No entiendo
cómo debo amar y mucho menos cómo debo ser amado.
No amo
con el corazón, amo con mis entrañas, sintiendo como se retuercen enfurecidas
cuando estás cerca, cuando estás lejos.
También
amo con mis manos, y te pinto en la pared nuestra historia, y amo con mis ojos,
que se cierran y abren mientras te encuentro o desapareces.
No entiendo
cómo ama la gente ordinaria, el amor no se siente en el corazón, se siente en
las tripas, cuando te enojas conmigo, cuando explotas en un orgasmo y yo
termino. Siento como arañas mis emociones.
Me
mareo, te sublimo, pero te siento con mi instinto… no te pienso. Por eso cuando
amo no lo hago con mi cerebro, no te racionalizo. Por eso estás conmigo.
No me
ames analizando mis actos, ámame hasta que te duela la panza, así sabré que te
importo, y cuando llores, rías, también hazlo desde las vísceras. No trates de
entenderme, tampoco me ames como lo hace el resto.
No quiero
arrancarte un suspiro, prefiero que tengas náuseas cuando me aproximo a tu boca
o cuando me voy sin despedirme.
No
quiero ser tu sueño, sino tu cólico, no pretendo que veas en mí al hombre
perfecto, sino el hombre del momento que hace que tu cuerpo sea un parque de
diversiones.
¡Grita!
Alza las manos, agárrate fuerte cuando vayamos en picada, siénteme con cada
fibra de la bilis, vomítala en borracheras conmigo, cuando te alcance el diablo
y me hagas drama a mitad de la noche, en medio de la fiesta.
Sé
posesiva, una loca, desgárrate si me ves con otra, pero aviéntate a mis brazos
y bésame como si fuera tu última noche, o mejor aún, tu última mañana conmigo.
Experiméntate
libre conmigo pero encadenada, encantada y llévate las manos al vientre cuando
circule mi lengua por tu ombligo.
Ámame
con las entrañas, hasta que vomites, yo te digo.
Viaja
conmigo en la cama, y veamos al techo relatando cuentos de nuestra vida.
Toma
mi mano y apriétala porque sientes que sólo estaremos un corto periodo, la vida
es tan corta, tan breve como para amar con el corazón.
No
me abras el pecho, exponte abriéndote por debajo de las costillas, permíteme manosear
tus emociones y somatízame si me ves llegar, o si ves cómo te doy la espalda.
Regrésame
con coraje y con odio, muerde mi abdomen, sángralo si por mí entristeces.
Ódiame
como a tus enemigos: con el corazón y la cabeza si buscas venganza; pero ámame
como a nadie, con las entrañas.
2 comentarios:
Un poema que sale de tus entrañas..
impresionante y muy sentido....
escribes con pasion.. me gusta como te expresas..
Gracias! :D
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