lunes, 27 de octubre de 2014

Mujer independiente


Te amo por ser independiente, por tu lucha, tu carácter, por lo que no sabes e investigas, preguntas y confrontas, te abres al diálogo y propones alternativas para salir avante aún en los momentos obscuros donde un día parece una película de drama o tragedia. Te amo por quedarte callada, por expresar tus emociones, tus sueños, por no ahogar tus lágrimas y reír hasta que el llanto brote por no contenerte e implotar en silencio.
Te amo porque no tengo nada que decirte, amo tu fragilidad, tu presencia, tu caminar rígido, decidido, por saber pedir ayuda y tender tu mano si alguien la necesita, porque inspiras a unos y te admiran otros.
Amo tu perseverancia, la constancia de luchar hasta obtener lo que quieres, lo que te gusta y no abortar con rapidez cuando escuchas un no, te amo por ser ejemplo de mujer independiente, de bélica hermosura y aguerrida templanza.
Te amo porque tengo opción de no hacerlo, te amo libre, sin ataduras o desconfianza; te amo por saberte tan mía que no existe duda de que tu sexo es sólo mío… tu sexo, esa inagotable fuente de bendición que me trajo a casarte contigo, no tienes problemas en tus antojos y accesos de saberte mujer plena, con plena conciencia de lo que te gusta y no, amo que tus límites son los que tú misma te pones y que te interesa o no rebasar, amo que no hay quien pueda disuadirte de tus orgasmos y satisfacciones, por detenerte al encontrarte abusada y liberarte al saberte amada.
No podría amar a una mujer que no es independiente, por eso te amo, porque no me necesitas, porque tienes opciones, por permanecer y entregarte, por comprometerte y jurar hasta la muerte que conmigo a la tumba irás y quizás al más allá.
Te amo porque no conoces el límite del amor, porque no te interesa encontrarlo y porque te descubres que puedes dar más, porque retas mi intelecto y desafías mis experiencias, porque hablas, hablas y gritas si necesitas que te ponga atención, porque exiges sin esperar lo mismo, porque te sabes lista y con derechos de no pedir, de pedir por favor; porque agradeces y eres reflexiva, por saber lo que quieres y lo que no, porque eres inquisitiva con mis fallos y me orientas para no repetir aún en mi necedad, aun cuando yo como hombre viva en un eterno recreo de mi niñez atrasada; te amo porque al leer esto sabrás que es para ti, mi mujer independiente, mi amante y amiga, tú… mi compañera de viaje, mi hermosa esposa.

lunes, 24 de marzo de 2014

Mis días sin ti













He aprendido a vivir sin ti
a jugarme la vida en el silencio
de mi soledad y tu ausencia.

He aprendido a vivir sin ti
a no dolerme tu rechazo
ni mi partida,

aprendí a violar mis palabras
hacerme dueño de lo que digo
a callar

vivir otros 30 años sin ti
ahora parece más sencillo.

He aprendido a vivir sin ti
a recorrer tus calles sin seguirte
a emborracharme sin preguntar por ti

Más de 30 noches te he extrañado

en ellas cuento las sombras
que trajo el fracaso de un amor…

Y así he aprendido a lidiar con tu ausencia
a tejer futuros lejanos
mientras me desvanezco con el tiempo.

No estoy acostumbrado aún:
Esperar en casa y no verte entrar,
no estoy acostumbrado aún
a girar en la cama y no sentirte desnuda
no estoy acostumbrado aún
a que no seas lo primero y último que vea

Pero he aprendido a vivir sin ti
a levantarme cada día y no despertarte…
a platicarme mi día
a salvarme

He podido ya vivir sin ti
emprendiendo el camino de regreso a casa... 
esta casa que nunca será la tuya.