lunes, 22 de octubre de 2007

Cuna de lobos


Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...


Juego en una cuna de lobos
fieros encantos de sus cuerpos
colmillos sedientos de mi fuego
en la levedad del sueño oprimido;

Es en los lagos que se esconden sus muertes
frías espinas de rosales purpúreos
en ríos de tinta desgarrada de mi frente
en las imágenes calladas de sus alas de infierno…

Sola, anocheciendo
en la luna de mis rostro perdido
en la memoria de las rosas congeladas
por sí mismas ocultas en las estrellas

Y se revuelcan tus pasos:

Borrados en los mares tus huellas
olas continuas comen tu presencia
lobos hambrientos devoran tus restos
de espuma negra de mitos apócrifos…

De crías indómitas de las sales internas.

Respiro en la madriguera de sus madres
salvajes son mis manos como tu silueta
rompiendo mi piel labrada en la corteza
donde un aullido asusta mi ausencia…

Es en la espesa estepa de luto arraigado:

en una daga clavada en mi garganta
muriendo como un lobo cazado en su jaula
del vapor tiránico de tu aliento de plata
hiriendo a profundidad mi pecho Jacaranda.

Me confundo entre las plantas…

Bebo el agua en tus manos afiladas…

Suaves

Irreales

Tu alma y mi alma envejecidas, perpetuas…

En los llantos de los arroyos de la tierra.

Mi sombra se diluye en la cuna de tu vientre
y rompen los cristales de mi templo ardiente
envidiando, el sol, tu retornante viaje
mientras aúllo de lejos, triste, ésta noche;

Encuentro mi voz en la estaca del misterio
en una bala crucificada en tu recuerdo
mi alma es esa cueva andariega de tus ojos
tu figura se arrepiente de atarme ésta noche
cansado de masticar débiles corazones…

Has salido de mis fauces:

en dolorosa mordida mi lengua distraída
se hace viperina buscando tu rastro
rabia llueve en brisa de lobo olvidado

estepario, de tundra, de selva… Solo.

El espejo del lago no reconoce mi reflejo
tus ojos mojados secan mi desierto
y en el eco oyes mi constante canto
en aquél monte que nos vio abrazarnos…

Rómulo y Remo fueron abandonados

Te pienso y te huelo como un lobo desosegado
que es criado en su ambiente
que es fraguado con sus hermanos
en la obscura fuente de besos jamás dados…

Y te sigo escribiendo

Te deseo en la roca artificial de un advenimiento
en las calaveras fúnebres de un viejo marzo
en un octubre sin dueño de una luna desaparecida
en ese invierno llegando sin tiempo en ramas tejidas.

Abnegado pensamiento corto de verte en momentos
en la sombra de un lobo proyectado en el techo

por tu habilidad en el trazo de tus besos en mis labios
cortados por el incisivo cause de mi hocico fracturado
y soy perdonado por ser tu olvido de lobo estepario.

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