Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...
¿Por dónde comienzo a escribirte un verso?
Sería más sencillo si le escribiera al sol,
a la luna, a las estrellas…
y de esa forma que tienen estos astros
de envolvernos para ser plasmados en hojas con letras.
Si te dijera, mi vida, que resulta más sencillo
hablar de otoños e inviernos causados por ausencias,
de primaveras y veranos al compás de los recuerdos;
de cada una de las estaciones que se vive acompañado…
Es más, puedo decirte que es más fácil hablar de prostitutas
de cómo sube el dólar y de la política en México (si es que la hay),
y hablar de estigmas sociales y de robos e injusticias…
Es más fácil escribir de los juguetes de mi niñez
de las memorias y traumas causados por mi padre
de cómo vi crecer a mi hermano y…
de cómo es que nace y crece su hijo sin ver aún la luz.
He de confesar que encuentro más sencillo
hacerle un verso al árbol y a la montaña,
al río, a la piedra, al fuego, al viento
y a cada animal que he visto libre y encerrado…
Y hablar de libertad y encierro me acuerdo de mí,
tratando de escribir una noche como esta acerca de tu cuerpo…
Pero es más simple escribir versos, incluso,
de las canciones populacheras,
del pop, del rap, del legendario rock,
de los clásicos instrumentales y de los cantos gregorianos…
Pero de ti…
Creo sería más sencillo escribir sobre el océano,
de su profundidad siempre ligada al sexo,
a los sueños… a la vida.
Aún con mi falta de experiencia,
aún cuando veo que sin poder escribirte…
lo estoy haciendo…
Es más sencillo escribir de ti sin hacerlo.
Quisiera escribirte un último verso,
que en pocas palabras logre expresar todo lo que vivimos,
desde cómo nos conocimos hasta cómo no puedo olvidarte,
sí…
Que hable de nuestros viajes y encierros
de mis reclamos, de tus reproches, de nuestros celos,
de la bella comunicación bajo las sábanas,
y las respiraciones agitadas antes del orgasmo…
¿Cómo puedo escribirle a esas largas conversaciones
donde reíamos y contábamos interminables historias
de fracasos y gloria; donde comprendíamos al mundo
de mejor manera mientras aprehendíamos
de la insoportable levedad del ser y de su náusea y de su nada?
Quisiera aplicar metáforas a cada beso y a cada caricia,
comparar tu cuerpo con un durazno o un arándano,
y a todo tu ser referirlo a huracanes y días soleados.
Quisiera escribir los versos más tristes esta noche
de algún famoso poeta.
Pero encuentro tu figura andando desnuda en mi casa,
tus incesantes llamadas
las peleas
las reconciliaciones y los concilios
después de un adiós y no cumplirlos…
Hacerte un verso que hable solamente de ti
es más difícil que planear mi vida contigo,
es más difícil que haberte hecho decirme te amo,
y más difícil que lograr que salgas a buscarme,
o hacerlo yo y saber que me aceptarás de nuevo…
Hacerte un verso es como escribir
la historia de la derrota de una conquista,
la crónica del vencedor en una pelea y queda en agonía,
como escribir de mi muerte en vida sin haberla muerto.
Si pudiera escribir un verso que sólo hable de ti,
este sería incompleto, pues ¿yo dónde quedo?
Sin ti…
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