecen

Así hiciste tú con el cariño que sembraste
Lo cosechaste después y lo comiste con bocanadas de aire
Aunque lo escupiste en mi cama, y toda la confianza
El amor, la pasión y alimentaste a la amargura.

No hay nada más que sentir, odio ya no hay a ti,
Tampoco resentimiento ni cariño
Pero aún cuando indiferente soy, me vuelve tu recuerdo
Y te clavas de nuevo, como cual aguijón con veneno

Tu dulce veneno, droga de la cual me hice adicto
En incontables noches y tardes dentro de tus dominios
Cuando con cada beso robabas en mí el destino
Siendo en cada beso que hacías brillar hasta en lo más escondido
De lo enterrado, de lo recóndito, de lo no vivo, de lo divino.

Cuando te fuiste, miré, pero no fijé
Anduve de casa en casa, de flor en flor
Preguntando, buscando cualquier respuesta
Que si fue por naturaleza o por designio

Y hablé con el oráculo maldito
Cuando el tiempo fue mi enemigo
Con ese mendigo trastornado adivino.
A los tulipanes, a las cartas y hasta a ti…

Tres meses de ceguedad, lágrimas y vino tinto
De tres meses de estar bebiendo de tu fuente inagotable de veneno
De tu ser a maderas carbonizadas al delirio
Del alba, del crepúsculo, de las risas marchitas

Me rodean, me acuerdan y matizan mi día
Ven de regreso para que te vayas con un beso
Ese beso de Judas que le mintió a Cristo
Beso de mujer innombrable ante la voz de fracasado destino…

En cada verso escrito
En cada juego permitido
En los ríos que se volcaron en cascadas a mis oídos
De esos besos con veneno, mentiras, engaños y lúgubres atinos.

Ahora ya sólo te escribo
En tu nombre que pronunciarlo me he prohibido
Pues en cada beso una gota de sangre
En cada sueño un golpe recibido
Y en un te amo, es que te maldigo.

Por tus fantasías, tu “inocencia” abstraída
Jurando como cuando hacíamos el amor el “no olvido”…
Y mentiras, fueron todas mentiras
Hiriendo el corazón mientras apagabas un cirio

Prometiendo no hacerme lo mismo, me río.
Vino un cuchillo… no,
Una daga filosa besó mis labios y mi cuerpo
Y ya no hay cupo en el odio ni en el te quiero
No es tampoco indiferencia, aún siento, pero por ti ya no siento…

Ha pasado poco tiempo y te recuerdo como siglos atrás
Donde el hombre no veía nada, vivía en una caverna,
Esa cueva obscura donde veía la irrealidad de tu penumbra
De tu emoción, de tu locura…

Pero todo dura unos instantes y se va, en un instante marchabas ya
Tú mi eterna flor de un sólo día
La que floreció en una mañana intranquila
Y se marchitó ahogada en la noche en sus espinas

Yo ahora decido enterrarte, tus manos, tu boca
Llenar la mía con un puñado de tierra
Con otras ideas, con nuevas aventuras
Para que cuando vuelvas a germinar, el sol queme tu belleza.


Mítica belleza

Has sido esculpida del más bello coral
Aquél que se encuentra en la orbita lunar
Reflejada a la mitad de el Pacífico
Entre la burbuja del sueño y el mito…

Deseo que detengas las olas de tu marea
Cuando mis barcos navegan centrados en ella
Deteniéndome a ver como atardeces con tu belleza

Obra guardada en los rascacielos derribados
Ocultos en el espacio habitado por el fuego del tiempo
Condenados a aparecer en el alba, muriendo yo atrapándola
Como quien, aprendiendo amar…quiere robarla.

Pasearme por el velo delicado de tu alma…
Recorriéndote sólo con el aliento de mi palabra
Sin atreverme a tocar tan precisa escultura
Y así, poder abstraer ese silencio de tu locura

Exploraré por tus montes y valles encadenándome en tus cúspides
Donde tu boca me devore, al borde del delirio, no contemple las nubes
Y de haber robado de ti la antorcha de la fantasía que me desprende
En cada verso y en cada noche en la que después de irte…te espere.

Arrancaré el durazno custodiado de antiguos reyes del árbol mítico
Y esparciré la cera de mi cirio en el lago místico
Nadando de extremo a extremo perdido en tu movimiento
Cuando tus hojas otoñales dejas caer en mi vino tinto.

Tejeré con hilos de sangre tu imagen en mi memoria
Esa tu belleza encontrada den la boca de las sirenas
Abstraídas, a su vez, del oasis africano de divinas playas
Y, entonces, después de haber asaltado a la estrella de la mañana….
Con el manojo de rayos de sol a punto del crepúsculo de mi ventana
Te pondré en un lienzo blanco donde por siempre quedes retratada.


Sueños de ayer

Ayer tuve un sueño nítido:
No identifiqué si era el agua o tú bajando en lugar de ella
No había noviazgo, amistad tampoco
Solamente existía ese sentimiento puro...

Como aquél que siendo niño va conociendo el amor.
Éramos los dos riendo sin penumbra
Gozando de aquello que no termino
Alumbrando ese camino que de pronto nos perdió.

Ayer era un sueño colmado de realidad
Más que hermoso, me sentía feliz de estar a tu mano
Fue entonces que comprendí el sentimiento
Fue entonces que Diós me dijo ser tú el sueño.
Nos veíamos tan inocentes sentados…
Me dejabas acercarme y te dejabas querer
Respondiendo a mi cariño con una sonrisa
Y muy frecuente se convertían en caricias.

Pero ahora, solo, espero no despertar y seguir dormido
Pues he puesto mi hado en tus manos
Aunque lo dejes escurrir como arena entre tus dedos
¿Por qué abandonar este misterio?

Hemos estado pernoctando, Diós sabe el tiempo
Y el tiempo nos ha dado tanto orgullo
Aunque uno de los dos tendrá que bajar sus manos ante ello
Y bajar también la guardia que pelea nos ha provocado.

Lo sé, alguien me advirtió, y yo nunca dije no;
Pero, cuando una flecha me ha acogido
No puedo evitar que se cumpla lo escrito…

Tuve un sueño ayer contigo:
Recuerdo rozar nuestros rostros…
¿Cómo besar el alma sin tocar tu cuerpo?
¿Cómo dejar que tus cabellos se deslicen por tus hombros
sin causar daño cuando se inquietan conforme al viento?

¿Cómo asegurarme de tu estancia
sin que te ofenda con mi presencia?
Si aún no he aprendido a llamarte por tu nombre
Ni siquiera he podido poner un suspiro
En algunas manos artesanas
Para tallar un momento nuestro.

Hubo veces que saber de ti no quería
Y cuando ocurrió de tu boca tal desdicha
Fue entonces que arrepentí mi partida.
Te odio de día y te extraño de noche

Tu hermetismo de pronto me congela
Pero tus confusiones hacen que vida tenga.
Y es que, de pronto, te volviste mi problema
Y dejarte ir con las manos vacías no puedo

Tampoco dejar irte sin dejar algo
Sin eso que haga que esto no haya sido en vano
Pues a alguna dirección esto iba enviado.
No es una carta con anonimato
Esto es a ti, por la que fumo y brindo.
No es sencillo quitarse una espina
Cuando amenaza con ser hiedra.

Ayer tuve un sueño a nivel de los más queridos
Y poseía una inocencia mística mortal…
Me ha advertido con arrancarme la vida…

¿Cómo ser la duela si cansado es tu paso?
¿Cómo ser la cañada incesante de tu eco?
Si no has querido poner una voz a mi silencio
¿Cómo ser lógico mientras hablo y actúo?
Si me has enseñado un lenguaje único
Y me dices que sólo amigos…

No sólo es un castigo para los dos
Ni siquiera lo es para vos…
Es estar negando un ciclo
Es el estar negándonos el tener un destino

Será que eres para mí
Será que no soy para ti;
Diós no decide, tampoco el tiempo lo predice
En ningún mandato divino o absurdo esta escrito,
Pues si juntos no hemos estado
Es o habrá sido por el conflicto entre nosotros,
Pero con cada uno no entre nosotros;

Pues más se teme que esto se salga de las manos
Y se pretendan pretextos, no son más que simulacros
Y… ¿Qué será de eso quedado pendiente por forjar?
¿A dónde irás tú y a dónde iré yo?
Si nuestro andar ha sido distinto y distanciado
Y seremos destinos soplados que atravesaron camino
Jugando un día pretender ser uno mismo.

Hacia allá iremos si no corremos el riesgo
Lo sé porque un ángel vino a decírmelo al oído;
Ese que fue enviado por Jehová mismo.
Este carecía de alas pero igual me hace volar
Ese ángel, eres tú en el sueño que ayer vino…

Y… eso de ser amigos…
Y tener q morderme los labios para no emitir sonido…
¿Pero q pasaría si el momento decide no callarme
y verterme un veneno para enfrentarme
a lo q nunca había querido contigo?

Pues si para tenerte, he apostado mi camisa y encanto.
Hoy esto propongo, si decides que hoy marcho,
Ir contigo… sin exigirte estar conmigo,
Pues si por amor a ti he venido…
Por amor, también me retiro.

Más si me llegaras a encontrar dormido:
Recuéstate a lado mío y pueda soñar contigo;
A mi lado, como hace tiempo debió haber sido,
Y si en algún momento sientes que esto no termino
Es por el no deseo que este sea el último
De eso que aparentaba tener sentido.

Más si con silencio has pretendido
Que cada quien se vaya con lo aprendido…
¡Pues así sea! No velaré más el “por qué” de tu olvido.


El manzano

Termina una nevada
Aquella que parecía nunca terminar
Mientras me hallaba en tierras lejanas
Ajenas a las mías que no respiran.

Saliste tú a los veinte días
Apareciste cuando no te esperaba
Una mirada más que inocente, angelical
Me absorbió sin explicación dar.

Caminaba en los senderos sin retorno
Me perdía en el camino aun desconocido
Llegaste con singular misticismo
Arribaste a mi casa por obra del destino

Una mirada basto y más tarde un encuentro
No tardé en identificar lo que había caído
Una manzana de algún árbol prohibido
No te quedas callada cuando intento cosecharte

Hacer de tu néctar el más dulce jugo
Sembrar esta semilla en el más verde campo
Sólo para que otro newton se maraville con ese fruto
Déjate ser amada y ser sueño divino de un cuento de hadas

Deja mecerme en el manzano de donde caer te vi
Excita mi paladar con tus palabras
Embriaga mi ser con tu lindura añejada
Cobíjame con la sombra de ese día en que te conocí

Haz de mis piernas tus raíces
De mis besos y mi alma la sangre que te recorre
En cada vertiente de tus venas
Crea de tus hojas en otoño mi cama

Y pon tu tierra como almohada
Vigilaré cada movimiento tuyo hecho por el viento
Jugaré entre tus ramas…
Serviré un día en oración por tus besos de manzanas.


Gente de servicio

Esto dedicado a aquella gente de servicio
Y q nosotros hemos puesto en olvido
A esa gente q pone el pan en nuestra mesa
A ti q limpias mis calles sin dirigir palabra

A todos aquellos que renuncian al día
Y hacen de la noche su jornada agotadora
Pues son aquellos que velan los sueños
Y q nunca una plegaria les elevamos y atrevemos.

Esto es a la gente que sacrifica se cama
Para dirigirse a curar a los enfermos
Para esa gente que hace de la caridad
Cosa honorable y premiable dicha.

Es sobre todo a la gente que toma de nuestro cuidado
Es también para la gente que trabaja en el campo
Incluyo igual a los sabios que nos instruyen
Pero he de hacerlo más con los maestros que nos educan.

Alabo, pues, a la gente q no lucra con sus servicios
Hacia esto va a los q pregonan y levantan consuelo
Pues a ellos me he yo de hincar para besar sus manos
Porque es por esa gente que labra en los valles
Que habita en los hospitales y a los que,
Con errante paso en las montañas,
Hacen llegar víveres de esperanza.

A todos aquellos que viven en la ignorancia
Una razón de la cual no he de renunciar yo a este mundo
Que pariendo hombres de cruel mandato, nos avergüenza.
No olvido así, a la gente que lucha por su pueblo
Y defienden a toda costa los ideales de su gente.

Es a ellos también, que, dedicados a su familia
En cuerpo, sudor y alma, renuncian al dinero.
No les puedo ofrecer a ustedes bienes materiales
Lo que si he de darles, es una plegaria digna para ustedes
Para que sepan, en algún lugar del mundo,
Alguien profundamente les agradece.


Mujer de hielo

He puesto tu nombre en el cielo
Sólo las nubes se asoman al vacío eco
Sólo la lluvia acaricia mi rostro
Todas esas respuestas frías de tu providencia.

Mujer de nadie, mujer de hielo
Mujer de sonrisas, secretos e hiriente misterio
Te mantienes quieta cual congelada escultura.
Haces de tus palabras filosos fragmentos de hielo
De una cueva escondida de la Antártica…

Eres niña de marfil acuñada por mano de un esquimal
Raspada con un diamante extraído de Alaska
Cristal obtenido del frío soplo de invierno.
Mujer de manos suaves, finas como nieve del polo norte,

Cómo podré derretirte si mi fuego no es basto
Cómo deshacerte tantos años de cruel frío
Como hacer una mujer de fuego si es de hielo
Si mi calidez no ha podido ser tal
Como para abstraer su sentimiento para forrarlo con deseo.

Princesa de hielo:
Cuándo dejaras tus montes árticos y bajar
Para que se derrita tu pose que también me congela.
Mujer de nadie, mujer de hielo
Mujer de sonrisas dolor y secretos

Ruego a dios poder una noche tocar tu alma
Descongelarla con la pasión que me devora
Que veas no te haré daño si te deshielas
Y te convenzas de lo único, amor.

El objetivo es quererte
Y que ames como a nadie has amado
Para que a fuego lento, halle a una mujer en llamas
Que castiga pero que ama… pero ya no congela.


Muerte y Creencias

Algo más fuerte que el amor
Esa noche de mí se apoderaba
Aún más hábil que la gacela
E imperdonable como el verdugo.

Eso que ni el médico más honorable
Artista de sus manos, pueda operar
Una sombría y estremecedora fuerza
Esa, capaz de hacer hablar al mudo
Y los sueños comienzan a ser parte de otro mundo.

Aquello es lo que exige lágrimas
Crecer a un alevín
Madurar al amor conforme al añejamiento
Qué sería de los hombres q luchan
Y q los niños renuncian sino la tienen.

A ti, a quien no podemos evadir
Y a quien algún día, hemos de acudir
Y es que hay veces donde perdonas al cobarde
Pero le permites al valiente ascender contigo.

Para ti, que desde días atrás siento acoso
Un confuso dolor que no pasa desapercibido,
Pues sucede que sólo me atacas en las noches
Sin que yo pueda enfrentarme a ti cuerpo a cuerpo
Y cómo sería este si lo llegases a tener.

Temo, así, el no poder contemplar otro alba
Esplendoroso áurea de la luna;
Ella, ha sido la más fiel novia que enamora.
Tú, que aún sigues sin darme respuesta a mis dudas
Tú, que sólo apareces antes de dormir
Y que haces acordarme ser tu y no otra quien me espera.

Cuál podría ser el hado al q no permites
Disfrutar un día del banquete de los fieles,
Sin embargo, te quedas callada aguardando el momento
Pues aunque suplique con voz decepcionada, nada aún me darás.


El fin de tu reinado

Llegas vestida de blanco,
Lista para declararte ante dios,
Dispuesta a amar ante sus ojos
Preparada a revelar tu misterio bajo su manto.
Hermosa y alegre te paseabas
Caminando sobre la roja alfombra,
Tú al ser mi amor primero
El más sereno, puro e inmaduro
Pero sincero y desinteresado
Dabas un si como cual bala en el pecho
Clavando una daga en ese ultimo beso
Comprendiendo que siempre serás unicornio.
Bajar las manos mientras te añoraba,
Simular que tu felicidad se convertía en la mía,
Satisfacer a tus ojos por haberme dejado ver.
Es el último verso que a ti queda impreso
Pues mí palabras serán refinadas oraciones.

Ese día, que de nuevo nos encontremos, por que así será,
Caminaré por esas calles que fueron testigos de mi amor;
Me alumbraban esos faros que no debieron encender tu luz,
Sostenía mi triste andar en ese parque testigo de locura
Cuando tú no atrevías y callabas ese sentimiento
Que derivó de tantos años a tu servicio.
Cuando por fin llegó ese día de conciliar tu amor,
Con aquel que nunca podrá igualar lo que entre nosotros ocurrió.
¿Cuántos días pasarán para que vuelva saber de ti?
¿Cuánto tiempo pasará para que pueda asimilar
tu despedida que fue el fin y será principio
de una era incierta desbordada al dolor de mi pecho?
Sin embargo, me miraste y dudaste,
No pensabas verme ahí, así como lo hice
Estar siempre a tu lado aunque nunca lo creíste.
Lloro en lo más profundo de cualquier poro de mi cuerpo
Sólo dios sabe cuanto te ame
Sólo Diós sabe lo que estoy dispuesto a hacer
Verte de frente para que puedas contar con un amigo,
Ese que prohibirá así mismo adularte,
Pues siempre jura y predice
Que si no estuvieron juntos en esta vida, en la otra será.
Todo lo que soy a ti te lo debo,
La loca manía de escribir y la forma de amar...
Serán una ofrenda al altar donde clave tu nombre
Durante seis años de batallas y alegrías.
Sin duda alguien esta llamando a mi puerta
Pero el cristal de mi templo
Impide que abra y lo roben como cuando tus ojos.

Gracias por devolver lo secuestrado
También por haberlo cuidado y no haberte aprovechado
La llave que puse en tus manos la diste de vuelta,
Y será entregada como cuantas letras dedique a tu belleza.
Y aunque tocaron tu alma
Nunca te dejaste volar conmigo
Y disfrutar de la riqueza en el cofre guardada.
Éste es el ultimo verso a ti dirigido,
Ángel enamorado nació en esta historia contigo,
Quedará enterrado en el cuento que hicimos
Y nos dábamos la tarea de que perdurara,
Para que nadie pudiera plagiar lo vivido.
Cómo separar de mi memoria
Seis años de bienaventuranza
Y un final en la iglesia,
Cuando de blanco firmabas tu despedida.

Ángeles de la noche!
Desenvainen su espada y viértanla en la luna,
La que me vio tantos años amarle a ella,
Haciendo de su sangre la tempestad
Que hará apagar los incendios incontrolables
Que hoy yacen en mi alma.
A su vez, eleven mil plegarias
Para que estos campos sean fértiles
Y den de nuevo una cosecha última de verano
Que será recogida por aquella que me pidió “espera”;

Y pueda deleitarse y enjuagar su boca con el fruto dado
De lo que es de antaño llamas de rosas envidiosas,
Que no permitían a otra campesina guerrera tomar cargo
Y ser guardia de estos valles a los cuales les pido lluvia
Para hacer florecer y hacer crecer vida,
Que por tu terquedad incineraste y nunca arrepentiste.
Regresa noble ángel que dio a la primera reina,
Y puso en el vientre del sentimiento a la princesa,
Que ahora con su llegada no conoce historia
Y sólo ve sorprendida del pasado las ruinas.
Ve y dile en secreto este mensaje
Que hoy en ti en suma confianza deposito:
Tú eres lo faltante para que los amaneceres contigo canten
Alaben y construyan una nueva prodigiosa cultura,
Esa, nacida de la inspiración, provoques con tu beso
La cura de tan crueles laceraciones por el pasado
Abstraigas de mi todas las cenizas dentro de mis llagas.
Es el fin de tu reinado de fuego
Pero has dado pie al nuevo, dejando se eleve hasta la gloria
Y caiga por una caricia, se muera con un beso
Y resucite cada mañana al oír un verso.


De ser pirata

Perderme entre un mar de llamas
Navegar en medio de rostros no conocidos
Abrir mis alas por miedo a caer en el vacío
Verter mi propia sangre en el filo de una daga;

Ir con dirección desconocida,
Me asomo a los viejos senderos
Camino sobre voces de victoria
Así también en los sonidos de deshonra.

Haberme escondido tras el iceberg de una novia,
Cabalgar protegido sobre un unicornio,
Nada dolía, nada pasaba, era ágil
Me arropaba la arrogancia.

Alimentarme de un sueño que daba todo y nada daba;
Me aislé dentro de mí, oponiéndome a las tormentas,
Veía como jugaba sin haber nadado en ella,
Conocerme cada movimiento era mi tarea
Mi afán por escribir, cantar, amar y otras rarezas,
Extralimitándome, fingiendo no conocer barreras
Cuando la nieve acariciaba la destreza...

Tres meses han bastado para abandonar mi vida bandida,
Sin destreza y con ropas sinceras,
Frágil e inseguro, carnada para las sirenas.
Me encuentras en una balsita, solitario,
Rompiendo con zozobra mi persona;
Te camuflageas y no te haces ver,
Si toco un poco de ti, prefieres atrás
Si no lo hago, nunca darás.

Y me da cólera saberte en un solo lugar
Sin que te pueda alcanzar
Y más rabia el no poderte explorar...
Sé que no tengo el mejor barco,
Y sí una mala historia como pirata,
Aposté mis tesoros perdiéndolo en los malecones...
Ni oro, ni joyas, aventuras o comodidad pude ofrecerte.

Fui pirata de sueños y vidas,
Aunque también no dudo que supe ser buen capitán al final
Que demostró ser capaz de mantener a su tripulación viva;
Decidiendo así, guardar una balsa salvavidas.
Terminar la búsqueda de la isla perdida
Que nunca fue colonizada, sólo es besada su arena.

Me quedé sin mapa al pie de la cuesta
Arriesgándome con valentía a tus aguas intranquilas.
Pero fui pirata de enardecidas leyendas
Aunque en una de esas rompí mi espada de la roca abstraída,
Misma que rompió armaduras y dejó en agonía.

¿Cómo puede un pirata, un cazador de sueños
renunciar a lo que más le dio vida?
¿Cómo hallan los piratas su destino cuando la brújula rota?
¿Cómo puede un explorador perderse en la rivera
y no darse por vencido hasta encontrar la afamada roca?
Cómo puede este pirata servir cuando ha sido anarquista
Y borrar la historia que lo hizo famoso,
Nunca pensó que eso algún día le afectaría.

Porque de un héroe nos gusta saber más como murió
Que del como luchó, salvó y vivió.
Más cuando una historia termina, otra nueva empieza.
Y cómo llegar a eso cuando hace falta otro protagonista.

Me encontraste siendo pirata
Me conoces cuando soy mendigo
Pero mi pasado influye con quienes quiero amar
Y mi lengua habla sin cesar,
Se cierra por lo que no se puede callar.

Fui pirata que conoció a una princesa...
Pero también soy capitán de siete mares
Y aunque he renunciado a todo para al fin dejarme ver...
Te pido a mi lado descanses para que vuelva a emprender.


Mi Religión

Toca tres veces la puerta y ponme en tu memoria
Acaricia las sábanas y cuélgalas en tu balcón donde las vea
Patea una roca, recógela y haz de ella mi iglesia,
Pon un beso en mi cara y otro más en el epitafio de mi tumba.

Crea de mí tu evangelio apócrifo en la Biblia de tu vida
Rompe mi cuerpo como ostia y enséñalo a tu gloria
Realiza un movimiento seña beatificada de mi respiro
Y mueve tu cabello al compás del tiempo en mi destino;

Entre tu belleza y mis manos el arte es creado,
Sobre el ligero de tu espalda enardecen mis dedos llagados.
Es como se siente la piel de un ser decadente recién resucitado
Es como paso las noches en vela mientras vigilo tus sueños.

Absorbe con el revoloteo de tus alas la inspiración de mis palabras,
Colócalas en un plato de plata acuñada a la luz de tus lunas
Enciende también una retórica llama del alma, faro de las sirenas
¡Y vuela gaviota, vuela! pues un beso no corresponde a mis senderos de lava.

Permíteme dibujarte, trazarte y plasmarte en el aire victorioso de la nada
Suelta los rayos dorados que muchas veces, incontables, cubren tu playa.
Yo sólo juego un papel pequeño, pues toda la vida
y pulsión surgen de ti bendita poeta.

A tu lunar endósalo a mi nombre para jugar con él azotándolo en la herida,
Para después cubrirme una noche, un día, en el valle de esta idea.
Cremaré mis palmas y la tinta recia derramada en tu cintura
Te enseñaré como dar a un momento un beso de inmortalidad...

Me mostrarás lo loco de mi plan cuando sin quererlo te vayas,
E irás a reinar decidida a otras corrientes su filosofía;
Y es que... Cómo pensar en el olvido sin que me hayas acogido con un beso
Cómo podría esperarte, ver entrar tu silueta
Y cobrarme con una mirada un verso

De igual manera, cómo harías de mi carne tu alimento
Y saciar los huecos que otras historias te fueron desangrando.
Clava con tus manos frías el fuego de mi pecho
Escóndete en el deseo desequilibrado de darte un beso
Refleja tu aliento en el portal de cristal que he puesto
Y hazme saber que aún sin haber estado, no te has retirado.

Clava mis brazos, mis pies y haz de mi un cristo encarnizado
Lava con una manta la sangre carcomida, engusanada, de este océano seco
Para que después, encaminada a la nada,
De otro cuerpo, te cubras de mi esencia...

Y recuerdes lo maravilloso de los minutos
Que hasta en silencio estamos juntos,
Arrojando risas, anécdotas, historias
Sin cesantes, allanadas en nuestra memoria.

El Pasado


Fantasmas

Toma vida el cuerpo en el crucifijo
Se desclava y sale huyendo
El viento se apodera de la cruz
Los cuatro vientos lo llenan de misterio
Y sólo se oye el paso pesado del cuerpo.

Los días se hacen noche
Las noches aún más se oscurecen
La sangre hierve, y al salir se congela
La tinta derramada en el papel se calcina
Ya no eres tú quien habita ésta pocilga

Es el vacío, las imágenes frescas
Me rodean, tu belleza, mi castigo
Te encuentro sonriendo, eres delirio
Tus manos aún tocan mi rostro afligido
Es tu cara fresca encerrada en las mañanas

Camino ciego, el negro se adueñó de mis ojos
Los cuentos ofrecen consuelo puramente etéreo
Es el hado maldito y benigno de haberme encontrado
Camino perdido, sombrío, en los valles encantados
Esos mismos que solía recorrer en las tardes de hastío

Y todo se vuelve contra mí, las iguanas, las salamandras
Todas ellas me dan la espalda, tus fotos me señalan
Me insultan, se pierde tu cuerpo en el fondo de ellas
Y quiebro mi frente en el cristal de la amante fría
Mis dedos se rompen en las letras, todas se congelan

Háblame querida diosa guerrera de la época mítica
Vuelve a ser mi ángel vengador de mis tierras
Sacude este árbol moribundo lleno de plaga
Corta las ramas, las raíces que ya no sirvan
Mete una brasa a mi garganta para renovarla

Sombras me asesinan en los sueños
Cuando eres tú la protagonista de mis vicios
Y hay días en las que deseo odiarte para que te vayas
Y que vuelvas más negras todas las horas cansadas
Después pedir que muera mi corazón y amarte ya no pueda

Pero es tu voz mi condena
Son tus palabras mi quimera
Te recorro en el vuelo andrógino
Me suicido en el espacio sin tiempo
Y te amo en el tiempo sin espacio.

De la tierra

Desnudo con el corazón en llamas
Voy corriendo en el templo de tu arena
Recogiendo las frutas místicas de mi enigma
Tus preguntas, mis historias y todas las tuyas…

Se plasman, revolotean en la alcoba
Miro a mi lado derecho, ahí te encuentras
Con la mirada fija al sol y a mis lunas
Descifras cada memoria al compás de tus ideas

Te mueves, vigilo tu trazo en el aire, minucioso
Me desequilibras, me mueres y te muero
Morimos, nacimos, vivimos, volvemos a la muerte
Volvemos a ella en vida a desenterrar nuestras agonías

No en la penumbra, no en la cobardía
Sólo en llagas postradas en el alma y en la frente
Y somos tierra, somos agua, viento y fuego
El corazón se detiene por ver la antorcha de mi deseo.

Y hacemos ofrendas a los vientos y a los años
Las experiencias sólo son ramas de algunos pájaros
Nuestros troncos son el amor tanto tiempo esperado
Las raíces, amor, las raíces son las piernas que nos han acercado

Ven y toma las hojas, come mis frutos
Absorbe el néctar de millones de sueños
El tiempo es relativo, tómalo que es nuestro
Haz de él tu mejor vino y sírvelo sin juicio.

Pertenecemos a la tierra y a los árboles
No somos tan diferentes, somos de nuestra madre
Y fuimos héroes, somos historia, somos de la tierra
No de las tumbas, no de desiertos, sí de las plantas.

Recogeré tu flor sin desenterrarla
La contemplo desde la semilla de tu amor añejado
El mío joven y torpe, no había nacido
Mantenido estaba a encontrar el sol de tus versos y besos

Crea tu posada en los eucaliptos
Sabes a menta y a flores de mis delirios
Lirios en el agua de tus besos se hacen tierra
Soy una salamandra jugueteando con tus palabras

Y se hacen leyendas, de marchitadas rosas y tierras
Pertenecemos a las aguas y a las arenas de diferentes vidas
Nos hacemos daño, comemos del otro, renacemos en nosotros
De la muerte creamos vidas, no paralelas, sólo nos sentimos.

martes, 11 de septiembre de 2007

Días de Soledad II


Soñando riendo que amo en el olvido…

Río, me tropiezo
lloro y me río
y sigo riendo
sigo llorando
sigo tropezando
sigo viviendo…
Bailo contigo,
me duermo, sueño
duermo que bailo
duermo que sueño
bailo dormido
sueño bailando…
Y te noto parada,
caminando luego;
camino y me paro
te siento y sigo caminando:
sueño, río, bailo, camino
y sintiendo, me paro…
Corazón/ razón
blanco/ negro
no hay matices
no hay extremos:
sólo eras tú en el cielo
hundida en un espejo.
razón blanca
corazón negro
encontrados es el espejo del cielo.
Nos llueve, se nubla, el sol nace
este sol nace mientras llueve
y nos nublamos en el sol lloviente.
Y nos vemos ahogados
nos morimos calcinados;
calcinados o ahogados,
siempre nos morimos
siempre nos matamos…
Alucinamos, corremos
comemos alucinados
tras amarnos y olvidarnos…
Olvidados y amados
mientras alucinamos amados
y nos morimos olvidados.
Suspiramos, preguntamos:
que si es sueño
que si estuvimos muertos
que si estuvimos vivos
que si estuvimos despiertos
que si nos escribimos a diario…
En las noches y en las tardes
en esas tardes sin soles
en esas noches sin mañanas distantes
en las horas furtivas y soleadas
llenas de soles blancos
en esos valles risueños nevados
en las cumbres de volcanes ardientes
nos recordamos, reímos, lloramos
nos amamos y nos olvidamos.
Y se mueren los sueños
las esperanzas yacen en los suelos…
En los suelos acabo
en el amor yo nazco,
contigo, sin ti despierto
no tengo tu cuerpo
ni tu aliento.
Y no respondes
y no amas de nuevo
no recuerdas sin mí
y te veo así en un sueño,
donde profundo,
en silencio,
en un abismo,
en una esperanza sin dueño;
y extraños nos volvemos,
extranjero en tus tierras
en lejanas montañas
en ríos secos
en océanos de fuego
debajo del árbol
dentro de un lamento,
fuera de tu risa
fuera de mi elemento
en una tierra navegante
en raíces de los amantes:
fortuitos, débiles y soñantes.
Las risas no tienen eco en tu memoria,
ni tus manos tatuadas en mi pecho
ni mis besos marchitos entre tus piernas,
mientras los tuyos vivos en mi centro.
Y volvemos a reír, volvemos a soñar,
soñamos que reímos, reímos y soñamos,
nos matamos con risas, soñados,
en abismos de amor y muertes
en espejos de los cielos
sobre soles cayendo en lluvias,
nocturnas de soles blancos
en tierras ahogadas, soleadas
por magma de volcanes
por magma de lágrimas,
en recuerdos muertos donde sueño
y ríes apasionada de olvidos
en lugares etéreos enterrados
en mis labios, en tus manos
en mi pecho, en tus piernas,
todo es como un río
en los sonidos moribundos
de vidas encontradas
extrañas y extranjeras…
reímos, volamos
nos escribimos, nos amamos
no olvido, tú recuerdas
que nos escribimos
que tenemos varias historias
y que riendo, me arrojas al olvido.


Historia de flores

Es en las flores de pistilos quebrados
donde esta noche veraniega yo parto…
Sin luces, en un túnel obscuro y espeso
más que el deseo de un beso relatado en un cuento…

Y vivimos una novela escrita por un manco
relatada en una tarde por un mudo
escuchada por un montón de sordos
y sentido por seres sin tacto alguno

estamos en una fábula de prosa poética
sumergidos en valles de rosas muertas
donde no amas, donde amo sin preguntas
entre los límites de mis historias y las tuyas…

Somos un mito escrito en las estrellas
unas aves de fuego que la tierra olvida,
y los mortales susurran una pordiosera dicha
de un amor incierto, de un amor en silencio:

Nos acobardamos con la muerte y la vida
en cada una de las letras prohibidas,
esas que hablan de flores y semillas
en las que incesantes se cosechan en mis amarguras…

Y sólo me siento en un claro de luna
en la orilla de un río vivo, pero congelado,
solo como una rosa aventada al océano
solo como la última gota de cielo cayendo…



Y vivo en una ficción sin pasado
en una historia escrita por el fantasma del futuro
donde los cuentos, mitos y noches han llorado
donde también los actores yacen cansados.

Ahora sólo quedan los cigarros y mi vino
en un sitio donde escondo tu rostro
y dejo en mis manos el calor de tu recuerdo
para que las tome y te escriban a diario.


Sintaxis

Y establezco puntos suspensivos…

El punto final me hace suyo
la coma marca una pausa con un beso
y hay un paréntesis de lo no vivido
y unas cursivas que resaltan tu suicidio…

Y se abrió la historia de amor jamás escrita,
donde en una ficción te desnudo y te hago mía
en letras de flores prohibidas y sueños marchitos
donde al ver la luz, el sol me evapore tus besos líquidos.

Caballero

Mira a los cielos en el suelo
en forma de agua clara congelada
como un alma en pena, condenada
por ese tacto sublime del deseo

resbala tus dedos de hielo
recibe las lágrimas del ciego
deposita tus ojos en el cáliz
vierte tu muerte en mi lápiz…

Déjame dibujar tu cuerpo frágil e incendiario
grabarlo luego en un bloque antártico
tomar tu llanto y ponerlo en mi lienzo
para arrojarlo al vino agrio taurino


de un alma que no recuerda
de otro calcinado por un olvido
en un féretro/templo aturdido
y tomarte en la flor de la luna…

Grito, ausencia de un eterno destino
caballero cabizbajo sometido a su delirio
consumado en una batalla última, destruido
y clavar su espada de tus lágrimas como rito.


Aroma en el sueño

Perseguí tu aroma con los ojos cerrados,
al encontrar ese olor, eras tú cocinando;
cuando terminé mi desayuno
ese olor volvió al acoso,
eras tú en el baño colocándote jabón…
Volví a la cama, caí en un sueño profundo,
me levanté de un salto por un olor que me atrapó
y estabas frente al espejo con un perfume azul…
Reconocí tu aroma después de años,
volteé la cara y era un mujer marchita,
se terminó tu belleza pero no tu aroma;
no vi en aquella mujer tu fortaleza inaudita,
corrí para alcanzarla, estaba en el suelo tendida;
recordé tu cuerpo en esa cama destendida
me acerqué y pregunté su nombre,
¡maldito el tiempo en que fui a alcanzarte!
Era tu voz, tu aroma, tus expresiones
y dijiste de nuevo tu nombre…
El aroma delató tu persona,
ese olor abrazaba aquél amor en fuga.
Te llevé a tu casa y te quedaste dormida
me puse a tu lado para recordar cada roma…
Al despertar, me viste a los ojos llena de penumbra,
preguntaste quién era yo y por qué tomaba tu cintura…
No supe callar, sólo reí, me marché sin más preguntas,
no he vuelto a saber del amor que antaño jurabas
sólo voy cada noche a tu casa a recordar tus múltiples aromas.










Amnesia

Si dormir es un largo gemido
cruel es mi sueño de tu olvido…
No abres tus ojos de cielo profundo
yo sí mis abismos de eco perdido

Soledad siento ahora despierto,
tú sigues dormida en el día de silencio
y avientas gritos desesperados a mi destierro
hasta hacerte abrir esos ojos de recuerdo…

Los abres y me miras
ya casi no ves nada
ni sabes de quién te habrás enamorado…
Tu amnesia me ha olvidado.

Qué hay de tantas tardes
con el sol en raya sentados tomando café
donde nos son mis ojos los que mirabas
donde no son los tuyos los que me amaban…

Y vives despierta en un sueño de día
mi gemido agonizante de que querer acordarte,
no alcanzó el susurro de tus memorias perdidas
a despertarte y decirte que un día me amaste.


Letras al suelo

Blanca invernal que cubre colinas
mata a las flores, mata a las crías,
acabas con las vidas, congelas las risas
sirves a la muerte, a la vida terminas…

Pasión, muerte, pasión, engaños
Besos, caricias, besos amargos
caminan por mi rostro, como hormigas
comen y se sirven de mi piel marchita.

Avientas golpes de nieve, flechas de hielo
congelas tarde a tu paso la primavera, mi ocaso
Promesas, esperanzas, promesas
todos los lagos, las mañanas, de blanco cubiertas…

Así cayeron mis letras entintadas
en las hojas blancas que el viento llevó prisioneras,
eso fue peor que si me escupieras
hubiera preferido que me ahorcaras o me murieras…

Todas las cartas, nuestras historias
murieron en la calle empedrada
no llegaron a ver la luz de tu memoria;
fueron pisoteadas, son basura, ¿qué culpa ellas tenían?

No habrá otro verso a ti arrojado
termino esto con un beso destrozado,
azotaré en el manto de tu cuerpo
mis labios ingenuos derrotados.

Ha finalizado la agonía
tiré a un lado a la pasión y a la alegría.
Las zapatillas de cristal en tus pies están derretidas
y ni orgullo sobra para amarte a escondidas…

Cuántos cuentos, cuánta poesía
una obra de teatro fallecida
así como tus dedos inertes
así como tus palabras congeladas e hirientes

se postraron en mi alma
matando como la nieve esta belleza
y ahora la obscuridad en la primavera impera,
¿sabes, acaso, que te llevaste el fuego de mi hoguera?

Tristes canciones se sometieron a los delirios
de tus aromas, de tus pechos enardecidos
de los besos ultrajados, de silencios acostumbrados
y no son ellos los culpables de tus propios engaños…

Muere la ternura junto con mi locura
desenraizada de las montañas mi bravura
no vimos la distancia entre el paso y el abismo
en un espacio en el suelo fue que abrimos.

Se han roto las ramas
las semillas ya no germinan
todo plantado en suelo infértil
regué un árbol frío y estéril…

No, ya no siento, tu flecha postrada está
me tiñó de negro y un fuego azul me rodea,
me hace el amor, como tú lo fingías en las avenidas
y comprendo ahora la mentira total de la vida

de la mía, de la tuya, ¿fue nuestra algún día?
Y termino con los ojos llenos de dolo y llanto
miro el caminar pobre de nuestros pasos
un velo pobre nacido en la muerte de un hado.

Y no hay más paso a la locura
se acabaron las risas, la tirria, todo en tu mirada
y no es pasión, ni odio, tampoco es ternura
sólo es salir de ti y dejar salir del suelo mis letras…


Silencios del alma

… Y se pone en manifiesto la vida
encerrada en la muerte de estos días
donde la tierra llora rocas de lava
quemando hadas, animales y marionetas

un amor enorme al que dejo salir en la noche
acariciar tus manos, tus cabellos son quimera
en una tierra mojada en la que no para de llover
mientras coloco un crucifijo en la garganta maligna.

Finjo soñar que no me despierto, he preferido callar
en vez de dejar libre un beso de despedida
y camino por las calles solo, en silencio
en calles empedradas de escrituras en verso

y así transito yo en la penumbra bajo la lluvia
me moja, se hace mi compañera, soy de ella
mi amante la soledad toma mi mano y me lleva a casa
así voy caminando, en una cueva con antorchas apagadas.

Me veo en el espejo de la mañana
le escupo a mi indignante cara
rompo mis poemas, todas las historias
una rabia implacable corre en mis venas.

Te recuerdo, sale una lágrima desde mi cama
me escala la espalda, me araña la memoria
sólo sonrío y me vuelvo a mi ausencia
solo sin mi alma que se ha quedado en la luna

me siento extraño, voy vacío
condenado por tus dedos
hechizado por esos abismos
no te encuentro, te respiro, más no te veo

y juego colgado de los candelabros
hasta que veo mi ser caído en el patio,
escucho melodías que me dicen todo
me dicen nada y hago un nudo mis nervios.



sueño contigo sin mí y conmigo
en una luz y en una tierra en el tintero.
Te dejo dormir y callo el alma
misma que me da la espalda

como esas letras que algún día fueron mías
y no soy ni viajero ni libélula
tampoco una salamandra o una semilla
ni un ave de fuego ni un cuervo

y me vuelvo a la nada
y ella me rescata para colocarme una frazada
me he vuelto ciego y me recupero en la madrugada
te bendigo los sueños y corre el misterio

las imágenes de los santos se enfurecen
mi religión es el haber estado en tu cuerpo
mi silencio ese rezo de no ser más tu viajero
caballero inaudito en cuento de hadas escrito

y me vuelvo lo mismo
y no descifro qué fui de ti y contigo;
leo tus palabras, no me veo entintado en ellas
ni tú siquiera rasgas el velo de maya verduga.

Ya no soy del viento, ni del fuego
ni del agua ni de la luz ni de la tierra
y te extraño como ese cristo sometido
mi cuerpo es el mismo de altar de una iglesia

y te pienso
y calla mi alma
todo es incierto
y prefiero me leas.

No será lo último que quede de la vertiginosa novela
que un día nos vio germinar hasta ser árboles
que daban cosecha de zarzamoras en verde follaje
y no era más que el amor quien nos regaba con su silencio…

y paso así mis días de silencio
de un alma que no se atreve a hablar
de un cuerpo sediento de tu calor infernal
en el cual congelado he terminado sin ser más amado

mientras te veo, levanto mis ojos y prefiero evadir la mirada
hablarte inevitable proeza de una condena de quererte cerca
y soy de nadie, ni de mí, ni de ti, ni de madre tierra
me pertenezco a la nada solitaria navegante de la noche en sí misma.

El Sauce

Sauce llorón de hojas largas y solas
rompe ese nido que no los verá volver
no extrañes más su presencia de locura
se han ido dejándote solo en el monte Kasbek
Sauce llorón que no dejas llorar
ya no tienes animales colgados de las ramas
tus raíces se secan sin la esperanza nuestra
ya nadie te abraza ni te cuentan leyendas

Sauce llorón que no dejas de llorar
permite al sol queme tus hojas y tu belleza
permite a ese río quebrar tu corteza
permite que los malos designios cobren su fuerza
Sauce llorón que no dejas de llorar
te recordaré en esta plegaria cuando la lea
tantos infortunios pasaste de reinas malvadas
pero una diosa hizo que todos tus habitantes se fueran

Sauce llorón que no dejas de llorar
haz de tu madera una barquita de azar
navega calladito en la neblina de su mar
y húndete en el remolino de su trinar
Sauce llorón que no dejas de llorar
sin amor en llamas como pretendes respirar
si tu color es opaco como crees que te voy a amar
si el paso del ave es andariego… cómo harás a la guerrera regresar.

Sauce llorón que no dejas de llorar
consúmete en el viento del abismo
entre tus montes y los tuyos que no los verán
en un sigilo debilitado del veneno del olvido
Sauce llorón que no dejas de llorar
suspira amor sin amor de una diosa
vuélvete semilla y ponte en un semillero
deja que alguien más te compre en el libre comercio

Sauce llorón que no dejas de llorar
hazte de la gente, piérdete en ella
no dejes que te hagan germinar en otra tierra
no regreses a ser la casa europea de la frontera
Sauce llorón que no dejas de llorar
incéndiate, nadie más te habitará para amar
Sauce llorón que no dejas de llorar
Sauce llorón que no dejas de llorar
Sauce llorón que no dejas de llorar
triste Sauce no llores más porque nadie te volverá a habitar.

Días de Soledad


NAVÍO A LA DERIVA

Colinas negras del desamparo
canciones dedicadas al ocaso
cuerpo de flor soñante
amor de un corazón decadente;
traigo los huesos rotos
en los umbrales celosos
de soles envidiosos
de la pesadilla de tus besos:
entre las sábanas prisioneras
están las lágrimas de las caricias.
Veo por la ventana el celeste
que nubla a los ojos que llueven
viendo una gota pordiosera
perdida en el espacio de mi mano
capturada por morir en la carencia
suave niña derretida en mis versos.
Huelo el perfume de tu ausencia
presencia eterna en la cama infinita
dando maromas en las olas del olvido
y cuido la huella del tiempo dividido:
anido el aroma de tu cuello inmaculado
larga distancia entre el hombro y el oído
susurrando amor de la sal de un respiro
mientras taladrabas con tus besos mis sentidos.
Pruebo las cerezas en bocas de sirenas
mito del devorado marinero en las sombras
nadé a ti cuando náufrago me sostenía en la deriva
sin reconocer la playa espumosa de tu partida.
Existencia unida a la nada
pasión inútil de mi vida congelada
dulce hiel en rosas encendidas
con tu mano postrada en mi herida;
abismal refugio de una letra obscura
acudo a la luz apagada por tu ternura:
vacías son las palabras de un viajero
en gritos silenciosos de un viaje etéreo
mientras aniquilo al pirata escondido.
Ladrón de almas suaves he sido
frágil cortina encerraba la joya del destino
cofre de seres vigilantes en barcos del delirio…
En un puerto fantasmal destruido
con mi navío de papel entintado
flamígera pluma que le ha escrito
incinerando la historia del rojo amor
obseso camino en remos inoportunos
pensamientos abstractos de frío tacto
con los faros lunares que he trazado
y me vuelvo a la locura del fuego abatido
enterrando mi boca en la arena de mi trino.

Apocalipsis

Y se avivan las cenizas
una silueta fantasmal me mira
nuestros demonios juguetones
esas miradas siempre uniformes;
hoy se clavan en mis manos
y esos besos apocalípticos
se clavan como lanza en mi costado…
Y se me va la vida de nuevo
las flores, el paraíso, nuestros bosques
llenos de hojas, de letras vacías
en incontables frases alojadas
creando castillos y muelles
de este navío que ha quedado perdido:
la costa de tu cintura se ve lejana
las cascadas de tu piel envenenada
me arrastra me enmudecen y te recuerdan.
Hoy se abre ese abismo bíblico
fin de nuestro ser unido y paralelo
donde no nos encontramos
en donde el viento me trae aquí tu misterio;
y te miré hoy, pero no estabas a mi lado
crucificado te acaricié con el pensamiento
en un monte dividido por mis sentidos…
Se asomaron los siete ángeles del infierno
avisando primero mi muerte y congelamiento
luego aplastando las huellas de tus caminos
andados y calcinados con los míos
siguiendo la inutilidad de mis versos
terminando ensordeciendo mi voz en tu alcoba.
Y todo se vuelve fuego en mi entorno
quedo yo encapsulado en un soplo de invierno
tú en un olvido veraniego de mi llanto
donde la lluvia ahogó esta tarde tu canto
cuando tu ausencia se hizo presente a mi diestra
mientras el final absorbió toda tu belleza…
Y así abandoné mis dominios ya por la noche
tormenta fatal de tu absoluta inclemencia
aprisionando hasta matar el olor de tu delicadeza
frágil gota de sangre puesta en tu copa
extracto de mi esencia muerta y ciega
soplada en un cristal al llover mi alma
cuando sostenida en la tuya cae peripatética
salada situación saldada por rencor a mi fuerza
esa que me levantaba derrotado de las batallas
mientras te miraba hoy y no veía tu figura
suicidándome cada momento cancerígeno de mi respiro
contemplando así lo apocalíptico de mi destino
ahora que los caminos se enfrían sin ver pasar nada.

Sin hacer poesía

No he venido a escribir poesía,
sólo a dar unos versos esta noche
de una tinta que me olvida;
a veces suele hacerlo también la vida;
pero me olvido antes de existir…
Es en ese momento,
como uno de tantos,
en los que se me ocurre un rima.
Esos silencios…
Iguales a las de un hoja en blanco
similares a cuando uno da un beso
o más bien cuando lo roba,
esos ecos en las montañas
en mi silencio cuando te tengo
y te vas, y vas a tu marcha,
sin preguntar ahora a dónde irás…
No, no he venido a escribir poesía.
Sólo te recordé, como siempre,
en un silencio, en la hoja en blanco
y todo ha terminado igual.
Yo existía sin ti
y contigo dejé de existir,
ahora he nacido de nuevo:
sin llamas en el mar de las ilusiones
donde la arena se moja de recuerdos
la espuma soslaya mi mente
y la sal seca mi llanto;
ahí me he visto nacer esta noche,
lo que una vez fue poesía…
Se resumió en versos carentes,
de unas manos nuevas marchitas
temblorosas, llenas de miedo
que no encuentran encanto en otro cuerpo…
Y vuelvo a decir que no he venido a poetizar
sólo a recordarte en las rocas de esta mar
en unos brazos que me cobijaban como estelas
y tus ojos reflejando la luna en las sombras…
He vuelto a nacer
pero ya no soy yo, tampoco otro
menos aquel que besas…
He dejado mi existencia en tus puertos
ahí, el viejo yo, terminó muerto:
sacudí mis alas y abandoné mi cuerpo
encarné en un lobo estepario de algún desierto.
Pero como no vine a hacer poesía,
vine a decirte que tú eras ella
cuando un poema me embestía.

Tu nombre

En el valle de un silencio
me arrastro moribundo
cuando escucho a mi voz
desde lagos blancos…
Es tu nombre mi hospicio.
Con bocanadas de humo
gris y triste
azul de un ave mendiga
que buscaba refugio
pero encontró tiranía.
Repito cansado tu nombre…
Es una cruz de hierro
puesta en un altar sangrante
de jueces inquisidores
condenándome a mi muerte.
El sonido no se oye
soy de la hoja de la nada
un suspiro olvidado de tu cuerpo:
navegamos distantes y sonantes
poderosos cortejos antiguos
que nos vieron decapitados
en las noches consumidas
de cirios que velaron tu partida.
Robaste mi mano diestra
mi pie izquierdo
el ojo derecho
y un corazón zurdo deshecho.
Aviento mis palabras al aire
que no sean secuestradas
que a tu ventana se paren enfrente
y te reciten cada noche mis letras:
no tienen voz,
necesitan del agua de tu boca
y las oirás como el mar en huracán.
Te acordarás de mí como una hoja blanca
como la tinta derramada en tus piernas
humillada ante las palabras nocturnas
enamoradas y violentas.
Lleno mi copa con tus caricias
y me saben mejor ahora que son añejas,
cuando no son tus uñas las que resbalan;
buceaban esa noche en mi inocencia
mientras miraba el ámbar de tu cara.
Eso era tu nombre en las sábanas
cuando ahora cierro los ojos y grito
te grito poniendo un beso en los pinos;
pero despierto, estoy solo
y tu nombre en mi boca es mi martirio.