miércoles, 22 de diciembre de 2010

Tragedia y enfrentamiento


Que respiren las heridas de mi pecho, de mi piel y de mis ojos… que todas las cicatrices lloren lágrimas de sangre y que el sudor sea el vino del trago amargo al que hoy me enfrento. Hoy me enteré que dijiste las palabras por las cuales yo pude haber matado hace un par de meses atrás… hoy me enteré que lo amas por lo que es… y estás dispuesta a entregarte toda… La noticia de hoy fue mi tragedia y mi enfrentamiento.
Roja que moja praderas y ciega los brotes que no verán la luz, hoy no duermo en la desesperación ni en la locura, hoy renace ese titán que permanecía al filo del reloj, aquél que renunció a su vida por ti. Que suenen las campanas de la media noche y que suenen las canciones y los versos más tristes… Hoy te dejo en los brazos de él que no es tu novio, ni tu amigo ni tu amante… hoy levanto mis rodillas del suelo para erguirme y mirar al frente.
Tantas veces la sabiduría de mi madre habló en mis oídos para advertirme del daño al que me someterías, y que sufro, vivo… pero sonrío. Por ti, por lo que me dejaste, por toda tú, mi mejor amante, mi mejor novia, mi mejor relación. Hoy tapo con la tierra que piso, tu recuerdo… esperando que se vuelva polvo y parte del todo que me rodea del cual no podré deshacerme, del cual respiro. Si te dijera, mi niña hermosa, que tu partida y tus azotes son ahora una razón para valorar mi vida con el doble de fuerzas, que lloré por ti una última vez esta tarde cuando la mala nueva se cogió a mis oídos, en una temporada tan bella. Si te contara que ya puedes estar tranquila porque ya no pienso volver a verte ni buscarte, que entendí que nunca fuiste para mí y que te agradezco que le dejaras la vía libre a quien se merece este amor que ofrezco… todo lo que te di contigo muere; vendrán más y mejores experiencias, aunque me cueste trabajo decirlo por hoy, aunque me duelas tanto que sólo quiero escupir todas las imágenes bellas nacidas en tu vientre cuando renacía en tu boca. Te lo di todo, y si hubieras pedido más... te lo hubiera dado: contigo, mi error más grande.
Qué me dirías… si pienso ahora tener más cuidado para no ser víctima de un sueño hermoso como lo fuiste tú…. Pienso ahora darme más tiempo para mí y disfrutarme con cada momento que he seguido viviendo escurriéndome en otras manos y en otros labios para calcinar las huellas que dejaron tu cuerpo sobre mí. Haré lo mismo que tú, amar, vivir… pero lo haré mejor porque me hiciste mejor. Puedo ahora incluso ver al cielo y mirar la luna sin que me pese su brillo, puedo ahora encontrar lo que perdí contigo. Aunque deseo que seas feliz, y te agradezca todo el tiempo a tu mano, y no me arrepiente de este amor, debes saber que nadie como yo, te volverá a amar… porque soy único, porque soy distinto y diferente a cualquier cosa que hayas probado. Sé bien que ya no quieres saber de mí porque me causas llanto de quinceañera dejada por otro pendejo más… que igual así es… Pero hoy lo único que terminaste provocando en mí es despertar a la bestia y soltar a los demonios.
Ahora eres la sublimación de mi ego, de poder decir: a ella quise que fuera mía, aunque fue mi condena después, a ella le hice vivir cosas que nadie podrá igualar ni mejorar, y por ella es que sé muy bien que tengo cosas grandes para ofrecer.
Cierro tu ciclo sabiendo que dejé de importarte, sabiendo que sólo paso a ser uno más en tu vida, aunque tú seas lo más grande a la fecha… cierro el ciclo sabiendo que amé, me entregué, te sufrí y que mi conciencia está tranquila… aunque aún dueles. Pero este dolor no será en vano. Hundido en mi cama, destrozado en el piso de mi baño y muerto en el balcón pude comprender que vendrá algo más grande, pero que tomará tiempo. No tengo prisa, no permitiré que seas la sombra de alguien más bella. Por salud de ambos… mi tragedia es que te amé de más, mi enfrentamiento es con tu recuerdo, pues en ellos se guardan a la mejor mujer que pude haber amado.

Gracias, buena suerte, te amo.

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