miércoles, 13 de octubre de 2010


Dios dijo, cruzando las piernas y encendiendo un cigarro mientras veía la mundanidad de los hombres:

“He creado mucha poesía… pero pocos quisieron ser poetas”.

Fuego
Tierra
Aire
Agua

Flama
Polvo
Viento
Lluvia

Razón
Realidad
Respiración
Sed

Pasión
Cenizas
Suspiro
Lágrimas

Sé que hay poesía con estas letras
No es que no sepa acomodarlas
O extraerlas de su estado primigenio

No es que no sepa qué hacer
Sé que en esto hay poesía
Lo que pasa es que la he perdido.

Tu caricia
Tu rechazo
Tu recuerdo
Tu amor

Sigo sin poder hilvanar palabras,
No es que no pueda crear un verso
Es que no me atrevo…

Un hotel
Un beso salado
Una sonrisa
Una palabra de consuelo

Todo volverá a pasar,
Las cosas han cambiado…
Y yo sigo sin encontrar un buen verso…
Sigo sin crear poesía…

Una cama
Mis días empedrados
Una imagen
Un vino

¿En dónde estás?
Sin ti no sirvo…

Mira mis palabras…
Andan sueltas sin dirección
Como brújulas sin rumbo
Como yo sin tu alegría
Sin tu piel
Sin tu olor
Sin tu boca…

No, no es lo mismo escribir
Que hacer poesía…

No soy lo mismo contigo
Sin ti…

Te necesito.

Cuando escuchó esto, cerró sus ojos, se levantó de la piedra, apagó su cigarro y prometió no volver a la tierra:

“He dotado al hombre con todo para que fueran poetas… y se preocupan por el amor sin querer hacer poesía”.

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