sábado, 12 de febrero de 2011

Febrero 15


Algunos pretendieron subirte al cielo… yo lo haré, y no necesito ser piloto de aviones o astronauta para lograrlo. Otros dijeron que te llevarían a las profundidades del océano… sin ser buzo o navegante nos perderemos en las profundidades de los abismos del deseo. Algunos más pudieron darte flores… pero yo lo que quiero es plantar un jardín de sueños y emociones para que, cultivándolos a diario, pueda darte flores silvestres de amor y sonrisas que abran con el amanecer. Otros tantos te dieron recuerdos de los cuales no puedes deshacerte, yo quiero darte vida para que no tengas la necesidad de recordarme, sino de vivirme. Quizás terminaste deseando no querer a otro porque la última persona no fue cuidadosa al entrar en tu pecho… sin querer sacarte su historia, tú misma la borrarás cuando me escuches susurrarte al oído el verso más puro que me dicten los dioses en el momento de rozar mis labios con los tuyos.
Al estar contigo no pretendo tratarte como princesa, sino como la mujer que quiero a mi lado; no tengo intenciones de servirme a ti en un trabajo de tiempo completo pensando en ti, quiero darme a ti en plena libertad de confianza, donde esbocemos felicidad en nuestros rostros mientras caminamos de la mano y en silencio.
Muchos cantaron hermosas coplas, sobrios y ebrios… pero nadie tendrá la genialidad de componer baladas bajo tu ventana sin tener que estar en el frío de la noche esperando a que salgas y me avientes una rosa: he de ser trovador de dos siglos atrás para cortejarte como pretendo, en tiempos modernos donde queda olvidado el romanticismo que se vivió en aquel entonces, con esa pasión que devoraba a los artistas, con esa pasión que siento al besarte, arte, darte, cuidarte y amarte… Arte tiene la terminación exacta para expresar en toda la extensión de la palabra mis intenciones contigo.
Puede que no creas lo que te digo, sin embargo, ha quedado demostrado a lo largo de los días que nos acompañamos; cada noche camino a tu casa es recorrer el sendero de la desesperación y calma por la ansiedad de callar el grito de mis manos que me demandan constantemente que las ponga sobre tu fina espalda y pintar en ella las llamas más ardientes que ni el infierno conoce. Podré no ser brasa ni demonio, pero te quemarás hasta derretirte entre mis dedos, mis muslos, mis brazos… por sobre todo mi cuerpo terminarás diluida hasta volvernos uno, en el misterio de la tercera epifanía de gloria: haré que el apocalipsis sea una bendición para almas como la nuestra.
Has vengado mi sonrisa arrebatada por la experiencia, y no importa qué me tome, o cuánto, para tener la prueba de Sísifo puesta en tu puerta como recompensa. Estaré a tu lado aún cuando el mundo esté extinto y la vida se vuelva un absurdo, cuando la roca del pasado caiga desde la montaña: es en ese instante que nos burlaremos de las divinidades que nos castigan por haber tardado en encontrarnos, nuestra gloria estará impresa en este día donde, sumergidos en el fuego de nuestras miradas, contemplemos el paraíso que se pacta con un beso largo más allá del bien y del mal.

Esta fecha, jaguar, quizás no signifique el momento que nos vimos… sino el momento en que nos detuvimos a vivirnos.

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