viernes, 14 de enero de 2011

Sin vacantes


Dejándome acariciar por el viento de antaño, deduzco que mi alma tiene muchas heridas para ser renovada de un solo golpe y simular que nada pasa. Tras varios golpes en los intestinos he vomitado más de la mitad de mi sangre, y por tanto debo declararme incompetente ante situaciones emocionales que me han desgarrado las entrañas. Traigo un vacío interno que me ha obligado a decir: no hay vacantes en este corazón. Me he puesto en huelga, y a ser más selectivo de las personas a quien pretenda depositar confianza y cariño para sólo acumular nombres en la lista de fracasos y decepciones amorosas. Me gustaría tener 21 años para enamorarme de cualquier idiota que me impresione… me gustaría poseer esa ingenuidad para decir: tiene un hijo, tiene esposo, es una mediocre… no importa, la amo. Cada vez se vuelve un arte elegir pareja. Pero, desafortunadamente tengo un tino para enamorarme de personas que nada me ofrecen y que fuerzo a que entren en mi vida… Pero sin duda me he ido descubriendo cosas… de algo ha servido, y por eso mismo replico: no hay vacantes hasta sanarme desde el interior. De otra forma ando navegando con la espada desenvainada y soltando golpes de filo plateado a quien suponga agredirme, aún cuando esto sea sin querer.
Siento que soy un gato espantado arriba de la cornisa que fue perseguido por perros y que alcanzó a treparse… aventando zarpazos si siente que se acercan mucho. Cómo salir de este estado al que me sometí por imbécil… En qué momento abandoné mi naturaleza analítica para contemplar a la última mujer que cruzó este pecho… olvidarme de mí y no ver lo que pasaba realmente. En una realidad alterna puedo decir con seguridad que nada de esto hubiera pasado si hubiera tenido mis sentidos alerta.
Con el paso de los años, personas como yo nos volvemos excelentes cazadores; nuestra condena es que al serlo es que no podemos disfrutar de ser amados, sólo de amar como si cada cabeza que cortáramos fuera un punto que nos grabamos en la muesca del cinturón. Pero de nada sirve eso cuando, al final del día, sólo tenemos los recuerdos colgados en la pared, y nos vemos sentados en algún sillón, solos… fumando, tomando o escribiendo. Recordando, quizá por eso me atrevería a decir: viviendo como si viéramos un álbum de fotografías que nos cuentan historias… pero que al final, sólo son frías imágenes mudas que si pudieran gritar, sólo escucharíamos el eco, como si estuviéramos en medio de un eje volcánico… así de lejos y apagados se oyen.
Alguien dijo: cuando te toca, ni aunque te quites, y cuando no, aunque te pongas… Algo de verdad hay en la sabiduría popular porque… intenté colocarme en el momento preciso casi exacto de volver al mundo del cortejo… pero en vez de eso sólo pude pensar en la última que me hizo daño, aniquilándome yo solo la oportunidad; no era para mí. Sin embargo gano amigas y amores. Me es tan fácil entregar el cuerpo, pero el espíritu… sólo sucede una vez cada diez años. Caigo de nueva cuenta en ser amante de todas, amor de ninguna. Hace unos meses eso me parecía excelente forma de vida, así nadie dolía más de lo normal: solamente se iban sin que pudiera detenerlas, porque no me apetecía, y dejaba que volvieran si así lo deseaban, si me seguían deseando. Pero después de conocer a la última, la idea de mantenerme como… no el mejor amante, sino sólo buen amor, fue abandonada por haberme sentido que ya correspondía a ese universo de ser amado al mismo tiempo de ser amante. Me doy de topes ahora, aunque sin arrepentirme, por lo equivocado que estuve, y dejé pasar mientras amores que igual pudieron haberme hecho su rey en un castillo habitado de mansos corceles y verdes pastizales; en cambio, decidí ser aquél que enfocó toda su energía a un mundo que me hospedo y me expulsó de una patada. Lo mejor de todo, es que en este viaje, yo mismo hice eso cuando aún tenía la preciosa época de comienzos de los 20’s. No sé ni siquiera qué duele más, el saber que hice todo eso, o que me dieran a probar la sazón de mi propia cocina. Hay tanta gente a la que defraudé, prometiendo sin cumplir, que cuando quise cambiar, la vida me sonrió y me dijo: te acuerdas lo que hiciste… ahora aprenderás; y me cobró de un modo tal que me puso de rodillas e hizo me arrastrara por los rincones suplicando clemencia, piedad.
Tengo miedo, mucho. Ahora en los zapatos de las personas que herí, comprendo lo poco hombre que fui al tratar como animales a quienes me amaban con toda su dulzura, quizás por tener el ideal de que yo les proveería de todas sus carencias emocionales. Me dediqué a regalar historietas que uno lee sentado en la taza del baño… y les bastaba, para mí era otra lectura más. Cuando quise escribir mi novela, terminé siendo aquella lectura del baño que se abandona cuando uno termina de evacuar.
No quiero decir que me sienta mierda o excreción del ser, pero en las epifanías que se han revelado ante mí estos últimos días, veo lo mucho que me afectó ser ahora yo quien perdiera.

4 comentarios:

Lilith Lalin dijo...

Para ganar hay que perder. Creo es sensato lo que escribes. Cerrar las puertas un rato y darte todo el tiempo del mundo. Saltar de una relación a otra no es sano, como dices, el cuerpo se entrega fácil, pero al final esas entregas diluyen el alma a cuenta gotas.

Quien sabe si existe eso del karma o no, pero pareciera que la vida si cobra factura cuando menos lo imaginas. Este año que paso, neta me quería morir. A mí no me abandonaron, pero lo que hice y la culpa que sentía, eran enormes, a veces pienso que nunca me repondré y habrá una sombra perpetua en los bordes de mi corazón y mi conciencia.

Pero no creo sea del todo así. Se más selectivo, no queda de otra más que aprender y aplicar esa experiencia a la vida misma. Amar y ser amado, si es posible, no es tan fantasioso.

Saludos

Pluma de Fénix Negro dijo...

Ahorita ando confundido... Estoy teniendo la estabilidad económica deseada... y siempre quise compartirla. Pero nada viene como uno lo desea, sino como le toca. Aún tengo varios dudas, y me sigue atormentando el último fantasma por el cual he sido preso. Sí, varias historias lo ´nico que me hicieron fue diluir el alma hasta sentirme perdido, y sin ganas de querer. Pasará con el tiempo, quizás con otras manos, quizás solo. Me debato entre la "cabroneidad" y el "amoroso"... es sólo que... duele mucho. Uno deja de amar, porque se vuelve molesto... Pero se extraña, se perdona y se lamenta su on regreso.
Los fantasmas que uno adquiere a lo largo, nos dan a entender que no hay culpables, sólo hay acciones. Esas al final son las que nos definen. El amor es una violencia al otro, querer que a uno le den su libertad pero a la vez ser prisionero con el único fin de ser correspondido. Pero creo aún tengo muy nublada la razón para ver con claridad.

Saludos, sofía :)

María Elena dijo...

Tamos igual mano... sin vacantes. Y mira que te conozco ;) ...da lecciones sabias la vida, a toda costa y en medio de una soledad a prueba de balas en la que ahora estoy sé de cierto que cuando alguien quiere estar y amar, hace eso: está y ama y se deja de mamadas.

Te mando muchos abrazos, fuerza pal camino.

Pluma de Fénix Negro dijo...

jajajajaja sí, así es, está y ama y se deja de mamadas... Pero, mi géminis... es su problema. Lo malo es que se vuelve nuestro por la ignominiosa terquedad del corazón que no puede dejarlos tan fácil.

Abrazo recibido y un beso para tu camino.