viernes, 3 de diciembre de 2010

Después de ti. Carta I


Aquí todo sigue igual que antes, quizás un poco diferente, pero aún en el mismo estado. Comprendo que ya soy viejo para esto, pero aún muy joven para tener un corazón roto, arreglarlo llevará su tiempo; por eso te escribo, a lo mejor por no perderlo, o dejar de hacerlo hasta que pierda sentido… como sea, no todos los días se pierde… lo que vendrías siendo el amor más grande que he tenido.
Ahora que estoy quebrado hablo conmigo mismo. Venimos solos a este mundo, y tal cual debemos irnos, las coincidencias pueden ser parte del espejismo de nuestro deseo de no estar solos. Pero supongo que para dar mi conclusión final en estas reflexiones, tendré que morirme. Soy muy joven aún… pero siento que algo se ha perdido en mi vida, todo te lo llevaste, menos los recuerdos, pero qué hago con ellos. Es tan difícil esperar cuando lo he hecho ya en otras vidas y en otras muertes, te encontré en esta en un lapso de tiempo, nadie me dijo que sólo te tendría por un instante… podría esperarte más de mil años, tengo las razones para hacerlo, para platicarte de los cambios en mi vida, en mi muerte, y tendré tiempo después para saber de la tuya si coincidimos de nuevo.
Sin embargo, creo volví a nacer el día que te aventé al mar… el mar… esa noche morí, una parte de mí aún se quedó para saber si era cierto que había muerto, la noche que te fuiste morí de cierta forma, ahora que vuelvo a nacer, espero encontrarte algún día… quizá cuando ya no te necesite, quizá cuando deje de amarte o cuando puedas sentirte orgullosa de mí.
Qué pasará contigo… qué pasará conmigo… tan bien te conozco que sé dónde estás ahora… ahora que estoy solo en casa, que nadie ríe y me acompaña, entiendo que el poder del silencio es más fuerte que la muerte, se ahogan emociones que se activan con la presencia de las sombras, donde te descubrí en una de ellas a media noche mientras me amabas, en este valle azul en el que me sumerjo todos los días… si alguien me hubiera dicho que terminaría de esta forma, y tuviera la dicha de elegir si vivirlo de nuevo, lo viviría con todo lo que conlleva. No sé, quizá en la próxima haga mejor las cosas.
Ahora que emprendo el camino a casa, dejar que el velo del olvido nos cubra, entiendo que esto lo he hecho más de dos veces, es mentira que el primer amor jamás se olvida… no fuiste la primera en irte mientras yo amaba, pero tampoco serás la última, pero en esta ocasión debo aprenderme el camino para no perderme como en esta ocasión. Antier recibí un "gracias por haber existido en mi vida", algo ha de haber pasado durante el día que hizo te despidieras de esa forma, no quiero saber qué fue, por eso ayer me dejé llevar con la corriente, pero sigo sin poder hacerlo.
He buscado reemplazo en otros pechos, en otras manos, pero no eres tú, ni huelen a ti… rendido caigo en la miseria de haberte perdido… y ahora estoy más solo. Alguien me dijo que esta tormenta se avecinaba, y me vuelvo serpiente de agua encontrando sin buscar; me dan teléfonos, se acercan, me llaman… y en todo eso encuentro la profundidad y la inmensidad de tu ausencia… tendré que salir de ti, sin ti, aún cuando sabía que esto pasaría, no escuché las voces de mi cabeza y dejé quebrarme al unísono de la ola que se rompe en la playa donde lamenté tu marcha. Hoy nado camino a mi casa, sin ti, para seguir adelante… a sabiendas que a los dos nos irá muy bien, pero aún no sé cómo hacerlo...

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