miércoles, 19 de noviembre de 2008

Quisiera ser niño

Me olvidé de mirar al sol
Y también de mirar a la luna,

Se me olvidó cómo sentir sin sentido
El aire que golpeaba mi rostro,
La aspereza de los prados
Y la caricia de una hoja en otoño…

He olvidado el amargo sabor de una vagina inquieta
Y de una boca ácida al despertarse.

Olvidé decir te quiero
Y olvidé cómo besarte.

He olvidado cómo dormir contigo,
Cómo abrazarte por la espalda
Y hasta he olvidado tu silencio
Acunado en nuestra mirada
Antes de ser muertos en un sueño…

Olvidé el aroma de tu piel en mi carne,
En mi entorno,
Este entorno que hoy te reclama…

Y te devuelve como un susurro de viento…

Mientras cae el invierno…

Mientras vas desapareciendo de mi memoria
Mientras yo me muero la vida por dentro.

Tengo la boca quemada
Los pulmones sangrando
Y las manos atadas…

Se me olvidó cómo pronunciar tu nombre
Y se me olvidó escribirte cada noche.

Se me olvidó que me importas
Y se me olvidó que te he conocido.

Cada segundo que vivo
Es un segundo que muero…

A veces se me olvida medir el tiempo…

Sólo veo caer la noche
Y nacer la mañana,
Pero ni uno de ellos
Ha querido traerte antes de mi olvido…

Quisiera volver a construir fantasías
Y creer en cuentos de hadas,
Tener de nuevo la libertad de pensamiento
Sin que sea viciado por mis experiencias
Y mis conocimientos…

(Quisiera depositarme en la boca de una sirena
O navegar en un barco de algún cuadro;
Quisiera internarme en un valle obscuro
Y que mi madre me despierte de esa pesadilla…)

Pero he olvidado cómo salir de la realidad
Cómo alcanzar las estrellas
Y cómo volar con los pájaros si así lo deseaba…

Si tan sólo recordara sin recordarte,
No tendría que pensar en olvidarte

O si te olvido…

No desenterraría viejos deseos
Para hacerte creer que tu vida no me importa…

Pero se me ha olvidado cómo soñar,
Y se me ha olvidado cómo ser niño.

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