domingo, 11 de marzo de 2012

Sólo ámame


No entiendo cómo debo amar y mucho menos cómo debo ser amado.

No amo con el corazón, amo con mis entrañas, sintiendo como se retuercen enfurecidas cuando estás cerca, cuando estás lejos.

También amo con mis manos, y te pinto en la pared nuestra historia, y amo con mis ojos, que se cierran y abren mientras te encuentro o desapareces.

No entiendo cómo ama la gente ordinaria, el amor no se siente en el corazón, se siente en las tripas, cuando te enojas conmigo, cuando explotas en un orgasmo y yo termino. Siento como arañas mis emociones.

Me mareo, te sublimo, pero te siento con mi instinto… no te pienso. Por eso cuando amo no lo hago con mi cerebro, no te racionalizo. Por eso estás conmigo.

No me ames analizando mis actos, ámame hasta que te duela la panza, así sabré que te importo, y cuando llores, rías, también hazlo desde las vísceras. No trates de entenderme, tampoco me ames como lo hace el resto.

No quiero arrancarte un suspiro, prefiero que tengas náuseas cuando me aproximo a tu boca o cuando me voy sin despedirme.

No quiero ser tu sueño, sino tu cólico, no pretendo que veas en mí al hombre perfecto, sino el hombre del momento que hace que tu cuerpo sea un parque de diversiones.

¡Grita! Alza las manos, agárrate fuerte cuando vayamos en picada, siénteme con cada fibra de la bilis, vomítala en borracheras conmigo, cuando te alcance el diablo y me hagas drama a mitad de la noche, en medio de la fiesta.

Sé posesiva, una loca, desgárrate si me ves con otra, pero aviéntate a mis brazos y bésame como si fuera tu última noche, o mejor aún, tu última mañana conmigo.

Experiméntate libre conmigo pero encadenada, encantada y llévate las manos al vientre cuando circule mi lengua por tu ombligo.

Ámame con las entrañas, hasta que vomites, yo te digo.

Viaja conmigo en la cama, y veamos al techo relatando cuentos de nuestra vida.

Toma mi mano y apriétala porque sientes que sólo estaremos un corto periodo, la vida es tan corta, tan breve como para amar con el corazón.

No me abras el pecho, exponte abriéndote por debajo de las costillas, permíteme manosear tus emociones y somatízame si me ves llegar, o si ves cómo te doy la espalda.

Regrésame con coraje y con odio, muerde mi abdomen, sángralo si por mí entristeces.

Ódiame como a tus enemigos: con el corazón y la cabeza si buscas venganza; pero ámame como a nadie, con las entrañas.

2 comentarios:

fantasia y realidad dijo...

Un poema que sale de tus entrañas..
impresionante y muy sentido....
escribes con pasion.. me gusta como te expresas..

Pluma de Fénix Negro dijo...

Gracias! :D