Hoy hablé de ti:
Sólo un instante:
me sumerjo en tu abismo
en el polen de tu flor marchita
en la cadera de tu tiempo ingenuo
y muero en la herida de tu costado
sin convertirme en tu sangre…
un instante medieval cuarteado.
Te postras en la celosía
tocas mi ventana de aire
y te filtras como verano en mi cama:
Beso tu imagen etérea
dejo arranques mis pétalos con tu espina
me ahorcas con tu tallo bugambilia
recorro tus pistilos quimera…
Es sólo un instante…
Otra más de esas noches en tu ausencia…
Donde me pongo a jugar con tus demonios
me toman de las alas y cortan mi pluma
esta pluma que maldigo por haberte herido…
Fracturo mis manos por crearte un vacío.
Cada amanecer me acuesto en tus hojas
otoño muerto en un río frío me acuna
me cobija tu desesperado aliento enardecido
suelto tus brazos de ayer que se fueron contigo:
tiro de las raíces que rodean mi sueños
mientras te voy viendo en mis delirios
lirios de mi lago sostenido en mi arteria
mi sangre de rosas murió con tu canto sirena
en una de estas noches con la luna ciega
y he perdido tu silencio y tus laureles huellas…
Me he vuelto jardinero de orquídeas…
Te has convertido en flor desértica en mi pantano
un sueño distraído por el trazo antiguo
un par de huesos rotos de mi fortuna
flor de mayo sin primavera onírica
y aún así te veo plantada en cada maceta:
intento enterrarte en páginas de la tierra
roer cada semilla puesta en cada letra
dejar podrir los frutos edén de ti, mi Eva
y terminar erosionando con plantaciones tu presencia…
Tu presencia…
Génesis Maya donde recojo tu grano
amargo café de todas mis mañanas
mito clásico de jaguar negro extinto
me arrojé acucioso al filo de tu colmillo…
Voy siendo agricultor de orquídeas he dicho.
De esa manera podré sobrevivir a tu hoja amazónica
concretando palabras violadoras del instinto
congeladas al compás de tu flor de ocaso
para romperme los hombros si algún día te encuentro…
En cada instante de mis noches mensajera paloma
anido en las ramas de canciones absorbidas
salvajes sus ritmos cuando abriste en los jardines
el trino desolado agoniza desde tu partida.
Y sólo corté una rosa carmín en mi tumba
arrastrándome a ti fui perdiendo mis ropas
desnudo llegué una noche a tu carroza
esa calabaza que transporta mi alma
no he vuelto arar mis campos de tus semillas
pero tu rastro obliga a seguir cortando rosas
quiero un invernadero de orquídeas
pero la enredadera de tus flores aún me ahogan…
Caigo ave presa en tu jaula de espinas…
Muero culpa andariega de negra orquídea
tinta sangre aliento de vida
en otra noche, en una rosa
sigo esperando tu muerte en mis líneas.
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