miércoles, 23 de diciembre de 2009

Proposiciones


Me gustaría que me beses donde nadie lo ha hecho

que manejes mis emociones a tu antojo

y que te implantes en mi sueño

donde nunca deje de soñarte...



Me gustaría pedirte que seas el amor en mi vida

que sostengas mi mano a lo largo de los años

me gustaría que nunca te vayas

para que nunca muera

para resucitar cada noche

en cada beso

cuando estés sobre la cama.



Me gustaría prepararte el desayuno

enjabonarte la espalda

Me gustaría atenderte después del trabajo

y reírnos o mandar al mundo al diablo...



Qué dirías si confesara

que me gustaría tenerte toda la vida

andando desnuda alrededor de la casa

y que me gustas para madre de mis hijos



Qué dirías si te pidiera que fueras

la cuñada de mis hermanos

la nuera de mis padres

y la tía de mis sobrinos



qué dirías si te dijera

que quiero cuidar de ti para siempre

y quizá más...

qué responderías si te pidiera

que fueras mi piso y mi techo

mis paredes y mi puerta



qué me dirías si esta navidad

te digo que ahorremos para vivir juntos

qué pensarías de mi locura

si te digo: dónde firmo?



y qué me dirías si te pido

ser mi bella esposa?

domingo, 20 de diciembre de 2009

Lluvia de diciembre


Por tus diez años de ausencia ¡salud! Mi hermano, nunca te olvidaremos...

Y estoy sentado en la penumbra de la soledad
Donde cada palabra que pienso
Es esculpida por la gracia de mi mano…

Desde aquí veo los días cómo transcurren:
A la mañana le sigue la noche
Y a los segundos los minutos

Pero tras años de vacío
Sigo sintiendo tu presencia a mi lado
Que araña las cortinas cuando el viento se cuela
Cuando veo tu sombra sentarse en el sillón
Para burlarse de mí…
O quizá conmigo,
Por cómo es que he pasado mis días
Sin recordarte en las hojas
Pero hablando de ti a diario.

Ven esta noche y rómpeme la boca
Para que no te siga pronunciando

Ven esta noche en mi sueño
Y dime que todo marcha bien
Que puedo vivir sin pensarte
Y que tú vives sin cuidar mi espalda

Dime que voy por buen camino
Y que ya no quieres ser molestado en tu tumba
Dime que te deje en paz
Que no deshonre tu memoria
Y que no vea a tus viejos amigos…
A tu última novia.

Son diez años y seguimos contando:
Mi hermano te dedicó unas palabras en su boda,
Mi padre te hizo un altar como si fueras santo
Mi madre a veces llora cuando te sueña
Y yo… que sigo rompiendo el suelo recordando tu paso.

Ven y estréllate en las gotas de lluvia de esta noche
Ven y abrázame antes de que pueda enterrarte
Dame un beso en la frente y luego vete
Vete a donde algún día te alcance y compensemos
Toda una vida que no vivimos en estos terrenos

Pero antes de que tu carne siga reposando
Y que tu alma nos vigile desde una lejana estrella
Despídete con la historia feliz que nunca hubo…

Siéntate en mi escritorio
Y fúmate un cigarro conmigo:
Vamos a reír y a contar anécdotas de familia
Vamos a llorar y relatar las veces que tuvimos miedo
Vamos a mirarnos fijamente y hagamos algo juntos…
Darnos la mano haciendo un pacto de vida tras tu muerte
Para que no sea la historia de tu vida la que muera contigo.

Regálame una sonrisa,
Regálame esa caricia con la que te despediste
Y regálame esa lánguida mirada
Segundos antes de tus ojos cerrar por siempre…

Y después sumérgete en los charcos
De esta lluvia nocturna tardía del año
Donde el sol de la mañana te recoja
Y caigas después como una lágrima
La próxima vez que tu recuerdo
Inunde mi tiempo y mi espacio.

Escultor de hielo


Todas las tardes que llegaba a la casa pasaba a verlo; su casa era una antigua bodega para camiones de bomberos, ahí el vivía y trabajaba, casi no salía. Su trabajo era realizar esculturas de hielo para eventos de lujo, y a pesar de tener muchos conocidos en el medio artístico y político, él prefería pasar las horas construyendo otra obra en el enorme refrigerador que era su casa.
Un viernes salí temprano del trabajo, y antes de ir a proponerle matrimonio a mi novia, pasé a verlo. Toqué a su puerta y él salió a recibirme con una lánguida mirada y una profunda sonrisa; vestía con una camiseta muy delgada, unos jeans negros y botas negras a prueba de agua –si mantengo mis pies calientes, todo mi cuerpo se mantiene igual- solía decir siempre con una pícara mueca en la boca. Al pasar, me enseñó en lo que estaba trabajando, era un pedazo inmenso de hielo con cinco metros de altura y tres de ancho, me dijo que se la habían dado ese mismo día en la madrugada y que no reparó en saber al instante qué figura debía sacar de ella. Apenas llevaba la pura base trabajada, pero presumía que después de esto… él se retiraría porque sabía que no iba a superar su trabajo –después de esto, no habrá otra cosa por hacer, podré morir tranquilo, nada volverá a tener sentido para mí, porque, aunque me pidan cosas más elaboradas, nada podrá superar el arte al que le estoy poniendo a este bloque de hielo- dijo.
Después de esa visita, tardé unos meses en ir a verlo, las cosas se complicaron un poco para mí, pues me habían rechazado el anillo y decidí sumergirme en el trabajo; pero, quizá fue la curiosidad de saber de él, pues durante esos meses nunca lo vi salir de su casa, sólo se veía la luz prendida todo el tiempo, y durante las madrugadas, si ponía atención, lograba escuchar las fresas de esmeril y piedra tocar el hielo. Toqué el portón blanco… tardó varios minutos en salir a recibirme, cuando lo hizo, me miró de abajo para arriba –pasa, tengo algo que mostrarte- dijo enseguida de ¿reconocerme, acaso? Me pidió que me sentara en un rincón, donde solía estar un pequeño comedor con una cocineta, ahora sólo había un enorme charco de agua congelada, Dios, vaya que hacía frío ahí. Él comenzó a hablar sin parar, un monólogo de cómo tenía que ser tallado el hielo, terminó su discurso con una serie de sueños donde él aseguraba que esa figura lo acariciaba por las noches si él llegaba a quedarse dormido del cansancio, y que en ese momento, volvía al trabajo. Se despidió de mí dos horas más tarde, disculpándose –lo lamento, no es que te corra, pero debo seguir trabajando- puntualizó con una voz seria.
Tres meses pasaron para que pudiera ir a verlo de nuevo; toqué a su puerta, tardó más esta vez en salir a recibirme, y cuando lo hizo, no dijo nada, sólo dejó la puerta abierta para que entrara. El lugar parecía más descuidado, las cosas estaban en el mismo sitio donde estaban en la última visita. Esa tarde había ido a verlo para decirle que me iba a Europa, pero ante su indiferencia a mi presencia, sólo me quedé a observarlo. Noté que sus manos y su rostro eran de un azul muy tenue, sus barbas y su cabello largo, eran como pinos en inviernos, escarchados, y movía sus manos a esa figura con tal delicadeza que parecía que estuviera tocando a la mujer que ama y fuera su primera vez en estar con ella. Sin decir más, decidí levantarme de la silla sin hacer ruido y me fui sin cerrar bien la puerta.
Pasaron tres meses más, la puerta seguía entreabierta, tal y como lo había dejado, decidí pasar sin el más mínimo ruido; el piso tenía una lámina delgada de hielo y todo alrededor parecía estar cubierto de un campo hermético que mantenía las cosas sin polvo. Fui caminando hasta donde él estaba, y entonces, por primera vez en meses, pude ver lo que él había creado: un ángel de imponentes alas, una mano sostenía una espada que recién se desenvaina y la otra en la funda, con una rodilla en la base, la otra flexionada. El rostro de su obra era tierno, perfecto, podías distinguir cada facción, cada estela, cada detalle que él le había puesto; la figura estaba tan bien pulida que podías ver a través de ella. Quedé sorprendido, él ya estaba arriba de una escalera terminando, tallaba, con mucha suavidad, los cabellos. Realmente no quise molestarlo, estaba a punto de dar la vuelta para retirarme, pero dijo con una voz ya muy ronca –no te vayas, sólo me falta el último cabello para que la veas terminada- y decidí hacerle caso.
Estaba él terminando de tallar el último cabello, y en el último trazo con su cincel, algo hizo que el ángel se cuarteó por completo y cayó en pequeños pedazos al suelo, en pequeñas cristalinas lágrimas de un niño que pierde a su familia, en gotas de rocío que aparecen en las hojas veraniegas en la primera lluvia del año. Él lanzó un grito en silencio, volteó a verme, sus ojos parecían ser de un ciego, azules, sin retina, su piel era de un azul de alguna playa griega, sus cabellos y su barba parecían estalactitas que se forman en millones de años dentro de las grutas. Se quedó sentado en la escalera con su mirada vuelta hacia mí y vi cómo poco a poco le salían un par de gotas azules por los ojos. Mi corazón quebró en ese instante… me paré enseguida para salir, y él se quedó inmóvil.
Durante la siguiente semana los vecinos empezaron a quejarse por el agua que salía de esa casa hasta que llegó la policía, fui para allá para saber qué había sucedido, alguien les indicó que yo solía entrar mucho allí, por tanto los policías pidieron mi declaración. Pedí me dejaran pasar, pues la última vez que entré había olvidado una bufanda del amor que me había rechazado; al entrar, no había nadie, sólo una escalera en medio, con una camiseta blanca en el suelo, unos pantalones negros en el último peldaño y unas botas negras más abajo… todo el piso era agua, debajo de la escalera un charco azul. No había mucho qué decir ya a los policías, dejaron minutos más tarde que me fuera a casa. Ha pasado ya tiempo desde aquél incidente, algunos rumoraron que abandonó el lugar y se fue al sur, otros más a la Antártida… pero yo sé bien que no fue así.
Hoy decidí poner flores a la puerta de su casa y una escultura de cristal de un ángel para acompañar el arreglo. Esta tarde también llegó ella a la casa, la dejé pasar, no dijo nada, sólo me veía escribir… y minutos más tarde dejó la puerta entreabierta.

viernes, 9 de octubre de 2009

Historia de un amor



AGUA

Vierte en mi boca
El agua salada de tu cuerpo,
Haz de mis manos ríos
Y acomódate en mi manto de océano

Hierve toda el agua bajo mi piel
Y deja que brote de mis poros
Hasta que inunde tus tierras,
Hasta que mueras dos veces
Y vuelvas a nacer en el agua…

Evapora mis mares
Y déjalos caer fríos por mis caminos

Llena mis pozos
Llena mis abismos
Llena mis caudales secos
Y sacia mis desiertos

Sumérgeme en tu delirio,
Desembócate en el mío,

Corre por mis venas

Y sé vital…

Permíteme ser náufrago,
Permíteme probar tu tormenta
Y deja que me ahogue de ti…

Sírvete en mi copa
Y déjate en cascadas ser mi vida

Luego sécate de mí…

Y luego vuelve a mojarte conmigo…

Se río…

Y seré por ti.




TIERRA

La semilla que plantaste ayer
Hoy ha germinado

Lo que ayer era un sueño
Hoy es un árbol que crece al cielo:
Su fruto es la esperanza que me has devuelto,
Su tallo la vida que me has regalado.

Hoy te recorro por centímetros
Con mis pies descalzos:
Piso por tus caderas
Como por montañas,
Piso por tu vientre
Como por senderos

Y piso por mis sueños
Como piso ahora el suelo que nos sostiene
En el mundo onírico ya terrenal.

Juega entre mis ramas,
Revuélcate con mis hojas,
Atórate con mis raíces
Y cobíjate con mi follaje.

Explora cada monte
Cada idea
Recorre cada volcán
Cada sentimiento
Camina cada cueva
Cada temor
Acampa cada claro
Cada juramento

Piérdete en los bosques de mi mente
Y vuélvete al árbol que has sembrado

Vuélvete a mis pisadas

Y vuélvete a mis manos
Que labran los surcos
Para que siembres trigos
Y siembres sueños

Así, amor, cosecharemos más vida, cosecharemos el fuego.




FUEGO

Me diste la razón
Y se creo nuestra condena…

Por un te quiero
Recibí lenguas de fuego
Por un te amo
Recibí tus incendios

Hoy los verdes valles
En mares rojos se han convertido

Hoy no nace la esperanza
Hoy no nace la vida
Hoy despierta Prometeo
Para causar estragos en tu contra

Cada poema
Cada cuento
Cada anécdota escrita
Se marchita
Y se consume hasta quedar en cenizas

Hoy hago de tu amor origami
Y lo quemo con tus besos de papel

Someteré tu calor
Y liberaré a mis demonios,
Haré de nuestro paraíso
Nuestro infierno

La chispa con la que comenzó este amor
Hoy destruye esta historia de papel…

Si ayer quise ser agua y tierra para dar vida
Hoy quiero ser fuego para ser muerte

Y con este fuego… tu fuego…

Incineraré al ritmo de un cigarro
Tus besos, tus caricias y las palabras jamás dichas…

Así, ya no habrá más recuerdo vivo

Que haga acordarme de ti.



VIENTO

El espectro de la muerte
Murmuró tu ausencia

Y regresé como amo del viento
A las ruinas

Me suspendí un rato en su espacio
Para escuchar el silencio
Y oír los ecos fantasmales de tu risa

Pero el aire que allá habita
Me trajo un olor a muerte
Que desgarró mi garganta
Y destrozó mi pulmón derecho
Por tanto haberte pronunciado
Y por tanto haberte respirado…

Me encuentro intoxicado por haberte llamado.

Un vacío gélido invadió mi cuerpo
Y no fue más que el recuerdo

De un amor extinto…

De un amor que ha muerto

Solté un suspiró
Y se desvanecieron las huellas

Se alejaron las cenizas
Y entonces el silencio fue el dueño.

Dejaré que los ríos te escriban mejor que yo
Dejaré que la tierra grabe tu memoria
Dejaré que el fuego se corone y se consuma
Y dejaré que el viento vaya libre en la nada…

Ya no tengo más que decir
Ya no tengo más que escuchar

Todo lo que poseo de ti lo arrojo
En un espacio en blanco…

Que no es mas que el sonido del entierro

De nuestra historia, nuestra vida

Se cubre con música de violines
Y percusiones de letras en una hoja
Que soplaré desde lo alto de un cedro
Para que sea víctima del viento

Así, estos últimos versos quedarán perdidos
Bajo la sombra blanca de mi olvido.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Llovizna


Surqué las nubes con mis dedos
Y el cielo comenzó a llorar
Cuando eran desgarradas
A mi suave caricia…
Violé lo mágico
Cuando bebí la sangre del cielo
Que dejó escurrir a mares cuando
Fue herida por el encanto de mi gloria,
Por el encanto de tu fracaso
Que fue más tuyo que mío…
Todo te lo regalo,
Sin más rastro…
Para que cuando me pregunten por ti,
El agua del cielo se haya llevado
Toda memoria contigo y por ti…

Y con tres cigarros me fumaré mis lágrimas
Y sacaré de mis pulmones otras nubes
Que no hayan atestiguado nuestra historia,
Que si llegan a vernos pasar juntos
No me avisen tu presencia
Para que no alce mi mano y vuelva a lastimarlas.

Ahorqué lo críptico
Cuando me arrojé a los deseos de tu cuerpo,
La tierra me atrapó con sus raíces
Y rompieron las alas…
Cuando quise volar, sólo pude levantar las manos,
A mi caída, el alma se fragmentó como una gota:
Y rompió en millares de sueños transparentes
Que cierran sus ojos contigo
Para seguir lloviendo
Hasta que mis heridas sanen…

Y no haya más noches con sueños
Tampoco lluvias
O gloria…

Ya el tiempo me dejará alcanzar el cielo...

Sin más memoria… sin ti.

La vida es más compleja de lo que parece


El velo semitransparente del desasosiego
un día se vino a instalar entre el mundo y mis ojos
yo estaba empeñado en no ver, lo que vi... pero a veces...
la vida es más compleja de lo que aprece.
Pensaste que me iba a quebrar y subiste tu apuesta...
me hiciste sentir el sabor de mi propia cocina.
Volví a creer que se tiene lo que se merece...
pero la vida es más compleja de lo que parece.
Todas las versiones encuentran sitio en mi mesa.
Todas mis canciones, encuentran una sola certeza.
No quiero que te lleves de mí nada que no te marque...
el tiempo dirá si al final nos valió puro dedo.
Perderme, por lo que yo vi, te rejuvence,
la vida es más compleja de lo que parece.
Mejor o peor, cada cual, seguirá su camino,
cuánto te quise, quizas, seguirás sin saberlo...
lo que dolería por siempre, ya se desvanece.
La vida es más compleja de lo que parece.

Jorge Drexler

miércoles, 29 de julio de 2009

Si mañana muero...



Con las letras tallo mi muerte
Y con las palabras esculpo mi vida:
Cada frase realizada es sentido
Y significado de mi existencia.

Si mañana muriera…

Si mañana muero
No cabría en mí el arrepentimiento
Ni el “yo hubiera”…

Si muriera…
Si me enterraran…

Diría que fui la persona más feliz
De este mundo…
Pero también el más desdichado,

Que conocí tres veces el amor
Y que también he odiado tanto
Como he amado;

Si muriera mañana no dejaría pendientes,
Me he vengado y he lastimado…
Pero también perdonado sin hacer daño

Y besar… aún sabiendo que seré traicionado.

He estrechado las manos de mis amigos
Así como la de mis enemigos;
He tratado de igual forma al débil y al fuerte
Pero siempre he preferido defender
Al ignorante que al “conocedor”
Que descansa su torpeza en la lengua…

Si maña descendiera a la tierra
Lo haría lleno de templanza,

Pues he aprendido a soltarme
Y a arrojarme al vacío de los sueños
Y conquistado las cimas que me puse de niño;

He aprendido cómo hacer llorar a los ciegos
Y hacer reír a los mudos,
Escuchar a los sordos,
Y hacer sentir al hielo el calor
De mis manos y mi delirio.

Si mañana muriera
Sería con los ojos bien abiertos,
Pues he visto a mis veintiséis
Un desfile de acontecimientos
Ásperos y adversos
Así como placenteros y gloriosos:

He visto cómo un hermano se vuela los sesos
Y arrancarse la vida con un disparo
Y he visto a otro hermano dar vida a otro humano
Con el poder y la fuerza de un orgasmo,
He visto a una hermana caer de rodillas
Y rendirse al amor y dejarse acariciar por la soledad
Y he visto a la otra hermana llorar su primer amor
Y arrastrarse en los placeres infinitos de otro corazón…
He visto a un padre flagelarse en borracheras
Y decir tonterías y amenazar de muerte a un hijo
Y he visto a una madre despojarse de su alma
Para entregar medio siglo a sus hijos.

De las cosas que he visto
Si muriera mañana,
Diría que ha sido divertido
Ser parte de una familia tan dispersa…
Pero tan unida que estoy seguro
Que si mañana muero…
Ellos me recordarían hasta que llegue su turno.

Si muero mañana…

Si mis restos descansaran en la tierra mojada
Me acordaría de las veces que me sumergí
En el fondo de una lágrima
En el fondo de una vagina inquieta,

He probado el amargo sabor de la cerveza
Y quedar inconsciente durante horas
Tras algún festejo de algún amor en pena,

He visto a mis veintiséis
Cómo se rompe un corazón en tristeza
Y he visto volar al mismo con un beso;
He sabido qué se siente la resaca
Y tener que trabajar con la saliva blanca
En las comisuras de los labios

Y sé también que es no querer levantarte
Porque has despertado con un mujer a tu lado.

Si muriera mañana
Diría que fui un hombre libre,
Que alcé mi puño ante la opresión
Y que nunca bajé la cabeza,
Que erguí mi pecho al cielo
Y que aprendí a retirarme cuando he perdido…

Cuanto he perdido…
¡Cuánto he perdido…!

Pero al perder he aprendido
Que no es malo recibir ayuda
Y que a veces es mejor que no te estorben,
He aprendido que la vida no se mide en actos,
Tus pensamientos son los que te definen;

A mis veintiséis me he apoyado
En el hombro de mi madre,
Azotado por el puño de mi padre
Y amado de la mano de mi hermano,

He sido ultrajado y vendido,
Me han odiado y han amado,
Me he obsesionado, y se me han obsesionado
Me han admirado y he defraudado:
He roto tantas promesas
Como libros he leído en mi vida…
Y libros he leído cuantas semanas tengo en la tierra.

Si muriera mañana sólo pediría que me canten,
Me lean y me pongan muchas flores,
Todo lo poco que tengo en este mundo
Se volverá polvo y olvido,
De nada serviría que me entierren con mis pertenencias.

Si muero mañana que hoy sea un día normal:
Que me hagan el amor
Escribir unas cuartillas
Leer unas páginas
Saludar a un amigo,
Hablarle a mi último gran amor
Acerca del por qué no somos destino…
Y al caer mi última noche,
Miraría atento hacia el cielo
Y buscaría a la luna,
Me perdería en su aurora
Y por fin, sonreiría…

No importa si mañana muero…
No importa que no haya tenido hijos,
No importa que mi ambición no se venda al dinero,
No importa qué tan irresponsable he sido,
No importa cuánto daño haya hecho,
No importa con qué mujeres me he metido,
No importa qué amigos he preferido,
Y no me importa si esto es un sueño
O mi despedida, o un nuevo comienzo,
Si mañana muero, se viene todo conmigo.

He visto amaneceres en quinientos lugares distintos,
Me he revolcado en el suelo con mi porquería
Y me he visto perdido encerrado en el baño
Suplicando mi muerte
Y terminar noqueado por la idea del suicidio;

Me he liberado de la autocensura,
Y librado a mi mente de lo superfluo;
He navegado en mis sueños
Y masturbarme con la mujer
Que nunca me hizo caso.

He saboreado el final de mi primer amor
En la alfombra roja mientras se casaba,
Y he acariciado el hijo que no fue mío.

Si pudiera hacer un recuento de mi vida
Antes de que mañana muera,
Recordaría que he escalado montañas de arena,
Que he sentido al aire quemar mi cara,
Que he caminado senderos pobres
Y recorrido la mundanidad de los hombres;

Sé qué se siente entrar a un lugar
Donde a la llegada todos de ti murmuran,
Y he levantado mi tercer dedo
Para ser criticado con provecho.

Me río de los sensibilistas
Y me río de los conservadores,
Me río de los religiosos
Y me río de los tradicionalistas;
Confío plenamente
Que aquello que no te mata
Te vuelve más extraño y más solitario

Y a la chingada si mañana muero
Y descubren mi cuerpo semanas después,
Al diablo con todas esas ceremonias fúnebres
Donde hablan de ti como si fueras un santo…

Qué más da si muero o si mañana vivo,
Pues todo cuanto he querido
Lo he bebido de mis manos
Y lo he escupido en el rastro.

viernes, 3 de abril de 2009

De las fotos sin olvido


El problema de olvidar es que hay que acordarse que hay que olvidar... No pienso en ti, me lo prohibo, de no ser así, tendría que olvidarte... Y aún no lo quiero.

Intento describir
Cómo se posa la luz sobre tu cuerpo
Y la caricia detenida
Entre tu mano y mi piel
Que se estremece cuando a obscuras
Encuentro un momento…
Un retrato en la memoria
De cómo es que recordaré esto…

Cuando tu ausencia sea la que se presente
Atrás de mí y sea yo, solo,
Quien me vea retratado
Con las manos en el rostro
Deteniendo las lágrimas…

El día que te vayas.

Cuando llegue esa noche
Y sucedánea mañana
No habrá luz que se estrelle
Sobre el resto de mi cama:

Te pediría que volvieras
Cada verano para que sea lluvia
La que me recorra la cara,
Pediría que regreses cada otoño
Para que no sean sólo mis pisadas
Las que truenen las hojas,
Pediría a gritos que vuelvas en invierno
Para que el frío no se acomode
En el espacio de mis brazos
Y mis piernas…
Y en primavera te diría
No te vayas nunca…
Para que sea el calor de tus muslos
Los que provoquen florecer mis sábanas

Y corte sólo una de ellas
Para mantener el recuerdo vivo…

Si un día te marchas.

¡Qué difícil es describir
Una imagen grabada en la mente!
Qué harás tú con la foto
De vernos abrazados a media luz
Donde era el viento el que se colaba
Por este cuarto sin puertas
Y nuestros ojos los testigos
De cómo ese aliento se encargaba
De abrazarnos y llenar los espacios
No recorridos aún por los dedos…

Qué harás tú sin mí
Y qué haré yo sin ti…

Qué harás tú sin ti
Cuando estás conmigo…

Así como yo sin mí, contigo.

No, sólo quiero congelar un momento
Y que el tiempo y el olvido
Empolven y maltraten
La foto donde te guardo desnuda…

Si te marchas…

Y nos volvemos coleccionistas de momentos
Cuenta cuentos para los posibles nietos…

No los de nosotros…
Sino los ajenos…

Los tuyos sin ser míos
Y los míos que nunca nacieron…

Cómo sacar esas fotos
Que nadie presencia
Y cómo hablar de ellas
Cuando los caminos sean distintos:

Caminos de calles empedradas
Que sostuvieron los pasos contentos
De manos entrelazadas
Llenas de pétalos algunas
Otras tantas de orgasmos…

Qué le dirás a tu próximo amante
Acerca de las fotos que dejé en tu memoria,
Qué le dirás de las imágenes
De mi rostro perdido en tu mirada…

Qué hablaremos los dos del otro
Cuando ya no se trate de nosotros,
De nuestro mundo enfermo
Y consolado atravesado
Por el virus medieval
Del tiempo que cruza
Nuestra fragilidad natural,
Del olvido que envenena
La mente y los sentidos…

Cuando sean otros ojos
Con los que te retrates
E invadan lo que forjamos
En las noches y en las tardes
Donde nunca pensamos
Que nuestro amor era eterno,
Donde sólo sabías de momentos
E instantes sentados al alba
O al crepúsculo, o la puesta

En que todo pensamiento
Era ataviado y masacrado
Por la pausa del silencio
Y el sonido de las nubes,
Con toda una ciudad a nuestros pies
Y de toda una vida
Colapsada por el retrato
Frío de nuestros encuentros…

Qué difícil es tener que imaginarnos
Dejarnos y permitir que la vida
Siga como un río,
Cuando queremos ser rocas
Desgastadas por el agua

Cuando tenemos recolectadas
Tantas imágenes que se dan
Como olivos antiguos
Y son cortados por cada beso
Y cada mirada de frente
Cuando estamos acostados…

Qué pasará cuando la eternidad
De un momento ya no sea eterno,
Y qué pasará cuando al abrir los ojos
Seamos aves andariegas
Que buscan el calor del verano
En otras tierras.

Escribo acerca de los retratos
Como si quisiera que estos nunca se fueran;
Y no dormir para que en mi soledad
Que te recuerda, no sea sólo una sombra gris
De todas estas noches que me siento
A temer y a fumar
Tu advertida partida,

Pero… a dónde iremos después…
En qué otras fotos estaremos posando
Y olvidando lo que todo este tiempo
Ha custodiado en secreto
De otras voces guerreras
Que quieran quemarlas
Y hacer suyo lo nuestro…

Qué haríamos después
Con el álbum dedicado
A la creación de nuestro andar
Si algún intruso osa en saquear
El mundo que hemos erigido…

No quiero que pase…

No quiero calmarme, quemarte…

Quemarme…

No quiero poner en una foto
El aviso de “no olvidar”
Y que esta sea víctima
De l fuego del tiempo…

Y no quiero que mientas
Cuando alguien te pregunte
Por esas fotos donde estamos juntos…

Pues detrás de ellas…

Y más allá también…

Nunca podrás quemar los recuerdos… de mí.

lunes, 23 de marzo de 2009

Génesis


Al principio todo era luz, sombras blancas... y surgimos de la nada.

Una sombra que dibuja mi cuerpo,
Una luz que la fragmenta,
Una serpiente que juega
Entre los pedazos rotos en el suelo
Se avienta e injerta su veneno
A mi luz que se quiebra.

Soy excreción del ser
Que se deposita en la nada
Donde en el azar me acuno
Y sirvo a tejerme en un río
De la presencia absolutamente vacía
De la nada…

Y despierto, dormido, proyecto
El sueño para alimentar mi existencia,
Mientras me ahorco
Con el hilo de palabras ligeras
Que carecen de sentido primigenio
Y donde todo se crea de su blanco entierro
De nuestra naturaleza incierta

Somos parte de algo…
Pero correspondemos a nada…

Somos producto inmediato
De una creación sin significado
Que se tiende y entiende
Por símbolos y signos
Que sostienen la levedad
Y explicación de algún origen…
De alguna historia:

Que si los mitos
Que si la sabiduría del pueblo
Que si las tragedias
Que los cuentos
La lengua…

Y sólo podemos explicarnos
A través de las trabes
De la construcción de la cultura.

Llenamos todos los huecos
Que habitan por no saber
De dónde venimos
A dónde vamos
O de quiénes somos…
Y ponemos conceptos de libertad
Amor, progreso, unidad
Virtud, educación
Y un montón de complejidades
Abstractas y subjetivas
Sólo para dar razón de nuestro vivir…

Para darnos trascendencia
En un mundo “histórico” e indeterminado
Preconfigurado y contingente
Sobre valorado y valorado
Que no tiene punto de partida…

Y ¿a dónde nos dirigimos
Si no existe providencia?

Y le echamos la culpa a un Dios
Imaginado por nuestras
Pobres y absurdas mentes
Que necesitan un consuelo
Ante la eterna pregunta
Del origen…

Y nos sentimos abandonados
En un mundo carnicero
Y falto de valores
¡Por no tener un principio!

Y entonces nos volvemos
Indiferentes y nos damos lo mismo,
La alteridad nos importa un carajo
Y nos preocupa, a su vez, qué hay del otro:
Que nos afecta, nos mueve
Nos conmueve y conmociona
Pero detrás de todo esto
Sólo nos tenemos a uno mismo

Albergados en una casa sin puertas
Pero siempre vigilada
Por los puercos de la reflexión
Y la edificación de “la vida buena”.

Esta carencia del sentido
Nos pierde en el laberinto de Creta
Donde buscamos constantemente
Una respuesta, una señal
Una salida…

Y aplastamos todo irresponsablemente
Aniquilando el entorno
A la natura, a, y entre nosotros,
Y hasta los que vengan después de eso

¿Qué podrán encontrar?

Un océano de lágrimas
Que lloraremos cuando al salir…
Sigamos sin la respuesta del comienzo
De nuestra era, la más suprema
La más denigrante y la más pordiosera.

Retornamos entonces, y así,
A seguir acabando con nuestra creación
Y hasta con lo que nos es ajeno
Y nos es propio…

¡Todo por una maldita pregunta!

Y nos inventamos “la misión”
Y “el toque divino” que según nos es conferido
Por alguna causa que debemos de haber emprendido
Al final de este viaje que hicimos por casualidad…

Y entonces… nos ponemos en las manos
Del destino o de Dios…
¡Creados por nosotros
y por la ignominiosa terquedad
de seguir buscando el imperioso
origen y final de una historia
que (¿necesariamente?) nos hable
acerca del mundo, la vida, la muerte
por “la misión” y sumisión de nuestra
marchita existencia!

Damos cuentas pobres
Y pequeñas ideas
A cerca de nuestro génesis…

¡Dios ha muerto!
Y el hombre la pasa bastante mal…

Tenía razón aquella persona
Que se atrevió a ver más allá de nuestro laberinto
Limitado por nuestra conciencia
Y finitud, de nuestro ser temporal
Que anhela explicar todo como si fuera eterno
Pero que intenta huir de la inmortalidad:
Agente causante de la quimérica ansiedad
De saber cómo y bajo qué criterios
Alguien nos expuso en un plano
Enraizado en la nada
Donde jugamos a interpretar
Todo lo que nos dicte una posible respuesta
Que nos haga ya de no depender del fuego

Y del sol…

Es en el cielo y en la inmensidad del infinito
Donde encontramos el ejercicio de echar a volar
La paloma con alas rotas…

Sí, presumiendo los cristianos
Que se nos fue conferido el “libre albedrío”
Y “la redención” y todas esas palabras
Que no tienen más fundamento
Que el hecho de que por sentirnos desamparados,
Vomitados y paridos por la mente arrabalera
Que indaga en la soledad individual y colectiva,
Donde asumimos como “la verdad” de nuestro ser
Estar puestos en la mano divina,
Y de creer por nuestra fragilidad
Que nos debemos a un máximo poder supremo
Por no sentirnos expulsados
Del edén, de la matriz
De la generación espontánea,
Y creamos recovecos
Que son igualmente fétidas cavernas
Para azotar la culpa de estar olvidados
Y apuntalar con el dedo
A un máximo motor poético
Al cual podamos maldecir
Por la fortuna o infortunio en nuestra excursión
Por el valle de las lágrimas de sangre:

Por donde pisamos encontramos tierra roja
Que fue teñida por el sacrificio de matar
En nombre de un Dios de nuestra cabeza;
Y escuchamos voces
Y hablamos al aire,
Como si ese otro participara con nosotros
En un diálogo monológico…
Al que creemos le importamos
¡Si al menos existiera!
Y se nos dice cómo comportarnos
Por medio de enseñanzas de algún profeta
O de algún maestro, héroe-trágico
Que atrevemos a tomar como estandarte
Y decir que mueren por nosotros
O que se van de nosotros
Pero siempre vigilantes…

¡Qué paranoia saber que te observan siempre!
Y la culpa ahí metida, nacida por una pregunta,
Nos ha metido en camisa de espinas
En que cualquier movimiento que hagamos
Será para lacerarnos y desgarrarnos la piel
Hasta que perdamos el sentido de lo que estamos haciendo
(si hubiera uno):

Matamos en nombre Dios
Ganaremos esta guerra a su nombre:
En nombre de Dios nuestros caballos
Aplastaran los ejércitos enemigos…

Si fuera este nuestro origen…

Sabríamos que nuestro lazo es de violencia
Y que nuestro destino es el exterminio
De una raza mamífera animal
¿racional?
Pero histórico y trascendental
Porque es producto e hijo de su pasado
Que actúa para un futuro
Y de presente inexistente…

¡Pero ni siquiera sabemos de dónde venimos!
¡Cómo saber a dónde vamos!

Hacemos planes y edificamos una vida,
Nos llenamos de reflexión, y de conocimiento
Como si hubiera algo qué conocer en este mundo
Y apartamos la razón del instinto
Sin saber que nuestro misma ¿razón? Es nuestro instinto
Donde por medios psicologistas le damos respuesta
A ¡nuestro presente!
Y nos sentimos determinados
Cuando todo en el hombre es cambiante
Y es incierto
Inexplicable mas no divino.

No somos hijos de nuestra historia
Tampoco de nuestro pensamiento
Ni del lenguaje…

Somos hijos de la nada
Y de la tierra
Virus que todo infecta y destruye,
Que se alimenta con la enfermedad de su entorno
¡Y hasta de nosotros mismos!

Como un suicidio colectivo
Nos asesinamos y nos ponemos
En brazos de la familia y de la pareja…
Del padre y la madre
De los hijos
De los nuestros y de los ajenos
Que son el resultado de la indiferencia
Que nosotros y los anteriores han ido forjando

Esta indiferencia se coloca en nuestra genética
Y por nuestra misma acción de cultura
Esta misma se quiebra
Y cambia
Da vueltas, se conduce lineal
Se hace una espiral
Y entonces nada en nosotros puede ser verdadero,
Ni el nacimiento
Ni el desarrollo…

Pero la muerte…

Sí, la muerte es lo único seguro que sabemos:
El retorno a la nada, a la tierra y al aire
Donde nos fundimos con el todo
Y la nada del ser, porque si no fuimos
Tampoco seremos
En un sentido metafísico, antiguo y medieval.

No es caer en un nihilismo
Tampoco
Sólo es hacer conciencia
De que si no sabemos de dónde venimos
No podemos saber a dónde vamos…

Y vemos esculpida nuestra historia
En los periódicos
En las revistas
En medios de tecnología
Que le dan en la madre al ambiente
Y por ende a nosotros

¡Y me maldigo cien veces por ser cómplice de ello!

Mis oídos se han acostumbrado
Al clickeo del mouse
Al compás de las teclas del key board
Y a la música que escucho mientras escribo esto…

El referente de los hombres ahora es la técnica:
Prostituta que rebasa la ciencia y a la sabiduría,
La ramera culpable de ser adictos a su veneno
Como la vagina húmeda que se a cuesta
Por primera vez en nuestra cama:
La vemos acostada y sollozante
Hambrienta
Y nos despojamos de todo
Y nos volvemos inconscientes
Nos olvidamos del entorno y sólo está ella
Y nosotros…
Confundidos en un ser
Cuando el orgasmo llega.

Apenas estamos viéndola…
Como adolescentes encendidos
Que experimentan sin medir consecuencias,
Y echamos otra vez esa maldita culpa
De herencia cristiana conforme crecemos.

No, no existe por el momento un orden
Ni una guía de vida
El mundo como lo conocimos de niños
No es ya el mismo

Sabemos que nuestra humanidad es joven
Puberta, etapa en la que nos metemos ácidos
Otras sustancias, la primera cogida
La primera tentación a la muerte
Y la indiferencia hacia el otro:
Somos egoístas como humanidad,
Como adolescentes tempranos
Creyendo que todo gira en pos de nosotros

¿Cuándo entenderemos que no es el hombre
El centro del universo, ni su medida de las cosas
Ni la técnica es nuestro mayor orgullo?

Y la empleamos para retardar la muerte
Pero no queremos ser eternos…
¿Entonces para qué la necesitamos?
Si al rato no queremos lo que nos ofrece.
Y lo mismo pasa con los medios…
Cuando un día nos despertamos y decimos:
Hoy quiero desconectarme del mundo…

¡Como si el mundo sólo fuera tecnología!
Evidentemente nos hemos olvidado
De lo que verdaderamente es el mundo…

Hasta se nos ha olvidado ver los amaneceres
Las lunas rojas y los cielos estrellados.
Se nos ha olvidado qué se siente el agua
Fría de un río que moja nuestros pies
Y nuestro cansancio…

Ya no detenemos a escuchar qué secreto
Cuentan los árboles cuando son apabullados por el viento
Y tampoco nos sentamos a oír el frenesí y el celo
De los insectos en la pradera.

Sólo escuchamos el embrague de los camiones
Y la combustión del motor en los carros,
Sólo podemos saber de ruidos
Que son creados con un martillo
Sobre la carpeta asfáltica.

No, se nos ha olvidado escuchar
El crujir de las ramas del otoño
Y de escuchar el sonido de un silencio de invierno,
De igual forma no entendemos ya
El lenguaje de los pájaros en primavera
Ni de las golondrinas en su arribo al verano…

Ya no comprendemos el constante andar del mar
Que se avienta contra la playa
Ni el romper de las burbujas de la espuma
Que se extiende por la arena…

Toda su existencia se narra en segundos,
Desde que nace en la cresta de ola
Hasta que se destruye con la gravilla
Donde hemos invadido con turismo.

Para qué salir de vacaciones si nos encerramos
En nichos de concreto y vidrio…

¿A caso salir significa romper las barreras del laberinto
Del asesino minotauro y si no encontramos algo afuera
Nos regresamos y volvemos a construir la pared
Para seguir buscando la salida que nos lleve
A la respuesta de nuestro origen?

Se dice que fuera del hombre nada hay
Y que si queremos entenderlo
Habrá que hacerlo desde él…
¿Pero sin reconocer nuestro origen?

¿A caso se ha olvidado el lamento
De los grillos sobre el césped mojado
Por millones de gotas de lluvia?

Seguimos buscando necios
Las respuestas en el hombre
Fuera de la naturaleza
Cuando la misma naturaleza somos nosotros…

Y se le echa la culpa al pensamiento progresista
Occidental, sin saber que los otros también
Influimos en la deconstrucción del ser
Donde unos no se hubieran logrado sin nosotros
Y nosotros no nos hubiéramos logrado sin ellos:

¡Desde el reconocimiento de si éramos humanos!
Vaya favor que nos hicieron…

Dejamos de tener nombres de la natura
Y nos damos la identidad que ya no nos corresponde:

Creación-origen-hombre-lengua
Intentamos entender nuestro génesis
Siendo que nos hemos alejado de nuestro comienzo…

Nos hemos objetivizado como si fuéramos artefactos
Y producto para autoconsumo,
Como un cigarro que se consume en nuestras manos
Donde su historia nace en nosotros y muere en los labios:
Somos tabaco fumado
Que riega sus cenizas en nuestra propia basura
Mientras enfermamos y morimos a diario.

Pero hasta cómo suena el chillar de las hojas
Del tabaco que se quema muerto hemos olvidado,
Así como también el sonido que se produce
Cuando pisamos en tierra mojada
O el sonido tranquilo que se interrumpe con un trueno…

No, ya no escuchamos sonidos…
Sólo ruidos…

Tampoco sentimos la brisa del cielo
En sus primeras lluvias
Ni sentimos la caricia de los animales
Que se buscan cuando aparece el frío.

Ya no comemos identificando los sabores
Ni observamos el ocaso…

Sólo vemos el fin de una era que se autodestruye
Conforme vamos succionando sus elementos…

Y eso que apenas somos nuevos…

¿Qué quedará cuando lleguemos
Como humanidad a viejos?

¡Qué les dejaremos a las siguientes generaciones
Cuando intenten buscar su origen!
Qué hay de las enseñanzas
Si todo vamos aniquilando
Ahora que empieza a ser tarde para recuperar
Lo que ya hemos perdido en el camino…

Hubo un origen…
En algún momento de la historia se produjo…
Pero nos hemos olvidado tanto de la naturaleza
Y nos consideramos ya tan aparte de ella, que…

Hemos dejado de lado la búsqueda de nuestro génesis…
Donde la respuesta se encuentra si nos callamos
Y dejamos a la naturaleza confirmarnos su poesía
Siempre que detengamos nuestro holocausto.

viernes, 6 de marzo de 2009

Despertares



Mi joven estrella:
Que tu titilar siga el compás
De la mar agitada
Y del océano agresivo…

Rompe tus olas todos los días
En el reflejo de tu brillo
De tus ojos que despiertan

En una vida que te encuentra…

Donde te acomodaste en un sueño
Y donde tu vida comienza.

Sueña, pequeño mío,
Sueña y aprende…

Sigue soñando

Para cuando despiertes…
Estarás amando;
Ya después entenderás

Que lo mejor de vivir…

Es soñar.

viernes, 20 de febrero de 2009

Sonido y Silencio


Las palabras mudas de un poeta

Mete una espada a mi garganta
Golpea mi costado izquierdo
Y róbame el aliento…

Dale sentido a mis palabras:
Que cada letra sea una pluma
Y la hoja en blanco mi viento.

Rompe mis labios
Coloca una brasa en mi lengua,
Rompe mi garganta
Colapsa mis pulmones
Y exprime mis venas
Hasta que sólo aire quede en ellas…

Dame un soplo de vida.

Enamórame cada noche
Y despréciame en la madrugada,
Enciérrame en tu mano
Y déjame volar libre entre tus dedos…

Sáciame con tu mirada
Y aliméntame con tu silencio.

Llena de vocales mi cama
Y no quites tu sonido cuando te vayas,
Pero llévate nuestra historia
Al abismo de tu cuerpo
Para que suene mi eco
En el espacio vacío
Entre el mundo de tus pensamientos
Y el mío.

Lanza cien flechas directo a mi pecho
Y enfrasca el último suspiro
Cuando me dejes muerto,
Así podré ser eterno:
Mi voz empañará las paredes de cristal
Para escribirte en maitines a diario…

Hazme preso de tus ojos
Y condéname en esos océanos
Donde quede al naufragio,
Y me sirva a encerrar una carta
En alguna botella que liberaré
A tu mar.

Deja que sea tu respiración
La que guíe mi mensaje
A través de tus surcos de agua…

Y que se cierren las estelas a su paso
Para que no encuentre su regreso;

Que navegue en cada cresta de ola
Para revolcarse en tu espuma:
Inquieta, sollozante…

Cuando llegue a la playa de tu vientre
Tómala, destápala y no leas mi nota,

Sólo bébela,

Sólo vívela…

No intentes entender mi poesía
Que tú eres su secreto…

Y su significado… está en los sueños.