sábado, 7 de mayo de 2011

Táctica y estrategia


Mi táctica no fue sencilla y mi estrategia fue muy compleja, no me bastaba con amanecer un día a tu lado y que despertaras necesitándome, no me era suficiente saber que somos francos y otras formas de sincerarnos, enamorarnos, declararnos, o conquistarte al más puro estilo de Benedetti. No, no pretendía capturarte y dejarte impresa en algunos poemas, lecturas o cartas para que te fijaras en mí… tuvo que ser más complicado que eso.
Para lograrlo tuve que conocerte en enteras pláticas renunciando a veces a mi afán por escribir y leer, no hablo de renuncia, va más allá: fue comprehenderte, hendir tu pecho y vulnerarte… al mismo tempo que anhelaba que vieras en mí quizás no al hombre perfecto, sino a un buen hombre que ahora te ama y que planea su vida contigo si lo permites.
Mi táctica y estrategia consistió en ponerte tantas trampas sutiles para que me regalaras tu alma sin necesidad de pedirla, en guardarte en el viento para que fueras libre a la hora de amarme. Mi táctica y estrategia buscaron que mis manos te rodearan la cintura y acomodarte un beso en el cuello con la única finalidad de que sintieras que lo que hago es porque ha sido verdadero.
Sé que leíste cosas de mí que te han puesto a pensar que soy un ávido cazador “Set Salazar nunca falla”, y de pronto te viste inmersa en una película de drama y romance que nunca pensaste vivir y que advertí… mas no lo hice por anotarme un punto en la historia de mis aventuras: conforme te fui conociendo he venido pensando haber encontrado a la mujer en mi vida, con quien estoy para crear, nacer, no para morir y dejarte tendida en el largo manto del olvido donde no seamos más. Aquí se encuentra lo complejo de mi táctica y estrategia: no sólo es un momento que se haga eterno, es una eternidad vuelta en un momento corto, tan ligero y fugaz que dure el resto de nuestros días.
Para enamorarte y conquistarte no basté yo, tenía que ser un poco más que yo mismo porque nada valgo, soy tan barato que me vendo a un beso tierno, un abrazo apretado si es contra tu cuerpo donde me aprisiono y quiero fundirme contigo. Nada valgo porque ofrezco más penas que alegrías, drama para sentir al rojo vivo y temblores en tu vientre que provocan asco. Aún con esto puedo decirte que te seré inolvidable si llegas a marcharte, aún con esto puedo probar ser mejor de lo que he sido y seré en la historia de tu vida y tus amores, hay una razón para esto, que no se explican en nuestros viaje repentinos, comidas, regalos y atenciones: me haces sentir vivo.
Podría pasarme toda la madrugada escribiendo uniforme, constante, los motivos por lo cuales no me da pena decirte que mi estrategia fue más complicada y menos simple, donde mi táctica fue meterme en tus sueños, en tus pulmones y en tus pensamientos diarios: no se trata de necesidad por vivir, e trata de vivir por la necesidad de hacerlo, sobre su belleza y candor, de la inmensidad de hundirme dentro de tu mirada cuando todo lo demás se vuelve un eco. Te acaricio y me caricias como el aire a la ola, como sol a nuestras sombras dibujadas al paso recorrido donde tomarnos de la mano es un hábito de confianza y seguridad… y besarnos, el pacto de dioses enamorados, donde se rompen barreras al conquistar ilusiones... como ves, esto n se trata de mí, sino de ti.

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