jueves, 3 de septiembre de 2009

Llovizna


Surqué las nubes con mis dedos
Y el cielo comenzó a llorar
Cuando eran desgarradas
A mi suave caricia…
Violé lo mágico
Cuando bebí la sangre del cielo
Que dejó escurrir a mares cuando
Fue herida por el encanto de mi gloria,
Por el encanto de tu fracaso
Que fue más tuyo que mío…
Todo te lo regalo,
Sin más rastro…
Para que cuando me pregunten por ti,
El agua del cielo se haya llevado
Toda memoria contigo y por ti…

Y con tres cigarros me fumaré mis lágrimas
Y sacaré de mis pulmones otras nubes
Que no hayan atestiguado nuestra historia,
Que si llegan a vernos pasar juntos
No me avisen tu presencia
Para que no alce mi mano y vuelva a lastimarlas.

Ahorqué lo críptico
Cuando me arrojé a los deseos de tu cuerpo,
La tierra me atrapó con sus raíces
Y rompieron las alas…
Cuando quise volar, sólo pude levantar las manos,
A mi caída, el alma se fragmentó como una gota:
Y rompió en millares de sueños transparentes
Que cierran sus ojos contigo
Para seguir lloviendo
Hasta que mis heridas sanen…

Y no haya más noches con sueños
Tampoco lluvias
O gloria…

Ya el tiempo me dejará alcanzar el cielo...

Sin más memoria… sin ti.

La vida es más compleja de lo que parece


El velo semitransparente del desasosiego
un día se vino a instalar entre el mundo y mis ojos
yo estaba empeñado en no ver, lo que vi... pero a veces...
la vida es más compleja de lo que aprece.
Pensaste que me iba a quebrar y subiste tu apuesta...
me hiciste sentir el sabor de mi propia cocina.
Volví a creer que se tiene lo que se merece...
pero la vida es más compleja de lo que parece.
Todas las versiones encuentran sitio en mi mesa.
Todas mis canciones, encuentran una sola certeza.
No quiero que te lleves de mí nada que no te marque...
el tiempo dirá si al final nos valió puro dedo.
Perderme, por lo que yo vi, te rejuvence,
la vida es más compleja de lo que parece.
Mejor o peor, cada cual, seguirá su camino,
cuánto te quise, quizas, seguirás sin saberlo...
lo que dolería por siempre, ya se desvanece.
La vida es más compleja de lo que parece.

Jorge Drexler