sábado, 29 de diciembre de 2007

el misterio del hongo

Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...


Sáciame / destroza
mi costado / izquierdo / revuélcame
en tus garras/ como palomilla/ pequeña / minúscula
en tu cuerpo / de plata / y ata / mi risa / en la cruz / de la nada.
Devora / mis manos / agrietadas / que caen / a pedazos / como lágrimas
como ríos / en el asfalto / de tus pechos / de tus caderas / lamiendo / la basura
de la coladera / de una calle / fantasma / del pueblo / vacío / en mi alma/quema
tu huella / escupe / mi fachada / olvídame / en tu tierra / sagrada / caóticos son
amargas / cascadas / azules / de hadas / con alas / transparentes / fuerza / de
la ligereza / de nuestra / débil / flama.
Suda / tus hilos / de mis hilos / de sangre
y téjelos / andantes / navegantes / de un viaje
de tus pezones / ardientes / lúgubres
besos / de una boca / errante / inquisidora
de la paz / de mi mente / que no detiene
tu fuego / en mis llagas / de cristo / roto
ciego / de la herida / de mi costado
en tu partida / en la estela / de mi estrella
de tu llanura / pálida / muerta / congelando
mis dedos / mi cara / y me pones/ en una caja
de acero / de amapola / y me avientas / a la laguna
de la vida / dividida / entre el orden / de la mente / del alma
apasionante / aprisionante / destapa / la luz / de una idea / de una bala
atravesante / para no quererte / para dejarte/ y ponerte / en una cifra / en una
hoja / en blanco / y no quererte / más / sin odio / sin respuesta / sin duda
sólo mirarte / de frente/ y retirarme.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Desesperanza

Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...


Sin palabras termino
con la boca seca
los ojos secos
y mis manos destruidas…

Se siente un liviano olor a muerte:

paso sobre rostros enterrados
entre las tumbas y las jacarandas
de ser una gloria a un momento olvidado.

Momentos pendientes sacudidos
como un rocío ígneo de tu fogata
quebrada rama cansada de tu fuego

no se ríe
no se llora
no hay nada.

La esperanza acaba
y nada pasa
como una ola estrellada
como una playa espumosa

pero negra derramada sobre mis páginas…

Como petróleo extendido sobre el agua
y sólo hablo de agua
de lluvia
de penas…

A penas comienzo a vivir mi vida
y mi alma se siente vieja,
agonizando…

Se muere la esperanza,
ha sido llevada por el hastío
trago de vino que libera

me libero…

Los días se hicieron tardes amargas
cada puñalada recibida, una sonrisa
y sólo tengo eso para seguir en la pista

bailando sin esperaza propia ni ajena
no existe palabra de consuelo o firmeza
que da el orgullo de ser tempestad en desierto

¿a quién le lloro ahora?
El amor acaba donde hay vida
encuentra su muerte y te olvidas…

No hay besos ni despedida,
la oportunidad se ha quemado
el viento se llevó las cenizas.

De rodillas imploro la sentencia
pagando voy con sangre de cordero
disfrazado de lobo, o lobo de cordero

soy sólo una cría…

Un gato citadino
una estrella extinta…
una bala detenida.

No hay más susurros
ni besos a distancia
tampoco hay abrazos
menos un aliento…

Sólo soy yo,
solo he venido
y solo me arrojaré al vacío.

No es siniestro
el sol ha desaparecido
tu sonrisa, tu silueta
y la libertad de otro camino…

Camino en la rivera de tu casa
cazando la liebre herida
te oigo, pero escucho nada

ni el viento, ni el silencio
ni mi conmigo
ni a ti contigo

hay obscuridad en un valle de lágrimas
y voy gritando sin ser atendido
sin ser, sin ser… Soy del río.

La pesadilla de un dios dormido
voy fluyendo sin ser conocido
ni me recuerdo en ti haber sido…

Mera ilusión de lo no vivido.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Perdiendo una estrella

Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...


Se han callado los espejos
dejé de mirarme en el agua
nado en el vino de tu copa
y tomo el agua de tus manos

sigo en la penumbra de mi valle
andrógino sitio de tu vientre
suave, mágico… me pierdo;
te tomo despacio por la cintura
juego en tu cadera…
y me sumerjo en el espacio de tus piernas.

Te sueño bailando
te sueño ligera y te sueño desnuda…
Caminando.
Sueño que obtengo tu boca
sueño que muerdes mi lengua

sueño…

y sueño…

te sueño…

Prendida de mi lámpara
escurriendo de mis dedos
en la hoja seca de mis lágrimas
en un sorbo de mi cuerpo;

y luego…

Soplo las cenizas de mi pecho
las flores jóvenes de tu centro
en una condena cerca te siento
y voy falleciendo con el tiempo…

Eres mi amiga y amante en sueños
un ángel negro ajeno
distante
no distanciado
de un alma empobrecida
de mi alma que aún aúlla

pero te vas de mis fantasías…

Dónde has dejado el primer verso…

Eres una historia no empezada en el ocaso
el paso recto de los dedos olvidados
un río joven para una tierra de desierto
un sol que derrite mi glaciar con un beso:

con tu rayo de luz atraviesas mi sendero
una sonrisa afable con tu mirada perdida
y tu silueta fina de marfil en las sombras
van ocasionando mi destierro…

Y me entierro…

En el alma de las libélulas
encuentro ese misterio del vuelo
en el alma del fuego mi deseo
en el alma de la tierra mi elemento…

Pero es el agua quien me confía tu secreto:

en el susurro de tus palabras me acuno
en el despertar de la luna te embisto
tus ansias me azotan en mi mundo
y en tu belleza es que me consumo.

Resbalo en el filo de la flecha
que de una noche fui preso
mientras zurcía mi herida
en mi piel de tela de abismo…

En un cuento desencantado te tengo
y te alimento con mis letras de viento
que se interrumpen como gotas al suelo
que se muere en el imperio de mi veneno…

De mis recuerdos…

De las ruinas de castillos rotos
en la esperanza de un mito eterno
de la leyenda de un héroe de estrellas
que es calcinado en tierra de santos
y devorado por docenas de centinelas...

Una docena de rosas yo tallo
mientras tu espina dibuja el trazo
en una madera roída por el ámbar
de un pasado esclavizado de flores perdidas…

Y sigo buscando…

Una razón para dejarte mi vida
una explicación para no ser la tuya
una rosa vetada de mis manos
y una canción que cobre mi cobardía.

Es en el campaneante acto de alcanzar una estrella
como un niño que juega en la playa y la ve reflejada
en millones de imágenes impresas en las estelas
y que tiene una en mente, y la recrea en la arena;

me resulta más fácil contarte una historia
declamarte un poema en tu ausencia
besarte en cada espacio de mi soledad
y acariciarte en tus noches mi verdad…

Mientras estás dormida…

Compongo una melodía que te lo diga
para cerciorarme que te mantengas cerca
pero no ultrajada por un caballero a distancia
en la letanía que mis nudillos rompen con la brizna

cuando te veo entrar por una fuente celestial
rompes la cortina de burbujas de champagne
en las copas rotas sobre mi costilla raída
y del fugaz escaneo de nuestros movimientos

y así vamos bailando en la duela que soporta el paso:

en silencio…

las manos inmutadas sobre la espalda
tu rostro acariciando mi hombro diestro
las piernas se comunican a través de su espacio
y sólo nuestras almas saben lo que está pasando.

Intento alcanzarte como se alcanza una estrella:

con las manos al cielo
arriba de una montaña
o sólo viendo en el océano…

y te dejo descansar en un sueño de mi sueño
donde brillas en el firmamento en que me pierdo
y te veo sentada en un aspa de estrella
en la que pretendo con mi lanza acabar con ella…

Y sigo viéndote en el deseo galopante de mi destino
cuando insinúo intuyendo un aire del beso prohibido
traicionero al darte la espalda y me ves caminando
cuando me arrastro sobre las paredes de hierro:

es más salado y frío ahorcar el suspiro
que dejarte ir sola atardeciendo
en una mañana fúnebre del encuentro
mal intencionado de afirmarnos…

En tu existencia se da fruto en la mía
cuando una semilla se despedaza por dentro
mientras te ve olvidándome en sueño
de la estrella que no germina…

Te voy echando de menos

en un abundante titilar de corona de fuego
que es opacado en el surco de mi garganta
y va quemando amapolas con su arrasante paso
que diluye el fulgor de tu sonrisa vespertina.

Y me voy viendo en el espejo matinal
atribuido a la quimera del artista
que va tallando un leño incinerado
del trote andariego del titán desesperanzado.

Lazo estrellas como empaco ramos
corto venas como deshago engaños
fracturo tierras como tú historias
y mojo ríos como secas mi órbita…

Te regalo el sueño soñador de tu sueño
esplendor implorado de la secta que río
y destruyo al viento, victimario enemigo
de ser un fuego en flor de una casa vacía

sin puertas…

Sin el más indicio de vida…

De su dueña naturaleza que no la visita…

Se ve una luz encendida…

El reflejo de un espejo de lágrima caída…

mientras dejo ir a la estrella en la mar sostenida
en un sueño despertado real de día.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Al final del viaje...

Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...

Pausa

… …

… … …

He logrado una pausa…

… …

Una que ha detenido el mundo…


Como un beso congelado en los labios…


… …

El mundo se detiene entre el cauce
de un beso lejano y el reloj esperando…

A que haya una pausa...


… …

Una larga pausa que detenga el movimiento…




Sólo un beso tiene tal fuerza…


… … …
El tuyo…

El nuestro…
… … …

Logré hacer una pausa
y detener el tiempo…
… …

Sin beso… Sin tu cuerpo…
… …

… … … … El río está seco

… …No fluye el agua, sólo el tiempo…

… … …

¿Cuánto tiempo tardé en realizar un verso
que hablara del último beso?

… … …

El tiempo que tarda en tomar una pausa…
… …

La pausa del tiempo que instala un beso…
… … …

Y sólo es eso…
… … …

Un beso perdido en la pausa del tiempo...

En la miseria de encontrarte de nuevo…

… … … Y en una pausa… … …

Darte un beso.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Alas Negras



Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...


Era de mis mejores alumnos, un chico que realmente ponía a prueba mis conocimientos; lo apodé “Black Bird”, pues su mente volaba como pájaro, y lo de negro… Pues, creo se lo puse para que sonara un tanto misterioso, y también para darle cierto empuje con sus compañeros de clase para que él pudiera sociabilizar más. Era un chico retraído, aunque nunca me falló en clase, siempre notaba en él cierto cansancio; le pregunté el por qué de su constante agotamiento cuando llegaba a la escuela, el solía decir que venía de un pueblito muy pero muy pero muy lejano… No indagué más en su respuesta, su sonrisa ligera hizo que mejor me ocupara de mis propios asuntos.
Todos mis alumnos eran especiales, yo era encargado de enseñar a un grupo selecto de jóvenes genios; cada uno tenía su propia preocupación por el mundo; uno de ellos siempre decía que encontraría la manera de comprobar la existencia del destino y las coincidencias matemáticamente, tomando como patrones la rutina de las personas, y así, desenmascararía el mito de la existencia de Diós; otro de ellos intentaba estructurar el lenguaje perfecto, sin ambigüedades, para que todos los hombres del planeta pudieran entenderse y abandonar aquella “Torre de Babel” en que el ser humano era sometido; otro más, decía que estaba descifrando la conducta del cerebro y, encontrando qué puede hacer si éste llega a toda su capacidad, aseguraba que, si el cerebro se comunica a través de impulsos eléctricos, y, a sabiendas de que nuestro cerebro trabaja ni a la cuarta parte de su potencia… Si llegara a explotar toda la potencialidad, no sólo podría leer las mentes, sino matar a una persona tan sólo con el pensamiento, e incluso, cambiar ciertos factores ambientales. Otro de mis alumnos se dedicaba a descubrir todos los secretos de la Cábala, decía que por medio de ésta uno podía resucitar muertos y curar todas las enfermedades terminales del ser humano, tal y como lo hacía Jesús. Pero Black Bird, él iba más allá de ellos, él estaba descubriendo la fórmula para cambiar la genética del hombre para que éste tuviera alas; yo pensé que la razón era lograr a un humano perfecto que tuviera otra herramienta más con su cuerpo, pero, cuando me dijo el propósito de su objetivo, me sorprendí, pues lo hacía para ver a las estrellas más de cerca, volar con los cisnes del lago próximo a su casa pero, sobre todo, para hacer menos tiempo de su casa a la escuela, el día que me lo dijo yo sonreí, mientras él, enojado, me aseguró que esas eran las razones principales y que lo tomara en serio, pues yo no tenía que recorrer kilómetros y kilómetros de distancia en bicicleta para poder tener acceso al estudio.
Una tarde uno de ellos me preguntó cuál era mi proyecto, yo respondí que era para encontrar el modelo ideal educativo para gente como nosotros; con el tiempo descubrí que era para llenar mi vacío interior, pues había pasado tantos años leyendo, experimentando y escribiendo que me había olvidado de encontrar el amor, y que mi pretensión con ellos era hacerles sentir ese amor que sólo un padre o cualquier persona le puede brindar a otra.
Pasó el tiempo, cada uno de mis alumnos encontraba cosas grandes, algunos de los resultados encontrados en el aula eran dados a diferentes gobiernos del mundo para su progreso, solían pagarnos con todo el material que quisiéramos, no importaba nada más.
Algunos de esos aportes fueron, respectivamente, por ejemplo, un sistema de control en todos los vehículos para reducir los accidentes al 99.9% en todas las comunidades del mundo, mediante un dispositivo instalado en cada motor y/o eje; la creación de un discurso de paz que, tras la tercera guerra mundial, las naciones en todo el mundo no han vuelto a pelear en los últimos veinte años; la vacuna para evitar el cáncer en médula y cerebro a través de los minerales y agua; la cura para el SIDA mediante el manejo de la energía astronómica; y el más importante, el descubrimiento total, con todo y variaciones orgánicos e inorgánicos y de carga genética del mapa del genoma humano, que sirve para erradicar las principales causas de muerte en el mundo y la depresión en todas las personas para evitar el suicidio. Para cuando esto sucedió, todos ellos tenían entre veinticinco y veintisiete años.
¿Se han preguntado en qué momento de la vida uno despierta y a partir de ahí, todo se sale de control? Pues, tuve la experiencia hace nueve años con mi querido alumno “Black Bird” (B. B. le decían sus compañeros).
Todos nosotros manteníamos una relación de amor y respeto, convivíamos dieciocho horas juntos, e incluso había días en que trabajábamos tanto que no nos separábamos durante meses. Fue en el invierno, en Navidad para ser precisos, del año 2070 en que algo pasó entre “Black Bird” y su servidor.
Después de la cena y con unas copas encima, cada uno de mis otros alumnos decidió ir a casa para seguir festejando la fecha, pero como B. B. vivía muy lejos, decidió pasar la noche conmigo. Nos encontrábamos plácidamente en el jardín trasero de mi casa, sentados a la orilla de una fuente que hacía se viera acogedor el ambiente… Estábamos entre risas y abrazos cuando B. B. se aventuró a darme un profundo beso en la boca.
No quise responderle en un principio, pero había pasado ya tantos años sin estar en los brazos de una mujer, más el cariño y la admiración que le tenía que… Simplemente le correspondí el beso. Nos fuimos con los labios prensados a la habitación e hicimos el amor como los antiguos griegos… Las cosas se volvieron complejas los días siguientes.
B. B. se había olvidado por completo de sus experimentos genéticos, había enfermado de aquello que llamamos amor; yo trataba de evadir sus miradas, sus constantes “encuentros sorpresivos” en mi oficina, quemaba sus insistentes cartas y… Para mí simplemente había sido aquella noche producto del vino y la locura, todo había quedado hasta ahí, pero para él… Se volvió en su infierno.
Cansado B. B. de mi desprecio, de mi distancia, volvió a sus experimentos sin decir más. Pasó más de un año sin que él me dirigiera la palabra, yo siempre lo veía sentado en el laboratorio, tan lindo, tan concentrado… Pero ya no me atrevía a acercarme, pues temía causarle de nuevo ese sentimiento tan poderoso en el humano, que lo hiciera cegar y dejar las cosas que realmente, en esos momentos creía, importan.
Verano, sí, fue un verano del 2072 que él volvió a dirigirme la palabra. Esa noche entró a mi oficina, me dijo: Señor, no sabe cuanto lo amo… He descubierto la fórmula para que el hombre pueda tener alas… Yo… Seré el primer voluntario humano, pues una vez que obtenga mis alas, me iré volando de aquí, no soporto tenerlo cerca y ser yo para usted indiferente. Nos miramos intensamente durante unos segundos, los más largos de mi vida… Sacó una jeringa de su bolsillo y la insertó directo al corazón.
Me levanté de mi asiento de prisa, el cayó casi al instante… No hallaba qué hacer, tantos estudios y tanto conocimiento y… ¡Yo no sabía qué hacer! Empezó a convulsionarse… Lo tomé en mis brazos, lo llevé a mi habitación, lo guardé en mi cama, mojé un par de trapos y los coloqué en su cabeza; cuando puse uno de los trapos en su frente, él abrió los ojos, me tomó de la mano y la puso en su mejilla, me dijo: amor, no te preocupes, todo estará bien, sólo necesito descansar, gracias. Se puso boca abajo y se quedó tranquilamente dormido esbozando una sonrisa en su rostro.
Yo me quedé frío ante la situación… Apagué la luz, tomé un cobertor de uno de mis cajones y me senté en un sillón que estaba a lado del ventanal de mi alcoba… Estuve mirando la luna, nunca en mi vida había pasado tanto tiempo observándola. De pronto uno de mis muchachos, que estaba trabajando para un proyecto científico esa noche, entró a mi recámara y me dijo: “profesor, tiene que ver esto…”
Bajé a toda prisa con él, algo me decía que nos dirigíamos al laboratorio de mi pequeño B. B. él se adelantó para abrir la puerta… La escena fue impresionante: peces, ranas, ratas y chimpancés con enormes y blancas alas, según su cuerpo; los pequeños volando en el interior de su jaula, los animales más grandes vueltos locos queriendo abrir las alas… Subí angustiado a mi habitación para tomar una muestra de la sustancia que se había inyectado, aunque quien me preocupaba era él; B. B. no estaba en la cama… Recorrí con los ojos toda la habitación y vi la luz encendida del baño, caminé hacia la puerta y toqué para verificar que todo estuviera bien, él dijo que no había problema, que no me preocupara. Le dije que si necesitaba algo estaría en el laboratorio, y dudoso respondió que sí. Bajé a la oficina, tomé la jeringa y me fui al laboratorio.
Lo que había logrado era magnífico, había descubierto la transmutación de aves a cualquier tipo de especie mediante fórmulas complejas que se acomodaban en la estructura del ADN casi al instante. Me di cuenta que el riesgo era mínimo, pues todos los animales habían sido inyectados esa noche y habían obtenido alas a lo largo de seis horas. Todo parecía indicar que su fórmula estaba tan bien ordenada que no habría efectos secundarios, más que el volar.
Miré mi reloj, habían pasado seis horas y quince minutos desde que B. B. se había inyectado… Subí a toda prisa a mi recámara… Mientras subía las escaleras escuché como se rompía y caía un cristal, aceleré mi paso… Abrí la puerta, me quedé pasmado, no había nadie ya, el ventanal estaba roto completamente; caminé entre los vidrios que yacían a lo ancho del suelo, me asomé al cielo… Todo estaba obscuro. Sin creer lo que había pasado, me fui haciendo para atrás hasta llegar a la cama, me senté y, al poner mi mano sobre el colchón, tuve la sensación de tocar una pluma, la agarré con mis dedos y la puse frente a mi vista. Era una larga pluma negra… Viré la cabeza y toda la cama estaba cubierta de plumas negras, las removí y encontré un sobre amarillo con una carta, decía:

“Por fin soy libre, ahora sí puedo ver las estrellas de cerca, ahora sí puedo irme a casa sin cansarme tanto y volar con los cisnes del lago de mi casa; gracias por enseñarnos a ser precisos y, en particular, por mostrarme lo único que la ciencia nunca podrá comprobar con ninguna fórmula: el amor. Te amo.”

Black Bird



No mencioné nada al respecto con mis otros estudiantes, o más bien, colegas. Desde ese entonces siempre me detengo a ver el cielo por las noches, hay veces que creo verlo, hay otras que lo siento mirándome a través del ventanal cuando estoy dormido…
Hace un semana decidí retirarme de la escuela, todos habían logrado lo que se habían propuesto de niños, ya no había más en qué pudiera ayudarles, mucho menos qué enseñarles, me habían superado. Dejé el mando al alumno que estuvo estudiando la Cábala, pues de corazón enorme, ofrecía sus servicios en la escuela a toda aquella persona enferma para curarlos con sus delicadas manos.
Ahora habito en una alejada isla al norte de Europa, en una casita de madera y con un hermoso perro blanco que me hace compañía. Hace tres días, inmerso en mi soledad y ocio, me he dedicado a relatar todas las experiencias que tuve con aquellos chicos geniales… Pero había algo que no me dejaba dormir y que me hacía mirar al cielo constantemente: B. B...
Ayer por la noche salí a dar un paseo por el bosque, recordando aquél momento en que B. B. me había dado aquél beso que cambiaría nuestras vidas… Me detuve a la orilla de un lago algunos kilómetros lejos de mi casa… Sentí un soplo de viento sobre mi cabeza y vi a “Black Bird” reflejado en el agua. Alcé la mirada, me sonrió y dijo: “sabía que me amas”. Se acercó con sus hermosas alas negras y me colocó un largo y tendido beso.
Cuando nos separamos, sólo me sonrió y siguió su vuelo, no sin antes decirme que cada vez que mirara al cielo, sabría que su amor estará cuidándome.
Hoy comprendo que lo amé más que a la Ciencia, y que el amor es la fórmula perfecta para cualquier mal del alma, pero sobre todo, comprendí que él nunca me necesitó como me necesitaban sus otros compañeros, que él sólo quería amor de mí, y por eso fue el primero en levantar el vuelo… Siempre estuvo listo, pues el motor creativo que tenía, era el amor que sentía. Algo, que hoy, en el último día de mi vida, puedo entender a la perfección.

lunes, 22 de octubre de 2007

Cuna de lobos


Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...


Juego en una cuna de lobos
fieros encantos de sus cuerpos
colmillos sedientos de mi fuego
en la levedad del sueño oprimido;

Es en los lagos que se esconden sus muertes
frías espinas de rosales purpúreos
en ríos de tinta desgarrada de mi frente
en las imágenes calladas de sus alas de infierno…

Sola, anocheciendo
en la luna de mis rostro perdido
en la memoria de las rosas congeladas
por sí mismas ocultas en las estrellas

Y se revuelcan tus pasos:

Borrados en los mares tus huellas
olas continuas comen tu presencia
lobos hambrientos devoran tus restos
de espuma negra de mitos apócrifos…

De crías indómitas de las sales internas.

Respiro en la madriguera de sus madres
salvajes son mis manos como tu silueta
rompiendo mi piel labrada en la corteza
donde un aullido asusta mi ausencia…

Es en la espesa estepa de luto arraigado:

en una daga clavada en mi garganta
muriendo como un lobo cazado en su jaula
del vapor tiránico de tu aliento de plata
hiriendo a profundidad mi pecho Jacaranda.

Me confundo entre las plantas…

Bebo el agua en tus manos afiladas…

Suaves

Irreales

Tu alma y mi alma envejecidas, perpetuas…

En los llantos de los arroyos de la tierra.

Mi sombra se diluye en la cuna de tu vientre
y rompen los cristales de mi templo ardiente
envidiando, el sol, tu retornante viaje
mientras aúllo de lejos, triste, ésta noche;

Encuentro mi voz en la estaca del misterio
en una bala crucificada en tu recuerdo
mi alma es esa cueva andariega de tus ojos
tu figura se arrepiente de atarme ésta noche
cansado de masticar débiles corazones…

Has salido de mis fauces:

en dolorosa mordida mi lengua distraída
se hace viperina buscando tu rastro
rabia llueve en brisa de lobo olvidado

estepario, de tundra, de selva… Solo.

El espejo del lago no reconoce mi reflejo
tus ojos mojados secan mi desierto
y en el eco oyes mi constante canto
en aquél monte que nos vio abrazarnos…

Rómulo y Remo fueron abandonados

Te pienso y te huelo como un lobo desosegado
que es criado en su ambiente
que es fraguado con sus hermanos
en la obscura fuente de besos jamás dados…

Y te sigo escribiendo

Te deseo en la roca artificial de un advenimiento
en las calaveras fúnebres de un viejo marzo
en un octubre sin dueño de una luna desaparecida
en ese invierno llegando sin tiempo en ramas tejidas.

Abnegado pensamiento corto de verte en momentos
en la sombra de un lobo proyectado en el techo

por tu habilidad en el trazo de tus besos en mis labios
cortados por el incisivo cause de mi hocico fracturado
y soy perdonado por ser tu olvido de lobo estepario.

martes, 16 de octubre de 2007

Cena para tres

Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...

Cena para tres (versión original)

Llegué a la casa esa noche; entré y todas las luces estaban apagadas; me desconcertó un poco, pues se suponía que mi mujer debería estar en casa. De manera no habitual, todos los muebles estaban impecables, la cocina perfectamente en orden; sin embargo, el aire traía un olor a comida italiana. Me dirigí al comedor, velas, vino, cubiertos de plata, pero… ¿Y mi mujer?
Tomé aliento y me asomé por el balcón, cuya vista a la ciudad nocturna me satisfizo, más que la idea de indagar sobre el paradero de mi esposa. Me metí a la casa de nuevo, cerré la puerta y bajé la persiana. Fui a la recamara, la vi recostada en la cama, estaba mi mujer envuelta entre las sábanas. Intenté despertarla haciendo ruido, pero al no conseguir mi objetivo, decidí moverla… Ella estaba muerta.


Cena para tres (versión onírica)

A tientas, sin rastro de luz amiga, caminaba sobre el agua, a mis pies llegaba el susurro de olas inciertas, de mares de antaño. Tras la puerta se alzaban tres andamios: dos por desvencijarse y el otro seduciéndome a escalar. Elegí el segundo, trepé en él con las facultades de un simio ciego, justo en el último escalón dejaba las penumbras para llegar a los relojes de Dalí. El tic – tac perpetuo de aquél desierto ya, taladraba mis tímpanos; y los pies, ya secos, se convertían al unísono en dos manecillas. De pronto, una treintena de mujeres desnudas desfilaban frente a mí. Todas con diferente cuerpo, pero con el mismo rostro.
Subí, aún convertido en simio, por un árbol que me permitió observar cómo las mujeres se derretían y se convertían en cadáveres. Observé así mismo, cómo un agujero se abría en lo profundo del desierto. Un ataúd, tallado en caoba, se alzaba al centro con el epitafio de mi madre.


Cena para tres (versión encabezado de periódico amarillista)

¡LLEGÓ DE GORRA!
Un hombre encuentra a su mujer muerta en la cama, después de que ella le preparara la cena de aniversario, una cena para dos. Véase Pág. 13


Cena para tres (versión metafórica)

Con el sol blanco apuntando la hora mística, llegué a las tierras de mis dominios, al poner uno de mis gemelos viajeros, fijé los espejos de mi alma sobre las luciérnagas que no titilaban en los bosques. Como nunca, los colores del paisaje estaban despampanantes, todo brillaba con el rocío que había dejado la lluvia temprana. Un huracán arrastraba hacia a mí los restos de la ciudad de Roma. Me dirigí al claro de luna, antorchas, vid amargo de la sangre de las hembras, minerales blancos, pero… ¿Y la princesa encantada, dueña de mis tierras?
Tomé el soplo de un arcángel en mi boca, y postré las luces de mi rostro hacia la nada; nada de mi vacío abismal, de los océanos que rodean la pangea del cuerpo flotante, escondía el diamante de mi rosa perdida. Regresé al sitio del lamento acucioso de su tallo de olvido.
Me dirigí a la copa benigna del vino de Morfeo, mi princesa de la rosa entintada con sangre se encontraba atrapada en las blancas llanuras de las nubes que abrazan. Intenté tocar campanas y hacer trinar a las golondrinas en la espera de mi bienvenida a los terrenos de la pasión guardada, pero no obtuve movimiento de sus ramas ni de sus estrellas, intenté hechizarla con los guantes pordioseros de mis quebradas esperanzas… Ella se sostenía fría en el manto mártir estelar del Ades.


Cena para tres (versión paranoica)

Llegué desesperado a casa esa noche, ojos en las calles me seguían, dedos me apuntaban, la gente insistía en seguirme hasta la casa; entré y todas las luces estaban apagadas, ¿qué habrá pasado? ¿Se habrá metido alguien a robar? ¿Estará mi mujer con otro? ¿Me habrá dejado y se fue a vivir con algún amante? ¿Y si se suicidó? ¡No! ella no me haría algo así, estoy loco, pero, no puedo evitar pensarlo, a lo mejor cree que estoy loco, ¿y si ya no me quiere? Tendré que subir las escaleras lo más rápido, a lo mejor la encuentro con alguien más, juro que lo mato, y a ella también… No, no podría, pero seguro me divorcio, y luego qué, a pelear los bienes, verla después, olvidarnos, volvernos a casar y… No, no puedo vivir sin ella, pero si tiene un amante, seguro me mato. Sí, eso haré si la encuentro con alguien más.
¿Por qué estará todo limpio y en orden? ¿Habrá tenido alguna visita? ¿Simula que todo está bien para que yo no me preocupe? ¿Dónde está? Sí, ya sé, me asomaré por el balcón a ver si viene en camino.
No, nada, pero, ¿por qué la gente me mira, qué les hago yo? ¿Sabrá alguno de ellos que mi mujer está con alguien más? No, no puedo soportar esto, tendré que regresar, ¿y si todo está en silencio porque me oyeron llegar? Iré a la recamara, sí, eso haré. ¡Basta! Esto no me puede estar pasando, ¿por qué huele a comida? ¿Le habrá cocinado? Y la mesa por qué estará puesta… Por qué la comida sigue intacta… Se habrán metido a hacer el amor sin tocar los alimentos… No habrá llegado ya… ¡Carajo! ¿Dónde está?
La ropa me aprieta, me la voy a quitar, sí, si está con su amante en la recamara este es el pretexto para agarrarlos en el acto, sí, eso haré, es la excusa perfecta.
Mírenla, dormida plácidamente entre las sábanas, no la despertaré. Pero, ¿estará enferma? ¿Y si se durmió para ya no hablar conmigo? ¿Estará cansada? ¿Pero de qué? ¿De hacer el amor con alguien más? ¿Por qué ni con ruidos se despierta? ¿Estará tan cansada de estar besándose con algún amante que sí la pueda complacer? A caso, ¿será que ya no la complazco? ¿Ya se aburrió de mí? Necesito hablar con ella, sí, necesito una explicación, tengo mucho calor, estoy sudando mucho, ella no puede hacerme esto, no, ella no, por favor no.
¿Por qué no se mueve? Amor, despierta, amor, chiquita, no, vamos, despierta… ¿Qué pasa, por qué está todo obscuro? Amor, despierta, despierta, despierta, despierta, despierta, despierta… ¿Te habrán matado, te suicidaste, fui yo sin querer…?


Cena para tres (versión policíaca)

Aquí mi tres veinte, tenemos un sujeto identificado con el nombre correspondiente a Saúl que se dice haber llegado a su hogar y encontró a su mujer en estado tres noventa.
Sí, mi tres veinte, dice el sujeto que no se explica aún qué fue lo que aconteció en su domicilio, el forense dice, mi tres veinte, que una mujer de aproximadamente de unos treinta años, falleció a causa de un dos ochenta tras preparar un siete veintidós, mi tres veinte.
Afirmativo, ya tenemos al uno cincuenta compadeciendo los hechos ante mi compañero de ésta unida…
Sí, mi tres veinte, en un momento nos dirigiremos al uno cero uno para llevar el caso correspondiente ante el juez y poner al uno cincuenta bajo sospecha de un seis sesenta y seis, mi tres veinte.
Afirmativo, estamos en contacto, mi tres veinte. Claro que sí, pasamos en la noche por unos doce cuarenta en dirección al uno cero uno para después echarnos unos veinte tres veintidós y seguir con el turno del doce doce.


Cena para tres (versión de barrio)

No, pus llegué a mi cantón a las medias noches bimbo, y ¡zaz! Carnalito, que estaban todas las luces apagadas en mi chante. No, pus qué te cuento, al chile pensé que mi vieja andaba poniéndome los cuernos con algún paisa, pero nel, ni madres, estaba loco “compa”. Pásame un cigarrito porque esto se pone color de hormiga, mi chavo.
No pus, al chile que subo bien encabronado, con ganas de partirle la madre al pendejo que se la estuviera tirando, al chile, de paso a ella le tocaba una madriza, también, por culera. Pero nel, ni madres, la neta se había rifado mi morra, al chile, carnalito. Había sacado los trapitos más chingones para el chivo y el cantón estaba, mira, pero si reluciendo de limpio, al chile, mi morra me había preparado una cena acá, bien romanticona para después echar la pata. Pero pus mi morra no aparecía, y al chile yo me pregunté, no mames canijo, ¿estará con su jefa? No pus al chile yo sí me asomé por el balcón, carnalito, y ni madres ni señas de ella, nada ca… Nada. Pus me fui a mi nidito y sí, efectivamente ahí estaba la cabrona, tendidita la hija de la chingada, bueno, eso pensé, al chile, no te voy a mentir a ti que eres mi “compa”. No pus la neta empecé a hacer ruidos para despertarla, pero nel, ni madres, al chile me sacó un pedote desde ese momento ca… La neta sí me asusté, pus ya era mucho a la mamada, ¿no? No pus al chile, carnalito, que la empiezo a sacudir, pus no mames, ya andaba yo bien espantado… Y pus sí ca… Mi morra ya estaba bien tiesa, ¿cómo ves? Al chile sí estoy bien agüitado.


Cena para tres (versión fresa)

No, pues, esa noche yo andaba de luces por la ciudad y llegué a mi casa, o sea, ¿me explico, güey, o sea, sí me vas siguiendo? Y cuando entré, o sea, estaban los candelabros de mi casa apagados, ¿ o sea, me entiendes lo que pasó por mi cabeza, o sea, no sabía qué onda? ¿Qué hubieras sentido, o sea, me explico, no, güey?
Total, cuando llegué, pues vi que la mucama, pues en buena onda, la niña había hecho todos sus deberes, incluso había preparado comida italiana. La verdad, y no te voy a mentir, o sea, en serio no, pues parecía ser que mi chica le había pedido que sacara la vajilla fina, me entiendes, ¿no, güey? Mi niña había estado planeando una cena súper romántica para los dos, o sea, súper romántica… Pero ella no aparecía, y raro, porque ella siempre salía cuando yo llegaba a darme mi beso, o sea, sí me entiendes, ¿no? Me explico, ¿no, güey?
Total, me asomé por el balcón y nada, la verdad, güey, y no te voy a mentir, pues sí me saqué de onda, güey, yo estaba súper, mega espantadísimo, o sea, no lo podía creer, o sea, cómo mi chica iba a estar a altas horas en la noche sola… O sea, ¿me entiendes, no, güey? Bueno, total, hasta le marqué al celular y no, o sea, ya, la verdad, tú dime, ¿qué hubieras pensado? O sea, ponte en mi lugar güey, o sea, la verdad qué hubieras hecho o qué hubieras pensado de que tu chica no estuviera en casa… O sea, me explico, ¿no, güey? En fin, fui a la recamara y pues me tranquilicé al verla en la cama con las sábanas finísimas que mi mamá nos regaló para nuestro aniversario. O sea, la verdad ni la quise despertar, pero la verdad, o sea, ¿cómo te explico, güey, que me había así, súper emocionado por la cena que había mandado a preparar? O sea, ponte en mi lugar, güey, o sea, la verdad pues sí tenía ganas de estar con ella, güey. Total, ¿no? comencé hacer ruidos y no, ella, la verdad pensé, estaba súper cansadísima y que por eso no se despertaba. Sólo dije en ese momento, por diós que esté bien, o sea, ponte en mi lugar, güey, ¿no habrías pensado lo mismo, güey? En fin, pues la moví y ella ya había fallecido.
La verdad es que sí me ha afectado, la verdad, güey, la encomiendo así, mucho con Diós para que la tenga en su gloria, ¿me entiendes, o sea, sí me explico, güey?


Cena para tres (versión reportero)

Algunos lo llaman suerte, otros destino, otros tantos dicen que a quien le toca le toca, y es que nadie, pero nadie puede imaginarse llegar a su casa y encontrar a su mujer, muerta.
Esta es la historia de un hombre, como cualquiera de nosotros, que llega a su casa después de un arduo día de trabajo y que espera encontrarse a su mujer para pasar la noche.
Saúl, quien ahora está destrozado, halló a su mujer sin vida en la cama. Se dice que la mujer le había preparado una cena romántica, según, para festejar algún aniversario; la mesa, estaba puesta para dos, pero nunca contaron con la llegada de su tercera invitada… Esto, fue lo que sucedió…
Informó, para hechos del trece, Ricardo Salazar. Que Diós, la tenga en su gloria.

sábado, 13 de octubre de 2007

Cada Viernes

Lo que pasa cada viernes con nuestro yo interno

De tinta sangre del corazón...

Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...

El viajero

Veo luces
de colores
todas, todo obscuro
en el fondo
los lagos,
desde arriba
profundos
eternos
negros
desde lo alto
y voy bajando…

¿Adónde te fuiste?
¿Dónde has estado?

Y me veo en otros sitios
en otros brazos
comiendo de otras
comiendo de las uvas
sacudiendo mi cuerpo
olvidando tu rostro
no recuerdo si te quiero
no olvido tu promesa
y pienso;

veo al de junto
dormido
como tú a mi lado
una noche antes de irme
retozando tranquila
tu sonrisa
máquina de mis pasiones
de aquél tiempo
y me pregunto ahora…

¿Con quién te acostaste?
¿Qué hiciste de mi huella en tu cama?

Y mis panas…
¿Estarán?

Fumé
volé
escribí
y sigo escribiendo
poniendo el corazón
dejando que sangre
y sangro en las hojas
de una historia
que no perdona

y qué pensarás ahora
qué te aconteció
me habrás dejado en la orilla
de tus sábanas
cuando estuviste con otros
si es que estuviste
si es que te dejaste morder

y palpita mi corazón
se estrella en el pecho
potente
explota al ver que estoy por llegar
y se estrella
en las montañas
en los cerros
y sigo bajando
y olvido ahora a quien conocí
y estuvo cómoda en mis manos
y me lloraba porque no me fuera
y me fui

y estoy por verte ahora
y no sé qué pasará.

Mis padres
la hierba
el acostón
las lágrimas
mi despedida

todo viaja rápido
como en el avión
y te sigo viendo en la ventanilla
bajo, acudo a ti
presionado
loco
como espiral mi mente

y veo tu mano
tu mano…

me miras
te veo
no nos reconocemos
y nos pasamos de largo
no nos conocemos
y ahora bebo
bebo hasta olvidar tu rostro
dejando el recuerdo en blanco
y vernos… No lo haremos…

martes, 25 de septiembre de 2007

Los silencios de mi alma...

Una persona amó y fue su infierno, la otra nunca lo hizo y fue su condena...

Tallo de rosa

Vierte tus lágrimas de sol sobre mi tierra
ahoga mis sentidos en tus océanos
destrózame con tu huracán de verano
y húndeme en tus negros pantanos…

Avienta un soplo al vacío
dime que estoy dormido
perdido en el eco de un aullido
preso en el alma de un asesino...

Mis pasos son débiles en la arena
las olas han ido borrando las huellas
el salitre carcome mi piel de espuma
y los sueños se recogen en las estelas.

Me vuelvo a la penumbra,
soy como el tallo de una rosa
un aguijón de tormenta negra
un lobo de la llanura blanca

No tienes que emitir sonido alguno
me elevaste en un segundo a la gloria
y así caí en las sábanas de tu memoria
en las horas guardadas en la ausencia
en tu presencia imposible de la nada…

Me arrastro y someto mi palabra
cinco letras comprimidas en las piedras
unos ojos fríos del color de la esencia
etérea forma de humo en las hojas.

El andar de Morfeo me acobarda
hipnotizado caigo en la trampa…
No quiero que partas…
Pero cerca me matas…

Gotas de mercurio
sangre sagrada
garra lastimada
naturaleza muerta
hueco de la estrella
dedos de porcelana

rómpanse en el tablero de la reina
en la estrategia de capturar a la negra
en la batalla racional animal
humana instintiva de querer amar…

Prefiero tener los ojos cerrados
no volver a manchar mis manos
la tinta se riega por mi boca
las plumas se rompen en la leyenda.

Anochece en una mañana de lluvia
contengo el grito del canto matutino
está aquí la llave de la hoguera
víctima de un rayo al verte conmigo…

Eres el unicornio de la trova
tus pies son ligeros como sombras
me rodean el cuello de tu peligro
cuando me hablas sin soltar despido…

Y sigo callando
y sigo huyendo

busco los pedazos de mi alma en el desierto
siento la sequía provocada por tu fuego repentino
y no brilla ese cirio en el altar de tu flor de abismo…

Qué pasaría si me envuelvo con un diamante
amante errante de lúgubre noche
en astros que se pierden en los montes
en tallos de rosas secas de los pobres…

Callar, sólo es eso, callar:

prisión de alquitrán y amapola
me sumergen y piden la derrota
quebrando mis alas en ésta jaula
conspirando el ataque a mis llamas…

En dónde estás…

Busqué acucioso en este poema la paz
la libertad de arrancarte de mis llagas
y ver como vas por el mundo en la niebla
para cuando el sol mayor nazca…

Te pierdo…

En los ríos purpúreos de la cera
en pergaminos de hiedra
en la semilla no germinada
en la tragedia de selva no explorada…

En el blanco de rosas rojas:

único pétalo sin historia
de una perentoria caricia
del espíritu rezagado de la herida
en el rosal de espinas en mis piernas…

Callo
te pierdo
te doy una rosa
me muerdo el velo de mi boca
y la poesía muere roja en la espina…

Shhh… El silencio impera.



Es, en, existir

No hay dimensiones
no hay matices
espirales…
Sí, sólo espirales.
No hay revés
tampoco adelante
ni pronto ni tarde
sólo es el ciclo que se rompe…
Lineal eres
en los astros yaces
en la tierra, en el aire
y todo muere…
La fe:
Se estremece
recuerda y envejece…
No habrás de,
sin pasado a ver
sendero adelante
sólo es…
Solo se es…
No hay cantidades
todo se mueve
como un río, todo fluye
y es…
No hay mejores
No hay peores
ni hubieras ni rencores…
Sufres
hieres
sin matices, siempre…
Indiferente llueves
es concreto lo que sientes
irracional lo que eres…
Y no eres
siempre es
aún si no existes…
No hay de qué llores
pues a morir vienes,
el amor no tienes
solo, sólo sin ilusiones…
Todo está en la mente.
Tercas necesidades
que obtienes lo que no tienes…
Es arrancarse
es desprenderse…
Se hace tarde
no falleces
sólo te suspendes
y duermes.
Sigues adelante siempre
en corazón latente
te guardas y escondes
impecable, implacable
donde no hay lugares
donde no hay dimensiones
ocultas lo que pierdes
y te pierdes en los soles…
No piensas lo que eres
sino lo que no eres:
un presente inerte
fracaso, inherente
de un diálogo leve
el ego resplandece…
Pero eso todo depende.
¿Desde dónde te mides?
¿Desde dónde renaces?
Si a morir sólo vienes
en el arte de mentir eres…
Contradicción de tus acciones.


Queriendo irme

Rostros se derriten
lloran las paredes
el siglo se cae
los rayos enmudecen…

Rostro triste eres
el más lagrimeante
el menos cobarde
el único que no entiende…

Y tus ojos me mueren

Las lunas salen
se vive de noche
el sol destroza mi frente
río el silencio de no tenerte.

Nada es evidente
sólo se siente

La luz es obscura
el día no te menciona
pero me aprisiona tu sonrisa
y no quieres ser pronunciada


Los momentos se congelan
se congelan como pinturas
en blanco y negro es locura
y te prefiero cerca…

No, no hay deudas
tampoco preguntas
callamos las dudas
incierta es tu figura
así como incierta tu cintura

…Incitante tu boca

…Mortales tus navajas

…Y no te encuentras…

Me quedo perdido en tu sueño
rompo mis huesos
mis plumas
interrumpo mi vuelo
y desespero
no desespero
me psicotizo
me quiebro

Me veo, te veo lejos
quererte no quiero…

…No me controlo

no controlo…

No hay control

solo lamento

Mis ojos, las hojas caen
llorarte o reírte no quiero
quererte no quiero

mis manos se resisten a quererte
a escribirte se rehúsan a no amarte
y también mis pies a buscarte.

Pero siento…
Y no quiero, irme quiero
mi alma me llama
no responde mi cuerpo------
el corazón te sigue permaneciendo…


Utópica lejanía

De aquí a Londres
de aquí a Marte
de aquí a la mañana siguiente
de aquí a mis sienes…

Las emigraciones suceden…

Los peces
los dioses
los jóvenes leones
también las aves…

Y así me respondes…

A kilómetros me oyes
como nada y soy de eso
sí, una ilusión de tu mente
no hay cariño, sólo me pierdes…

Sin tenerte

Nunca te tuve

Nunca más iré a verte

No más imposiciones

No me sirve quererte
si no estás presente

sin más qué decirte:
Te odio y te quiero…

Me despido, te olvido
no olvidas, pero me olvidas

y estás, aquí, presente…

Nos dejamos volar
y trazo otro lugar
aún yo sin ti estar…

miércoles, 12 de septiembre de 2007

La Resurreción del Ave Fénix




Hoy hablé de ti…

Sostenida marchas
subiendo la hundida montaña
en una tierra navegante alada
en las hojas de un veneno que no mata…
Hoy hablé de ti…Recordé tus esperanzas
como un vino amargo en mi mesa
de una copa caídaen una piel adicta a tus deseos sin salida…
Y se regresa a la vereda perdida
en un cañón roto de tiranía
susurrando los pormenores de la vida
sin ver esa luna que asomó con su partida…
Y hoy hablé de ti…
Nada interrumpía mi magia
encontrarte tan bella… Tan vacía…
Y seguí con mi esperanza de vida.
Ayer te vi en un árbol recogida:
herida de una garracon tus ojos blancos
tu piel ensangrentada
recostada sobre la leñaviendo pasar el agua y la tierra…
Hoy hablé de ti y no hiciste nada.
Amarré una rosa en mi garganta
lloré en silencio en melodía apagada
mientras los ríos sostenían su canto
te arrullaban y te observaba
y decidiste quedarte dormida.
El viento te acaricia desprendida
de un espíritu que llora por ser libre
de unas manos que no reconocen caricias
y se te ha olvidado los besos dulces
sólo entiendes de labios salados
sólo sabes del frío de su metal oxidado
y ni fuegos azules te devolverán la dicha
si eliges quedar moribunda sin la luz del día…
¿Qué ave atrevería a regalarte sus plumas
cuando sólo invierno anida tu alma?
Y hoy hablé de ti… Y ya no apareces tú
y hoy hablé de ti… Escondida en una burbuja.
Hoy hablé de ti, hoy hablo contigo
oigo tu agonizante rugido y volteas la mirada
decides tenderte en el otoño de una extinta fogata
sin poder sentir el verano de tu herida profunda
cuando hoy hablé de ti, envuelto en la hierba
y tu ausencia…
Con un susurro, pidió secar mi tinta.
No, la llave aún está en su sitio
no, el arcoiris seguirá aún con lluvia
no, la espina en tu corazón será mi alimento
y seguirá lloviendo
seguirán las estrellas naciendo
en un firmamento obscuro de tragedia
en unas alas flamígeras de su discordia
mientras tu cuerpo está a rastras de una vela
sigo hablando de ti, aún cuando no me digas nada.


Estrella en la cueva

Ha quebrado mi voz en tu cueva
fría, interminable ciega de luz
te guardas escondida
y temerosos son tus pasos
sientes arder con el sol de la mañana
y vuelves a tu sótano sin llamas…
Sigues dando vueltas cíclicas
sintiendo emoción vacía
los sentidos se desconocen
han buscado pelea continua
y continúa la batalla perdida…
El ocaso viene cada díay tu presencia ausente de la vida…
Ven, déjame decirte un secreto:
en los límites se encuentra la nada
en el vacío sólo hay acertijos
místicas se vuelven las noches
pero no valen nada si no sales
el titilar del áurea boreal permanece
el polvo de estrella se da en tus huellas
y se vuelven invisibles con tu ausencia.
Anda, dime a qué sabe una victoria sin ganar
dime a qué sabe una perdida sin perder
y dime a qué te supo luchar sin estar en la guerra…
Y sigues escondida
¿cuánto tiempo va a pasar?
Hay voces que se estrellan como mares
aves sollozantes de verte herida
salamandras entrando y muriendo de frío
tu cueva es ese lugar inhóspito para la flama
un congelador perpetuo donde te adopta
y tu caminar es ligero y vertiginoso en la marea
sin que puedas dejarte acariciar por mariposas
y así creas un huracán en la nada
en unas ruinas que el viento se llevó con la lluvia
y aún no es tiempo de ver otra blanca estrella…
Cuántas quedarán más sin ser reconocidas…


Aire en el laberinto

Mátame con un zarpazo de tu boca
hiere mi costado con tus manos
regresa en las noches de tu casería
y vuélveme tu presa de encantos…
Escóndete en el laberinto de la selva
espesa arbolada mística de las tardes
que sea la vereda tu consciencia
y la mía ese paso de tu espalda y tu cintura.
Encontraré trozos de mí en tus huracanes
sutiles espirales que absorben locura
cuando en un caballo sangrante
disponemos al libre vuelo de almas
cuando me vuelco en tu centro:
espinoso tallo de tu vientre enterrado
suelto en la quimérica confusión de tu cuerpo
aventando demonios juguetones en tus dedos
y termino por entregarme al encanto de tu cuello.
Así bajaré por tus pechos de sosiego
acariciando sin tocarte tu piel de imperio
misma que me abriga en el sauce de los misterios:
Y me veo astral en un viaje de sueños
trazando tu silueta en la cera de nuestra mesa
esbozando una sonrisa en el vértigo de tus labios
las comisuras engañosas entre risa y deseo
puestos en la hora cero de la mirada vespertina
en el reloj aniquilante de nuestro tiempo.
Y así me veo verte en un sueño caótico
donde las manecillas no son amigas
donde vuelo para vigilar tu ingenio
encausarte en las aras de mis arenas
logrando recovecos para ti, mi viento.
Pon en mis alas tus pasiones más recónditas
prohibidas alucinaciones de tu templo
deposítalas y crea de ello mi alimento
márchate cada madrugada con el aire de mi silencio:
regresa en la vertiente del ocaso rojizo en cascadas
abre tus ojos felinos y rasga mi corona de vida;
atrapa al ave y derrámate en su nido
arrulla con tu rugido mi trino
y me verás crear melodías altivas en tus huracanes
que merodean por estos laberintos asesinos
en sueños andróginos de una escultura de hielo
puesta en bloque en la que te esculpo a diario
descubriendo uniforme mi talante de activo verbo
que con un torpe golpe destrozo el espacio:
mágico sincretismo en el puerto terrenal
oxígeno de mis árboles y tu albedrío
en donde tu luz ha aniquilado mi extravío.


La naturaleza del veneno

He ido cayendo a cascadas
como una gota de cielo
que busca desesperada el suelo
en una noche lloviente de silencio…
Me arranco una costilla
suturo incesante mi herida
absorbiendo la sangre de la guerrera
y dando paso a la vida felina de mi estadía.
Volar
siempre es volar
en parvada resuelta al viento
tomar agua y mezclarme con el fuego:
soltando hilos blancos de redes cazadoras
someterme al delirio de las perlas encarceladas
en un espacio del abismo, refugiada te veoy te miro, y tiemblo
mis hojas verdes
en tu otoño
y llueve…
Somos como ríos sin buscar océanos
ruiseñores mudos de alas rotas
un par de velas que alumbran misterio
unos ciegos con lágrimas negras
almas revolcadas por aurigas
ecos danzantes en las horas marginadas.
Despierto en las ruinas antiguas
con dragones vigilando el fracaso
mientras me cobija tu tacto
mientras me besan tus manos…
No eres un sueño,
sólo el instante te ha guardado:
corre mientras vueloque mi sombra sea tu cuerpo
que tus pasos sean mis guíastu rugir y mi canto sea eterno…
Aún no te tengo.
Bajaré como veneno como por tu vientre
anidaré como tórtola en tus trapecios
recorreré como lágrima como por tus dedos
y sostenme en tus labios de centeno:
caliéntame con leña de pirul
durante siete lunas y cinco soles
espárceme sobre tumbas de reyes
sírveme con tu manto de cielo
degústame con la sal de tu hierro
y termina colocándome a tu lado izquierdo…
Y sentiré como palpitas y renaces a diario
envolviéndome en un firmamento fracturado
para sanar con besos líquidos tus ojos llagados.



Alas de búsqueda

Escuché tu voz en las sombras
mis demonios con lenguas de mariposas
sucumbieron a tu dicha en las penumbras
donde no te veo y las almas se azotan:
en los recovecos hurto tu figura
usurpo tus labios en mi memoria
en los espejos, en el agua
con cada beso dado a distancia.
Formo castillos con tus huellas
calladas me miran, todo, ellas
escondidas en el fondo de tus alas
siendo tú de mis pensamientos la ladrona…
Rasgo las paredes con mis uñas destrozadas
mis manos cuarteadas por la tierra mojada
de unos ojos cansados de llorar
de mis plumas derramadas en el blanco de la nada;
y te siento, estás más cerca que lejos
siendo una gota en busca del suelo
para filtrarse y seguir huyendo del cielo:
así te siento en un verano resuelto
y no callo a los dragones en el ocaso,
pues es su tiempo para romperse y seguir muriendo.
Salgo de un pozo negro para encontrar al otoño
ese viento ligero que atrae el cambio:
corto, como tus cartas que lideran a tu templo
pistas salvajes que me han dejado sin aliento
mientras me deslizo suavemente por esos senderos…
Y aún no te veo.
Verano, otoño, será casi invierno
emprendo una batalla sin enemigo al acecho
esto es cuando sigo sin hallarte a mi costado.
Una mariposa azul se coloca en el trapecio…
Un aleteo me devuelve el aire que aún no respiro
me mantiene suspendido en el espacio y tu tiempo:
reloj lastimero de una herida no causada de destierro
en el que sigo náufrago y ciego
en la orilla de un abismo
con las armas en un río
y vuelvo encomendarme al destino…
Ese que me revuela en las noches
sosteniéndome con tus claves,
música sosegada en los lumbrales
de una risa destruida en estos bosques:
fieles frontales guardianes
quiméricos en la hazaña de guardarme
distraídos al notar la ausencia de esta ave
misma que te busca, te busco en las tardes
me petrifica la medusa del olvido en los andares;
en el despertar de la presencia de añejados sauces.


La mariposa azul

Te miré desde lo alto de la montaña
mujer misteriosa huyente de mis mañanas,
pediste que acudiera y entregara un ramo de rosas…
Rojos carmines entintados de los corazones de ruiseñores;
así fui bajando por senderos azules:
espinando mis manos, contemplando tus felinos ojos
caminando sobre el río como por cristales,
fríos colores bajo mis pies de agua.
Iba de prisa a tu llamado
y encontré esa casa gris de tus dominios…
El mío, el tuyo, todo quieto por un momento
sin aviso acucioso de algún mito.
Y te reconocí en mi entrada, sentada al fondo:
desnuda, frágil como el trigo.
Nos regalamos una larga y profunda mirada,
en una hoja en blanco con tinta derramada
como esa mirada que platica el ciego
recorriéndonos por detalle en silencio;
no hubo sonido, los relojes se detuvieron.
Corrimos y en un instante colorido nos fundimos
y se derretía todo al compás de nuestros labios,
todo se hizo etéreo:
arrancaba la cereza nacida en tu garganta
envolviéndome, tú, con alas de mariposa
con un perfume de fresas y moras
salvajes bosques de ternuras olvidadas
pero aún no allanadas.
Me alejé unos instantes de tu cuerpo,
beldad de mi sendero andariego,
para subir las escaleras a mis jardines secretos:
fuego y tormentas de nieve en mis fuentes de deseo
golpean mi pecho cálido de hierro;
las gotas de lluvia ácida calmaban mi calor tenue
apabullantes toques de la amarga distancia…
Una paloma negra te puso en el trapecio de mi espalda:
tomaste mi torso con tus dedos afilados
cortando mi piel, mi concentración, mi llanto;
viré a ti, y me fui nadando desde ese puente,
virginal delicado, al paso de tus montes y tu cuenca,
divina agua con tus ojos en blanco absorbía
mientras tallaba mis ramas en tu tronco sutil de veneno
hasta arrojarme en los riscos sublimes de tu cintura
y me enredaba en tus caderas prontas de tiempo.
Introduje mi espada, lentamente, en tu océano
arriba en el cielo, tú arriba, yo abajo, ambos en un infierno.
Incendiando las raíces que nos sostienen a la tierra
la vista azul encontré en el líquido de tus retinas
y se volvió todo con un grito apocalíptico en mi contra:
aquella explosión hizo retumbar mis suelos
y terminar para congelarse nuestra hoguera…
Abrí los ojos, todo era tundra
todo fue un sueño en el que aún tú no eras.


Inspiración

Me azoto todas las noches cuando entras:
mi ventana se empañalas letras se derraman
me pongo en laúdes y maitines a escribir
de tus ojos, de tu cuerpo,
de la levedad exacta de un respiro antiguo.
Vienes a cascadas
imágenes reales que me abrazan
me absorben en la espiral mártir
de unos espejos llorosos
derretidos con la sangre de un verso.
Ese aliento, lunar testigo
de cuando me violas interrumpiendo mi sueño
quema mis manos
incendia los pistilos de mis dedos
cuando pides salir por los poros de la tinta…
Y no te veo:
me cobijan a diario los aires de tu corona
espinoso ornamento en mi frente
cuando desbocado sale como caballos de combate
y me hace salir del cuerpo para profundizarte.


Refugio del poeta maldito

Me has hablado de tu situación,
maestro dividido por tu época seca;
pero no te tocó ver peor decadencia
donde retornamos al mito sin amor.
Vomitas la fragilidad humana
la nuestra, correspondiente de la figura
que al vernos al espejo pertenecemos a ella
y compartimos ese sudor de nuestra ligereza…
Nos vemos como barcos sumergidos
en una nada fantasiosa confundida
con las risas de hienas ciegas
atorados en los amoríos quiméricos inspiradores
donde se es muy joven para entender tus llagas…
Y así me siento al leer tu poesía y cartas.
Al igual de una anormalidad real de la mente
navego en los senderos azules de estelas solares
donde las instituciones sólo son creadas por hombres:
débiles facultades de alternativas consoladoras
donde nos miente el testigo de los escritos
y nos volvemos a nosotros y nos volvemos a la nada;
cerrando los ojos y encerrándonos en las letras
esto es un maravilloso lago de saliva.
Nos atrevemos a deconstruir un mundo
que con arte creamos el nuestro
entre el mundo de tus pensamientos y el mío
en épocas decadentes que prometen un “progreso”.



Vidas compartidas

Traviesas ninfas del bosque blanco
dejen contemple su laberinto de significados
entren todas las noches por mí en lienzos blancos
y atrápenme en la luna de soles muertos.
En su distancia, entre mi mano y la pluma
derrámense en espirales de pentagramas
y colóquense por debajo de mi mesa
absorban el fluído de mi alma en decadencia:
sublímenme en la conciencia sin sentido
de unas alas rotas de este cuerpo que ha acaecido
y denle a este ser el vuelo valiente de sus voces
inmortalícenme, ¡respiren lágrimas oceánicas!
Esclavícenme a la condena de morirme antes,
antes que ustedes desaparezcan y se renueven
ante los ojos de alguien más y me sean las amantes infieles,
así, tocando cada poro de la herida que nunca sutura
quede entintada en negro y fuego azul...
Hagan lo que sólo ustedes logran en un verso en rojo
de mi lastimera carga de mis manos;
vehemente les digo:
"Verba volant, scripta manent"
y luego, permitamos al amor y a la vida salir del abismo.



Miércoles de ceniza

Caminé debajo del cielo frío
recorriendo las calles empedradas
en un circo infernal de un recuerdo
de dos milenios escupidos en la sombras:
letras sublimadas en el tintero desbordado.
Abrigos de pieles de mil colores
historia unida al fracaso religioso;
una enseñanza heredada por crueles
con la muerte prodigiosa del vértigo
que se siente del látigo y lanza humillante.
Y el orgullo del sacrificio resplandecede
amargos siglos con guerras y muertes:
inquisidores, pensadores, escritores,
gente obscura e iluminada se reúnen;
¿qué orgullo sienten al ver a su rebelde
azotado y escupido en la mesa fúnebre…?
Sádicos besan a los emperadores
de los caminos, del sufrimiento
en sus puños se centraba la rabia
en sus labios había veneno
y qué hablar de la hipocresía del viento:
nos trae la revelación de un héroe incierto,
sabio condenado por su corazón en la lengua
cambiando ideologías sin lograr hermanos.
Y te veo ahí callado,
símbolo de tu cuerpo
por ignorantes masticado,
con besos ultrajados
en una figura de madera
pordiosera de los embelesados.
Y así te veo acostado,
soportando la injuria fielde seres indómitos
en la noche que te visité.
Palabras huecas de disfraces morados,
reglas absurdas para los condenados:
de ser santo, de ser pobre, de ser diablo.
Sin esencia
ni naturaleza de Sartre odiado;
filosofía verdadera que da engaño
de aquellos sordos que se muestran a tu lado.
Te miran, sienten culpa
se absorten de pecados
reciben óleos de los acusados,
¿quién es sabio para juzgar a los humanos?
¿Quién es Dios y qué hizo para mitificarlo?
Hombres débiles de un cuento realizado
te besan, te escupieron antaño
no vieron el espesor del bosque enajenado,
y te sirven plata, te colocan oro;
te hacen un altar y una oración
te regalansin saber que se consumen a diario
sabiendo que al otro día te defraudan
¿y tú los sirves a diario?
¿Tú perdonas como ellos te han perdonado?
¿Exististe para matar a todos
o sólo es pretexto para ser existido
en los libros y el cáliz sagrado…?
Y salgo de ahí riendo, diciendo:
ahí tienes a tu hombre culpado
ahí tienes a tu hombre sin significado
ahí tienes a todas las muertes y las hambres
a los pecados, a los cerebros dañados.
Y me piden que te escriba
me da vómito saber que tantas letras
tantas líneas, tantas ideas
se te es dedicado…
¿A qué vienes ahora en un miércoles
donde en casi un año ni se te es recordado?
Y te hablé con el corazón en la mano
con la pluma y la tinta al cielo
con mi sangre azul de príncipe odiado:
me he visto en ti en las calles de mi barrio
donde también era azotado
en mi casa donde mi padre devoto
se le olvidaba que te amaba y me golpeaba.
Te vi y me acordé de mí, no de ti
tú estás callado, acostado
riéndote de los desafortunados
enojándote de los agraciados...
Y te vuelvo a ver y te vuelvo a escupir
por no creer en ti me han odiado.
Exististe, moriste
y si no estás aquí,
por qué me sigues afectando.
Y lo haces con todos
y no es a ti, son a las instituciones
por hombres amargados
cuando dejaste de importarme
cuando vi mi grandeza
y de ti no me vi necesitado…
Y le debo a mi madre y a los hermanos
le debo a mi gente que me ha formado;
si existes ya no me ha importado:
me piden que te escriba
sin merecer la tierra donde escribo;
gracias a la vida y a la tierra
a las cenizas guardadas en un día santo
que le pude escribir al atormentado.

Aire, Agua,Viento y Fuego


Apologías


Encontré mi pluma en el ala rota de una gaviota
Donde la tinta de las conversaciones en silencio
Sangran esta noche para recordarme la verdad oculta
Porque entre una lágrima y tu caricia, me lleno de tu rocío.

Hay lunas que han nacido como el vuelo de una paloma
En esa eterna espera de sentarme hasta que amanezca
Sólo para contemplar tus ojos, tu cara, tu figura….
Es en esa desesperante ansia de abrazarte, orar que no te vayas

Es que bajaste de pronto, con gran fuerza desde las llanuras blancas
Creando con tu aire vientos de amor y esperanzas
Pintando de verde, café y naranja todas las montañas
De ésta tierra pordiosera llena de iguanas, lagartijas y salamandras.

Basta una palabra, un beso y el acunarme entre tus ramas
Haciendo sanar las llagas/heridas y enjugar mis lágrimas
Porque decir te amo se ha vuelto quimera de mi nada
Siendo tú mi todo mientras tiemblo y se caen mis máscaras…

Omito detalles sobrantes por ser obviedades ante la historia
La historia conciliada al pedirte, rendido a tus pies, no partas,
También decirte que nada soy si te sientes por mi torpeza,
Aquella que nacida de mis palabras hacen que el sol y el corazón caigan…

He de decirte que abrazo cada instante en la que con una de tus miradas,
Atadas al desprendimiento fugaz cuando me amas, estallo y soy energía
Haciendo brotar de mí una exótica flor otoñal que recojo cada alba
Y mientras oliéndola, cojo de ella tu fragante delicado aroma.

Espero comprendas a este pirata de siete mares vuelto misionero en tus playas
Donde soy evangelista de tus lindos dotes de niña-ángel conquistadora del alma
Sabiendo que mi pasado está enterrado, más estuve acostumbrado a cargarlo en llamas
Y es entonces que me das algo con lo que te recuerdo caminando en mi vereda marchita

No pido nada, sólo espero, recobro aliento, rasgo mis ropas y trueno mi puño… callado
Pues no soporto saber que feliz no te hago, culpa de mis comentarios… y muero
Pero tienes una forma de decirme te quiero, que, lo has intensificado… un te amo
Sintiendo que renazco de entre las cenizas de un espíritu antes abandonado
Para terminar subiendo al cielo, robarme una estrella, bajar, y decirte lo siento.



Como si fuera sol


Como si fuéramos sol y luna
Sólo tú puedes eclipsarme en el momento más brillante.

Como sol y mar
Me guardas bajo el agua de tus besos.

Como sol y paisajes
Puedo perderme en ese valle detrás de tus montes

Como sol y nubes
Me colmas de millares de sueños transparentes.

Como sol y noche
Me guardas en tu tiempo fuera de mi espacio.

Como sol y lluvia
Lanzas golpes fríos para calmar mi calor

Como sol y poemas
Sólo me tomas en cuenta para iniciar un verso

Como sol y canción
Solamente me tomas en cuenta para comenzar tu armonía.

Como sol y día
Salimos de la mano de diòs.

Como sol y Venus
Cada uno es a su manera en el cielo una estrella.

Como sol y estrella
Somos lo mismo en esencia.




Declaraciones

Nublándose la tarde del cielo,
Recostados, queriendo retratar el momento…
Mientras éramos absorbidos por el silencio
Apareciendo, entonces, el ángel que se robó la voz.
Y al seguir caminando, viendo de nuevo
Me quitaba la máscara que me hace callar
Pues rompo de rabia cada vez que teniéndote cerca
No te puedo besar…

Deshaciéndome como la vela cuando próximo estoy de tu boca
Para terminar dejando que me lleve el fuego de ese deseo,
Sin poder siquiera decir adiós al llegar el momento del despido
Pues se resquebraja mi garganta cuando apunto estoy de decirlo
Sintiendo como vienen tus brazos a envolver mi cuello…sólo suspiro.
Hay algo que me inquieta haciéndome detener mi mano en tu cintura
Y en otro silencio a gritos, clama mi mente cordura al pasearla por tu espalda…
Y es que tus pláticas, tus sueños, tu mirada…se han vuelto quimera en mis venas

Existiendo una enfermedad haciendo cerrar los ojos cuando me besas.
Sólo vengo a decirte lo espléndido que ha sido el encontrarnos en el camino
Cuando ni siquiera pensaba que en estas fechas podría haberte conocido,
Bendiciendo ese viento que me ha traído contigo.
Hablo de el afán de tener que sentarme a contemplar…seguiría perdido.
No pido una oportunidad de pasearme en tus ramas
De crear un nido con las varas de tus besos
Ni tampoco cobijarme en el follaje de tus cabellos

Pero si he de ser sincero…por ello muero.
Puedo expresar, hablar, discutir incluso, que si vine aquí
Es y ha sido con el único fin de pedirte compartir
Pues desde el tercer día dejé de preguntarme por que pienso tanto en ti
Y es que, asfixiado de respuestas, sólo lo resumo en: por ti.
Por ser tú, por lo que significas y por que estás…
Sintiendo agonía cunado otro te llega, se muestra,
Dándole sobredosis de tirria logrando una rasgadura a mi capa

Y es entonces que me quema la condena… te alejas.
Como en manía de castigar por el habernos subestimado
El habernos sentido, siendo que desde hace años ya te escribo.
Lo he hecho donde las nubes se mezclan y el cielo llora
Por que es por y para ti, niña curiosa;
Sintiendo que tú sientes y crees creyendo sentirlo
Pero al recoger la manzana sostenida en la cascada de tu rostro
Me pone tranquilo, apunto de éxtasis y de todo me olvido,
Aunque debo confesar lo difícil que es decidirme estar
Reconociendo que tu imagen me hace titubear
Pues sólo me resta pedirte…ser mi otra mitad.

Delirios, vientos y mito

Delirio al borde de tus labios, tu mejilla
Fuente inagotable de deseo y amor en secreto
Cuenca divina al bajar a tu cintura
Evaporándome a través de los poros de tu cuerpo…
Empieza, entonces, este maravilloso cuento:

Navegando por tus ideas y tus sueños
Así mismo lo hago entre tus caderas y tus pechos
Me descontrolo, se olvida el pasado
Sólo existe ese momento entre el reloj, gloria e infierno.

Tus manos son ese viento que me recogen con el aliento
Tu boca, esa cascada de estrellas con las que pierdo conocimiento
No sé que pasa en mi entorno cuando cerca te tengo
Menos aún cuando al cerrar mis ojos sólo te siento.

Discretos, arañas el templo de una deidad con lobo hambriento
Sediento, no se sabe si por tu silueta o por la loca manera de decir te quiero,
Nada obstruye el paso vertiginoso del abismo y tu cuello
Cuando por fin abrimos las pieles dejando a las almas fundirse solas
Dando paso al fuego de tantas ilusiones alborotadas
Que, quemando lo que nos estorba, hacen de nuestros cuerpos su alimento.

Adoro el instante en la que en ti me pierdo
En donde puedo acurrucarme envolviéndome en tu pecho
También el consuelo que encuentro en un beso
Y finalizo esta declaración con la confesión de que renací en tu lecho.

No, no puedo hacer mas, sólo me entrego al delirio del viento
Ése, el que con su dulce aroma a flores me puso en el crucero de tu sendero
Colocándome en la enervante posición de desgarrarme los músculos
Dejando que la luna vierta en mi espalda tus uñas de plata
Mientras me martirizas pintando con tu lengua de fuego sobre mi lienzo
Permitiendo que en èl plasmes el mito del nuevo viento.

Eres aire, eres marea, eres fuego, tierra, mi todo en su conjunto
Soy ceniza, soy madero, un bizarro ser abstraído de aventurado mito;
Somos sol y estrella, sol y Venus, sol y luna, una gota de cielo;
Seres inmortales alistando un mundo alado, nuevo
Construido sobre los hombros del cosmos y lo bello.

Precisemos, pues, otorgar el misterio de callar las voces en contra
De los indulgentes caballeros que osan en profanar nuestra era
Haciendo, de sus piedras, el castillo del lobo y la princesa
En donde el colorín colorado no entre por el telón de nuestra obra.



En equilibrio

Húmeda era la tierra donde me encuentro
Secados los ríos de la amargura y desconsuelo
Grandes olas se levantan en las playas del alma
Glaciares vueltos al mar donde el viento la provoca.

Y es que…era uno sólo lo que faltaba
Un cuarto elemento este espíritu necesitaba
Encuentra en él el equilibrio del alba
Ni el fuego, ni la tierra, ni el agua...

Llega incontrolable la era otoñal,
Como caballo desbocado en la llanura,
Pastizales congelados en vida invernal
Que con el espesor de tu aliento… se han vuelto al mar.

Águilas enclaustradas han sido puestas en libertad;
Se hace leyenda, se pinta otra historia
Nace en el centro de tu boca
Y se lleva a la gloria reflejada de tu desnuda belleza.

Son tus matices del follaje de tu cuerpo
Es tu piel en color de desierto;
Mientras acierto estas letras en tus lienzos
Y en tus concretos pensamientos.

Busco incansable la joya perdida de antiguo reino,
Sabio rey al esconderla bajo las dunas de tus arenas
Mientras este dramaturgo se divierte en inventarlas
Para que al finalizar la noche, la tarde te abstraiga.

Sales de la obra y gracia del aleteo de una gaviota…
Te miro en el espejo… tan bella que el astro lunar envidia
Mientras se parte el cielo para que te veas iluminada
Y terminar bendiciendo la sagrada figura que me acaricia.

Te elevaré solamente con mis manos
Sin tocarte, sin dejar que el viento mismo lo intente
Dejándote caer al vacío fortuito de mi delirio
Paseando libre, soberano, por el poder místico de tu cariño.

Llega el otoño, sus torrentes templados y fríos
Siendo víctima voluntaria carente sin latidos
Pero preso de angelicales sonidos…
Dispongo de la levedad salvaje de estar contigo.



Mi otra mitad

Más allá de los versos y escritos
Más allá de mis sueños fallidos
Más allá de mis flores marchitas
Más allá de las lunas escondidas…

Se encuentra un momento, un espacio
Donde los dos estamos abrazados…fundidos
Inmersos entre la locura y el verso
Hundidos plenamente en el mismo veneno.

No es que no quiera hablar
No es que no sienta igual
Es que sólo con una lágrima…
Es que sólo con una sonrisa.

Hay música hecha para dar alegría o tristeza
Hay poemas escritos para el amor y la amargura
Hay días en las que se amanece nublado y no hay lluvia
Hay segundos de diferencia hacia el llanto o la risa…

Pero al estar juntos, el arte es religión
La música son tonos graves de promesas
Los poemas se vuelven complemento e historia
Los dìas, sin morir, se hacen noches espesas
Y si digo de los segundos…solamente silencio queda.

Somos agua salada y agua de manantial
Fuego de incendio y llamas de altar
Tierra fértil y arenas de mar
Viento de esperanza y tornado al amar;

No sólo somos lo visible y lo invisible
Al ir más allá, somos abstracción y realidad
Eslabones de oro y plata, seres de verdad
Con aliento, con vida… sin pasado, sin mañana

En donde hago crecer una promesa
En donde te corono mi reina
En donde tu cuerpo es mi columna
En donde con un beso tuyo… soy ceniza…

Hoy te propongo unas letras
Tinta sangre que dejaré correr por tu espalda
Con las que he de llenar mis venas
Para adorarte y cicatrizar mis penas.



Enigma


Amanece, mística mañana después de amar
Un prolongado silencio entre los diferentes tiempos
Cayéndose a pedazos el concreto de nuestros templos
Hasta que, desnudos, directo a los ojos nos vemos;

Mientras en la mirada perpleja, profunda, callados
Propia del sentimiento enjaulado y liberado
Pasé, entonces, como el halcón, volando sobre las ruinas
Recogiendo los trozos del suelo, producto del temblor de tus palabras…

Entendí por eso que las almas del pasado se han fugado
Recorriendo las calles, solitarios, por las de tu universo,
Y cerrando la periferia en la belleza de tu cuerpo
Hacen crear un espacio sin gente ni tiempo.

Misterioso enigma esperando a ser descifrado
Pero los números incongruentes entre la caricia y el beso
Siguen haciendo un confuso sentimiento de respeto
Y no sé si podré vivir lo suficiente para contemplarlo.

Existe un acertijo que no develamos por ese miedo
Rompiéndome el cráneo con los muros de algún holocausto
Pues sin hablar de un final, solemos pensarlo
Cayendo levemente al término de un prodigioso desencanto.

Ha habido dos días en la vida, la mìa, desde que nací:
El primero de eso días, el treinta y uno yo acontecí,
El segundo de esos días, el veintiuno del mismo mes, te conocí,
Donde abrazado, tomados de las manos, a tu lado, en agosto, fui feliz…

El sentido del tacto, de los ojos, de los oídos, el olfato y el gusto
Se conjuntaron hasta lograr perfectamente hacerse uno, cuando te abrazo,
Donde se han visto en un punto en que la duda aún perdura
Por la zozobra del pensamiento al vernos lejos estando cerca.

Intentemos entender el destino de haber cruzado caminos
Sin atender a la línea trazada en el sendero de los designios,
Vestido desgarrado y desgastado con el paso del infortunio,
Para seguir conociendo, enigmando, sin poder descifrarnos.


El Beso de Judas

Se rompieron los ventanales del cristal
Enterrándose en las aguas de un antiguo mar
Donde el fuego se extingue mientras la tierra llora
En lo profundo de un bosque con la triste verdad.

Se visten los follajes de fuego y caen lenguas secas
La levedad de un aire liviano con hedor a muerte
De un animal inerte que tuvo alma pobre…
Los gusanos de la tierra lo comen y lo enmohecen

Así hiciste tú con el cariño que sembraste
Lo cosechaste después y lo comiste con bocanadas de aire
Aunque lo escupiste en mi cama, y toda la confianza
El amor, la pasión y alimentaste a la amargura.

No hay nada más que sentir, odio ya no hay a ti,
Tampoco resentimiento ni cariño
Pero aún cuando indiferente soy, me vuelve tu recuerdo
Y te clavas de nuevo, como cual aguijón con veneno

Tu dulce veneno, droga de la cual me hice adicto
En incontables noches y tardes dentro de tus dominios
Cuando con cada beso robabas en mí el destino
Siendo en cada beso que hacías brillar hasta en lo más escondido
De lo enterrado, de lo recóndito, de lo no vivo, de lo divino.

Cuando te fuiste, miré, pero no fijé
Anduve de casa en casa, de flor en flor
Preguntando, buscando cualquier respuesta
Que si fue por naturaleza o por designio

Y hablé con el oráculo maldito
Cuando el tiempo fue mi enemigo
Con ese mendigo trastornado adivino.
A los tulipanes, a las cartas y hasta a ti…

Tres meses de ceguedad, lágrimas y vino tinto
De tres meses de estar bebiendo de tu fuente inagotable de veneno
De tu ser a maderas carbonizadas al delirio
Del alba, del crepúsculo, de las risas marchitas

Me rodean, me acuerdan y matizan mi día
Ven de regreso para que te vayas con un beso
Ese beso de Judas que le mintió a Cristo
Beso de mujer innombrable ante la voz de fracasado destino…

En cada verso escrito
En cada juego permitido
En los ríos que se volcaron en cascadas a mis oídos
De esos besos con veneno, mentiras, engaños y lúgubres atinos.

Ahora ya sólo te escribo
En tu nombre que pronunciarlo me he prohibido
Pues en cada beso una gota de sangre
En cada sueño un golpe recibido
Y en un te amo, es que te maldigo.

Por tus fantasías, tu “inocencia” abstraída
Jurando como cuando hacíamos el amor el “no olvido”…
Y mentiras, fueron todas mentiras
Hiriendo el corazón mientras apagabas un cirio

Prometiendo no hacerme lo mismo, me río.
Vino un cuchillo… no,
Una daga filosa besó mis labios y mi cuerpo
Y ya no hay cupo en el odio ni en el te quiero
No es tampoco indiferencia, aún siento, pero por ti ya no siento…

Ha pasado poco tiempo y te recuerdo como siglos atrás
Donde el hombre no veía nada, vivía en una caverna,
Esa cueva obscura donde veía la irrealidad de tu penumbra
De tu emoción, de tu locura…

Pero todo dura unos instantes y se va, en un instante marchabas ya
Tú mi eterna flor de un sólo día
La que floreció en una mañana intranquila
Y se marchitó ahogada en la noche en sus espinas

Yo ahora decido enterrarte, tus manos, tu boca
Llenar la mía con un puñado de tierra
Con otras ideas, con nuevas aventuras
Para que cuando vuelvas a germinar, el sol queme tu belleza.


Mítica belleza

Has sido esculpida del más bello coral
Aquél que se encuentra en la orbita lunar
Reflejada a la mitad de el Pacífico
Entre la burbuja del sueño y el mito…

Deseo que detengas las olas de tu marea
Cuando mis barcos navegan centrados en ella
Deteniéndome a ver como atardeces con tu belleza

Obra guardada en los rascacielos derribados
Ocultos en el espacio habitado por el fuego del tiempo
Condenados a aparecer en el alba, muriendo yo atrapándola
Como quien, aprendiendo amar…quiere robarla.

Pasearme por el velo delicado de tu alma…
Recorriéndote sólo con el aliento de mi palabra
Sin atreverme a tocar tan precisa escultura
Y así, poder abstraer ese silencio de tu locura

Exploraré por tus montes y valles encadenándome en tus cúspides
Donde tu boca me devore, al borde del delirio, no contemple las nubes
Y de haber robado de ti la antorcha de la fantasía que me desprende
En cada verso y en cada noche en la que después de irte…te espere.

Arrancaré el durazno custodiado de antiguos reyes del árbol mítico
Y esparciré la cera de mi cirio en el lago místico
Nadando de extremo a extremo perdido en tu movimiento
Cuando tus hojas otoñales dejas caer en mi vino tinto.

Tejeré con hilos de sangre tu imagen en mi memoria
Esa tu belleza encontrada den la boca de las sirenas
Abstraídas, a su vez, del oasis africano de divinas playas
Y, entonces, después de haber asaltado a la estrella de la mañana….
Con el manojo de rayos de sol a punto del crepúsculo de mi ventana
Te pondré en un lienzo blanco donde por siempre quedes retratada.


Sueños de ayer

Ayer tuve un sueño nítido:
No identifiqué si era el agua o tú bajando en lugar de ella
No había noviazgo, amistad tampoco
Solamente existía ese sentimiento puro...

Como aquél que siendo niño va conociendo el amor.
Éramos los dos riendo sin penumbra
Gozando de aquello que no termino
Alumbrando ese camino que de pronto nos perdió.

Ayer era un sueño colmado de realidad
Más que hermoso, me sentía feliz de estar a tu mano
Fue entonces que comprendí el sentimiento
Fue entonces que Diós me dijo ser tú el sueño.
Nos veíamos tan inocentes sentados…
Me dejabas acercarme y te dejabas querer
Respondiendo a mi cariño con una sonrisa
Y muy frecuente se convertían en caricias.

Pero ahora, solo, espero no despertar y seguir dormido
Pues he puesto mi hado en tus manos
Aunque lo dejes escurrir como arena entre tus dedos
¿Por qué abandonar este misterio?

Hemos estado pernoctando, Diós sabe el tiempo
Y el tiempo nos ha dado tanto orgullo
Aunque uno de los dos tendrá que bajar sus manos ante ello
Y bajar también la guardia que pelea nos ha provocado.

Lo sé, alguien me advirtió, y yo nunca dije no;
Pero, cuando una flecha me ha acogido
No puedo evitar que se cumpla lo escrito…

Tuve un sueño ayer contigo:
Recuerdo rozar nuestros rostros…
¿Cómo besar el alma sin tocar tu cuerpo?
¿Cómo dejar que tus cabellos se deslicen por tus hombros
sin causar daño cuando se inquietan conforme al viento?

¿Cómo asegurarme de tu estancia
sin que te ofenda con mi presencia?
Si aún no he aprendido a llamarte por tu nombre
Ni siquiera he podido poner un suspiro
En algunas manos artesanas
Para tallar un momento nuestro.

Hubo veces que saber de ti no quería
Y cuando ocurrió de tu boca tal desdicha
Fue entonces que arrepentí mi partida.
Te odio de día y te extraño de noche

Tu hermetismo de pronto me congela
Pero tus confusiones hacen que vida tenga.
Y es que, de pronto, te volviste mi problema
Y dejarte ir con las manos vacías no puedo

Tampoco dejar irte sin dejar algo
Sin eso que haga que esto no haya sido en vano
Pues a alguna dirección esto iba enviado.
No es una carta con anonimato
Esto es a ti, por la que fumo y brindo.
No es sencillo quitarse una espina
Cuando amenaza con ser hiedra.

Ayer tuve un sueño a nivel de los más queridos
Y poseía una inocencia mística mortal…
Me ha advertido con arrancarme la vida…

¿Cómo ser la duela si cansado es tu paso?
¿Cómo ser la cañada incesante de tu eco?
Si no has querido poner una voz a mi silencio
¿Cómo ser lógico mientras hablo y actúo?
Si me has enseñado un lenguaje único
Y me dices que sólo amigos…

No sólo es un castigo para los dos
Ni siquiera lo es para vos…
Es estar negando un ciclo
Es el estar negándonos el tener un destino

Será que eres para mí
Será que no soy para ti;
Diós no decide, tampoco el tiempo lo predice
En ningún mandato divino o absurdo esta escrito,
Pues si juntos no hemos estado
Es o habrá sido por el conflicto entre nosotros,
Pero con cada uno no entre nosotros;

Pues más se teme que esto se salga de las manos
Y se pretendan pretextos, no son más que simulacros
Y… ¿Qué será de eso quedado pendiente por forjar?
¿A dónde irás tú y a dónde iré yo?
Si nuestro andar ha sido distinto y distanciado
Y seremos destinos soplados que atravesaron camino
Jugando un día pretender ser uno mismo.

Hacia allá iremos si no corremos el riesgo
Lo sé porque un ángel vino a decírmelo al oído;
Ese que fue enviado por Jehová mismo.
Este carecía de alas pero igual me hace volar
Ese ángel, eres tú en el sueño que ayer vino…

Y… eso de ser amigos…
Y tener q morderme los labios para no emitir sonido…
¿Pero q pasaría si el momento decide no callarme
y verterme un veneno para enfrentarme
a lo q nunca había querido contigo?

Pues si para tenerte, he apostado mi camisa y encanto.
Hoy esto propongo, si decides que hoy marcho,
Ir contigo… sin exigirte estar conmigo,
Pues si por amor a ti he venido…
Por amor, también me retiro.

Más si me llegaras a encontrar dormido:
Recuéstate a lado mío y pueda soñar contigo;
A mi lado, como hace tiempo debió haber sido,
Y si en algún momento sientes que esto no termino
Es por el no deseo que este sea el último
De eso que aparentaba tener sentido.

Más si con silencio has pretendido
Que cada quien se vaya con lo aprendido…
¡Pues así sea! No velaré más el “por qué” de tu olvido.


El manzano

Termina una nevada
Aquella que parecía nunca terminar
Mientras me hallaba en tierras lejanas
Ajenas a las mías que no respiran.

Saliste tú a los veinte días
Apareciste cuando no te esperaba
Una mirada más que inocente, angelical
Me absorbió sin explicación dar.

Caminaba en los senderos sin retorno
Me perdía en el camino aun desconocido
Llegaste con singular misticismo
Arribaste a mi casa por obra del destino

Una mirada basto y más tarde un encuentro
No tardé en identificar lo que había caído
Una manzana de algún árbol prohibido
No te quedas callada cuando intento cosecharte

Hacer de tu néctar el más dulce jugo
Sembrar esta semilla en el más verde campo
Sólo para que otro newton se maraville con ese fruto
Déjate ser amada y ser sueño divino de un cuento de hadas

Deja mecerme en el manzano de donde caer te vi
Excita mi paladar con tus palabras
Embriaga mi ser con tu lindura añejada
Cobíjame con la sombra de ese día en que te conocí

Haz de mis piernas tus raíces
De mis besos y mi alma la sangre que te recorre
En cada vertiente de tus venas
Crea de tus hojas en otoño mi cama

Y pon tu tierra como almohada
Vigilaré cada movimiento tuyo hecho por el viento
Jugaré entre tus ramas…
Serviré un día en oración por tus besos de manzanas.


Gente de servicio

Esto dedicado a aquella gente de servicio
Y q nosotros hemos puesto en olvido
A esa gente q pone el pan en nuestra mesa
A ti q limpias mis calles sin dirigir palabra

A todos aquellos que renuncian al día
Y hacen de la noche su jornada agotadora
Pues son aquellos que velan los sueños
Y q nunca una plegaria les elevamos y atrevemos.

Esto es a la gente que sacrifica se cama
Para dirigirse a curar a los enfermos
Para esa gente que hace de la caridad
Cosa honorable y premiable dicha.

Es sobre todo a la gente que toma de nuestro cuidado
Es también para la gente que trabaja en el campo
Incluyo igual a los sabios que nos instruyen
Pero he de hacerlo más con los maestros que nos educan.

Alabo, pues, a la gente q no lucra con sus servicios
Hacia esto va a los q pregonan y levantan consuelo
Pues a ellos me he yo de hincar para besar sus manos
Porque es por esa gente que labra en los valles
Que habita en los hospitales y a los que,
Con errante paso en las montañas,
Hacen llegar víveres de esperanza.

A todos aquellos que viven en la ignorancia
Una razón de la cual no he de renunciar yo a este mundo
Que pariendo hombres de cruel mandato, nos avergüenza.
No olvido así, a la gente que lucha por su pueblo
Y defienden a toda costa los ideales de su gente.

Es a ellos también, que, dedicados a su familia
En cuerpo, sudor y alma, renuncian al dinero.
No les puedo ofrecer a ustedes bienes materiales
Lo que si he de darles, es una plegaria digna para ustedes
Para que sepan, en algún lugar del mundo,
Alguien profundamente les agradece.


Mujer de hielo

He puesto tu nombre en el cielo
Sólo las nubes se asoman al vacío eco
Sólo la lluvia acaricia mi rostro
Todas esas respuestas frías de tu providencia.

Mujer de nadie, mujer de hielo
Mujer de sonrisas, secretos e hiriente misterio
Te mantienes quieta cual congelada escultura.
Haces de tus palabras filosos fragmentos de hielo
De una cueva escondida de la Antártica…

Eres niña de marfil acuñada por mano de un esquimal
Raspada con un diamante extraído de Alaska
Cristal obtenido del frío soplo de invierno.
Mujer de manos suaves, finas como nieve del polo norte,

Cómo podré derretirte si mi fuego no es basto
Cómo deshacerte tantos años de cruel frío
Como hacer una mujer de fuego si es de hielo
Si mi calidez no ha podido ser tal
Como para abstraer su sentimiento para forrarlo con deseo.

Princesa de hielo:
Cuándo dejaras tus montes árticos y bajar
Para que se derrita tu pose que también me congela.
Mujer de nadie, mujer de hielo
Mujer de sonrisas dolor y secretos

Ruego a dios poder una noche tocar tu alma
Descongelarla con la pasión que me devora
Que veas no te haré daño si te deshielas
Y te convenzas de lo único, amor.

El objetivo es quererte
Y que ames como a nadie has amado
Para que a fuego lento, halle a una mujer en llamas
Que castiga pero que ama… pero ya no congela.


Muerte y Creencias

Algo más fuerte que el amor
Esa noche de mí se apoderaba
Aún más hábil que la gacela
E imperdonable como el verdugo.

Eso que ni el médico más honorable
Artista de sus manos, pueda operar
Una sombría y estremecedora fuerza
Esa, capaz de hacer hablar al mudo
Y los sueños comienzan a ser parte de otro mundo.

Aquello es lo que exige lágrimas
Crecer a un alevín
Madurar al amor conforme al añejamiento
Qué sería de los hombres q luchan
Y q los niños renuncian sino la tienen.

A ti, a quien no podemos evadir
Y a quien algún día, hemos de acudir
Y es que hay veces donde perdonas al cobarde
Pero le permites al valiente ascender contigo.

Para ti, que desde días atrás siento acoso
Un confuso dolor que no pasa desapercibido,
Pues sucede que sólo me atacas en las noches
Sin que yo pueda enfrentarme a ti cuerpo a cuerpo
Y cómo sería este si lo llegases a tener.

Temo, así, el no poder contemplar otro alba
Esplendoroso áurea de la luna;
Ella, ha sido la más fiel novia que enamora.
Tú, que aún sigues sin darme respuesta a mis dudas
Tú, que sólo apareces antes de dormir
Y que haces acordarme ser tu y no otra quien me espera.

Cuál podría ser el hado al q no permites
Disfrutar un día del banquete de los fieles,
Sin embargo, te quedas callada aguardando el momento
Pues aunque suplique con voz decepcionada, nada aún me darás.


El fin de tu reinado

Llegas vestida de blanco,
Lista para declararte ante dios,
Dispuesta a amar ante sus ojos
Preparada a revelar tu misterio bajo su manto.
Hermosa y alegre te paseabas
Caminando sobre la roja alfombra,
Tú al ser mi amor primero
El más sereno, puro e inmaduro
Pero sincero y desinteresado
Dabas un si como cual bala en el pecho
Clavando una daga en ese ultimo beso
Comprendiendo que siempre serás unicornio.
Bajar las manos mientras te añoraba,
Simular que tu felicidad se convertía en la mía,
Satisfacer a tus ojos por haberme dejado ver.
Es el último verso que a ti queda impreso
Pues mí palabras serán refinadas oraciones.

Ese día, que de nuevo nos encontremos, por que así será,
Caminaré por esas calles que fueron testigos de mi amor;
Me alumbraban esos faros que no debieron encender tu luz,
Sostenía mi triste andar en ese parque testigo de locura
Cuando tú no atrevías y callabas ese sentimiento
Que derivó de tantos años a tu servicio.
Cuando por fin llegó ese día de conciliar tu amor,
Con aquel que nunca podrá igualar lo que entre nosotros ocurrió.
¿Cuántos días pasarán para que vuelva saber de ti?
¿Cuánto tiempo pasará para que pueda asimilar
tu despedida que fue el fin y será principio
de una era incierta desbordada al dolor de mi pecho?
Sin embargo, me miraste y dudaste,
No pensabas verme ahí, así como lo hice
Estar siempre a tu lado aunque nunca lo creíste.
Lloro en lo más profundo de cualquier poro de mi cuerpo
Sólo dios sabe cuanto te ame
Sólo Diós sabe lo que estoy dispuesto a hacer
Verte de frente para que puedas contar con un amigo,
Ese que prohibirá así mismo adularte,
Pues siempre jura y predice
Que si no estuvieron juntos en esta vida, en la otra será.
Todo lo que soy a ti te lo debo,
La loca manía de escribir y la forma de amar...
Serán una ofrenda al altar donde clave tu nombre
Durante seis años de batallas y alegrías.
Sin duda alguien esta llamando a mi puerta
Pero el cristal de mi templo
Impide que abra y lo roben como cuando tus ojos.

Gracias por devolver lo secuestrado
También por haberlo cuidado y no haberte aprovechado
La llave que puse en tus manos la diste de vuelta,
Y será entregada como cuantas letras dedique a tu belleza.
Y aunque tocaron tu alma
Nunca te dejaste volar conmigo
Y disfrutar de la riqueza en el cofre guardada.
Éste es el ultimo verso a ti dirigido,
Ángel enamorado nació en esta historia contigo,
Quedará enterrado en el cuento que hicimos
Y nos dábamos la tarea de que perdurara,
Para que nadie pudiera plagiar lo vivido.
Cómo separar de mi memoria
Seis años de bienaventuranza
Y un final en la iglesia,
Cuando de blanco firmabas tu despedida.

Ángeles de la noche!
Desenvainen su espada y viértanla en la luna,
La que me vio tantos años amarle a ella,
Haciendo de su sangre la tempestad
Que hará apagar los incendios incontrolables
Que hoy yacen en mi alma.
A su vez, eleven mil plegarias
Para que estos campos sean fértiles
Y den de nuevo una cosecha última de verano
Que será recogida por aquella que me pidió “espera”;

Y pueda deleitarse y enjuagar su boca con el fruto dado
De lo que es de antaño llamas de rosas envidiosas,
Que no permitían a otra campesina guerrera tomar cargo
Y ser guardia de estos valles a los cuales les pido lluvia
Para hacer florecer y hacer crecer vida,
Que por tu terquedad incineraste y nunca arrepentiste.
Regresa noble ángel que dio a la primera reina,
Y puso en el vientre del sentimiento a la princesa,
Que ahora con su llegada no conoce historia
Y sólo ve sorprendida del pasado las ruinas.
Ve y dile en secreto este mensaje
Que hoy en ti en suma confianza deposito:
Tú eres lo faltante para que los amaneceres contigo canten
Alaben y construyan una nueva prodigiosa cultura,
Esa, nacida de la inspiración, provoques con tu beso
La cura de tan crueles laceraciones por el pasado
Abstraigas de mi todas las cenizas dentro de mis llagas.
Es el fin de tu reinado de fuego
Pero has dado pie al nuevo, dejando se eleve hasta la gloria
Y caiga por una caricia, se muera con un beso
Y resucite cada mañana al oír un verso.


De ser pirata

Perderme entre un mar de llamas
Navegar en medio de rostros no conocidos
Abrir mis alas por miedo a caer en el vacío
Verter mi propia sangre en el filo de una daga;

Ir con dirección desconocida,
Me asomo a los viejos senderos
Camino sobre voces de victoria
Así también en los sonidos de deshonra.

Haberme escondido tras el iceberg de una novia,
Cabalgar protegido sobre un unicornio,
Nada dolía, nada pasaba, era ágil
Me arropaba la arrogancia.

Alimentarme de un sueño que daba todo y nada daba;
Me aislé dentro de mí, oponiéndome a las tormentas,
Veía como jugaba sin haber nadado en ella,
Conocerme cada movimiento era mi tarea
Mi afán por escribir, cantar, amar y otras rarezas,
Extralimitándome, fingiendo no conocer barreras
Cuando la nieve acariciaba la destreza...

Tres meses han bastado para abandonar mi vida bandida,
Sin destreza y con ropas sinceras,
Frágil e inseguro, carnada para las sirenas.
Me encuentras en una balsita, solitario,
Rompiendo con zozobra mi persona;
Te camuflageas y no te haces ver,
Si toco un poco de ti, prefieres atrás
Si no lo hago, nunca darás.

Y me da cólera saberte en un solo lugar
Sin que te pueda alcanzar
Y más rabia el no poderte explorar...
Sé que no tengo el mejor barco,
Y sí una mala historia como pirata,
Aposté mis tesoros perdiéndolo en los malecones...
Ni oro, ni joyas, aventuras o comodidad pude ofrecerte.

Fui pirata de sueños y vidas,
Aunque también no dudo que supe ser buen capitán al final
Que demostró ser capaz de mantener a su tripulación viva;
Decidiendo así, guardar una balsa salvavidas.
Terminar la búsqueda de la isla perdida
Que nunca fue colonizada, sólo es besada su arena.

Me quedé sin mapa al pie de la cuesta
Arriesgándome con valentía a tus aguas intranquilas.
Pero fui pirata de enardecidas leyendas
Aunque en una de esas rompí mi espada de la roca abstraída,
Misma que rompió armaduras y dejó en agonía.

¿Cómo puede un pirata, un cazador de sueños
renunciar a lo que más le dio vida?
¿Cómo hallan los piratas su destino cuando la brújula rota?
¿Cómo puede un explorador perderse en la rivera
y no darse por vencido hasta encontrar la afamada roca?
Cómo puede este pirata servir cuando ha sido anarquista
Y borrar la historia que lo hizo famoso,
Nunca pensó que eso algún día le afectaría.

Porque de un héroe nos gusta saber más como murió
Que del como luchó, salvó y vivió.
Más cuando una historia termina, otra nueva empieza.
Y cómo llegar a eso cuando hace falta otro protagonista.

Me encontraste siendo pirata
Me conoces cuando soy mendigo
Pero mi pasado influye con quienes quiero amar
Y mi lengua habla sin cesar,
Se cierra por lo que no se puede callar.

Fui pirata que conoció a una princesa...
Pero también soy capitán de siete mares
Y aunque he renunciado a todo para al fin dejarme ver...
Te pido a mi lado descanses para que vuelva a emprender.


Mi Religión

Toca tres veces la puerta y ponme en tu memoria
Acaricia las sábanas y cuélgalas en tu balcón donde las vea
Patea una roca, recógela y haz de ella mi iglesia,
Pon un beso en mi cara y otro más en el epitafio de mi tumba.

Crea de mí tu evangelio apócrifo en la Biblia de tu vida
Rompe mi cuerpo como ostia y enséñalo a tu gloria
Realiza un movimiento seña beatificada de mi respiro
Y mueve tu cabello al compás del tiempo en mi destino;

Entre tu belleza y mis manos el arte es creado,
Sobre el ligero de tu espalda enardecen mis dedos llagados.
Es como se siente la piel de un ser decadente recién resucitado
Es como paso las noches en vela mientras vigilo tus sueños.

Absorbe con el revoloteo de tus alas la inspiración de mis palabras,
Colócalas en un plato de plata acuñada a la luz de tus lunas
Enciende también una retórica llama del alma, faro de las sirenas
¡Y vuela gaviota, vuela! pues un beso no corresponde a mis senderos de lava.

Permíteme dibujarte, trazarte y plasmarte en el aire victorioso de la nada
Suelta los rayos dorados que muchas veces, incontables, cubren tu playa.
Yo sólo juego un papel pequeño, pues toda la vida
y pulsión surgen de ti bendita poeta.

A tu lunar endósalo a mi nombre para jugar con él azotándolo en la herida,
Para después cubrirme una noche, un día, en el valle de esta idea.
Cremaré mis palmas y la tinta recia derramada en tu cintura
Te enseñaré como dar a un momento un beso de inmortalidad...

Me mostrarás lo loco de mi plan cuando sin quererlo te vayas,
E irás a reinar decidida a otras corrientes su filosofía;
Y es que... Cómo pensar en el olvido sin que me hayas acogido con un beso
Cómo podría esperarte, ver entrar tu silueta
Y cobrarme con una mirada un verso

De igual manera, cómo harías de mi carne tu alimento
Y saciar los huecos que otras historias te fueron desangrando.
Clava con tus manos frías el fuego de mi pecho
Escóndete en el deseo desequilibrado de darte un beso
Refleja tu aliento en el portal de cristal que he puesto
Y hazme saber que aún sin haber estado, no te has retirado.

Clava mis brazos, mis pies y haz de mi un cristo encarnizado
Lava con una manta la sangre carcomida, engusanada, de este océano seco
Para que después, encaminada a la nada,
De otro cuerpo, te cubras de mi esencia...

Y recuerdes lo maravilloso de los minutos
Que hasta en silencio estamos juntos,
Arrojando risas, anécdotas, historias
Sin cesantes, allanadas en nuestra memoria.